Extracto del discurso en Sociedad Espírita Española del 19 de abril de 1872
El Desconocimiento del Mundo Invisible, ha Producido Todas las Religiones Positivas
por José Navarrete¿Qué es el espiritismo? Creo que el Sr. Gassó ha dicho que el espiritismo lo es todo y fácilmente se explica la verdad de esa definición, como vamos a ver muy brevemente, pues dado por resultado el conocimiento del origen y del porvenir de la criatura, claro es que ha de tener una influencia decisiva en todas sus obras, en todas las manifestaciones de su actividad.
Estas manifestaciones de la actividad humana se cumplen en tres relaciones; a saber: del hombre con el mundo invisible, consigo mismo y con sus semejantes. El desconocimiento de la verdad de nuestras relaciones, con el mundo invisible, ha producido todas las religiones positivas; por tanto, desde el momento en que los hombres conozcan que los mundos de luz y materiales están poblados de seres iguales a ellos en facultades y que constituyen una escala de distintos grados de luz inteligente, de progreso, estando en relación con nosotros aquellos que de nosotros pueden ser comprendidos; porque en balde seria por ejemplo, que nos hablaran de cálculo diferencial, cuando no supiéramos más que aritmética; desde el momento en que se conozcan que las vidas superiores no son más que distintas manifestaciones de un mismo yo, más o menos puro, desde ese momento están derribadas las catedrales, las sinagogas y las mezquitas y todos los ídolos, y quedan concluidos, todos los rezos y todos los ritos, todos los cultos, para sustituirlos con la comunicación, ora inteligente, ya material, con esos hermanos nuestros que tan grandes beneficios pueden prestar a la causa de la redención humana, poniendo en juego, en favor de ella, por medio de la inspiración, las obras de los demás, toda vez que las obra, no son otra cosa si no la realización de los pensamientos. He ahí la gran revolución religiosa que trae al mundo el espiritismo: ACABAR CON LAS RELACIONES POSITIVAS.
Extractos de "Revista La Revelación Año 1872", por Allan Kardec.