La Reencarnación en el Pensamiento de los Grandes Hombres
Cuando visité la Judea no tenía a mano ni Biblia, ni mapas, ni nada que me sirviera de indicación de lugares; ni siquiera una persona capaz de darme el nombre de los lugares, ni el antiguo de los valles y montañas. A pesar de ello, reconocí enseguida el valle de Terebinto y el campo de batalla de Saúl. Cuando fuimos al convento, los padres me confirmaron la exactitud de mis previsiones. Mis compañeros quedaron admirados y apenas daban crédito a ello. En Sephora, designé con el dedo y nombré por su nombre, una colina coronada por un castillo arruinado, como el lugar probable del nacimiento de la Virgen. Al día siguiente, al pie de una montaña, árida, reconocí la tumba de los Macabeos, en lo que dije la verdad sin saberlo. Exceptuando los valles del Líbano, no he encontrado en Judea un lugar, o una cosa que no fuese para mí como un recuerdo. ¿Hemos vivido, pues, dos veces o mil. Nuestra memoria no es, quizás, más que una imagen dormida, que el soplo de Dios hace reanimar? Alfonso de Lamartine (De su libro “Un viaje a Oriente”)
Los intérpretes, para merecer el título de artistas, deben estar dotados de una conciencia purificada por los tiempos corridos en lo Arcano; sólo así su yo presente es más tenue y su conciencia recurre al archivista del subconsciente, quien ha tomado nota de las experiencias pasadas y saca a luz nuevos casos juzgados de entre las hermosas vidas vividas en distintos medios, en variadas épocas y cambiantes formas.
Alfredo Fiori (Extraído de “La conciencia en el arte”. Poeta y ensayista argentino)
Con la teoría de la reencarnación ya no podemos decir: ¡Qué culpa tengo yo de haber nacido en esta época fatal! Esta época tú ayudaste a prepararla en una existencia anterior. Procura que el mundo de mañana sea mejor; más culto, más justo, porque tú has de volver por fuerza a él, y cosecharás lo que hayas ahora sembrado. Dentro de algunos siglos quizás reposes a la sombra de la encina centenaria que hoy plantaste.
Amado Nervo (Afamado poeta y escritor mejicano)
Cuando yazga en la tumba diré: Terminé mi jornada y no terminé mi vida. Mi vida comenzará de nuevo otro día. Viviré mil vidas futuras, continuaré mi obra,escalaré de siglo en siglo las rocas, todos los peligros, todos los amores, todas las pasiones, todas las angustias y después de miles de ascensiones, liberado, transformado, mi espíritu volverá a su fuente, fundiéndose en la realidad, como el rayo de luz vuelva al sol.
Víctor Hugo (Glorioso poeta de Francia)
La muerte no es término para nosotros; es cambio, es el principio de una nueva existencia, cuya suerte depende de lo que hayamos hecho en la anterior.
Walter Scott (Célebre poeta y novelista inglés)
Extractado de la Revista Constancia.