27 de mayo de 2019

Sobre la Unicidad (una sola vida física)

Sobre la Unicidad (una sola vida física)


Existen dos objeciones que deben ser meditadas porque rinden imposible la idea de la unicidad de la existencia.

La primera tiene que ver con la poca consideración que los defensores de esta idea tienen de Dios. Dios según cualquier religión que en Él cree es Omnipotente, Omnipresente, Todo Sabio, y detentor de todas las perfecciones; si Dios fuese imprevisor o imperfecto en cualquier área que sea, ya no es Dios.

Si Dios crease el alma en el exacto momento de la fecundación perdería Él uno de sus atributos dejando así de ser Omnipotente, pues para crear un alma dependería de la pareja humano que lo ayudaría, o sea, si a la hora precisa surgiese cualquier problema a la pareja y no conservaran su relación, habría un acto fallido y Dios tendría que aplazar aquella creación por simple falta de prevención. En este caso, los seres humanos tendrían tanta importancia en la creación de un alma como el mismo Dios, pues Dios estaría siempre en dependencia de aquellos. ¿Es eso lógico? ¿Seria eso posible?

La otra objeción a esta idea esta centrada en la ley de causa y efecto. Postula nuestra ciencia, que para todo efecto debe existir una causa anterior. Dice el buen sentido que causa y efecto deben tener una relación que los ligue. Así, una causa inteligente genera un efecto inteligente; una causa finita, un efecto finito y así por delante.

Pero una existencia física por mayor que sea tiene un tiempo determinado, o sea un día se acaba. Es imposible, de este modo, que una causa finita (vida física) genere un efecto infinito (eternidad). No puede un corto espacio de tiempo determinar una consecuencia interminable, sea ella buena o mala.

Creemos que estos argumentos ya prueban la imposibilidad de la unicidad de la existencia por falta de argumentación lógica, sin embargo, vamos a analizar otras situaciones.

Extractado del Blog ICERenacimiento.

La Tierra es Sólo un Átomo

La Tierra es Sólo un Átomo

por León Denis.

La Tierra es sólo un átomo, sol prodigioso que rodea comitivas de esferas y cuyo curso rápido se mide a cada minuto por millones de años de luz.

Considera todas estas cosas y pide a tu razón, a tu juicio, si tanta belleza, esplendor, armonía, pueden resultar del azar, o si no es más bien una causa inteligente que dirige el orden del mundo y la evolución de la vida. Y si me objetas las plagas, las catástrofes, todo lo que viene para turbar este orden admirable, te responderé: escudriña los problemas de la naturaleza, no te detengas en la superficie, desciende al fondo de las cosas y descubrirás con asombro que contradicciones aparentes sólo confirman la armonía general, que son útiles para el progreso de los seres, que es el fin único de la existencia.

¿Si Dios hizo el mundo, replican triunfalmente ciertos materialistas, quien hizo pues a Dios? Esta objeción no tiene sentido. Dios no es un ser que se añada a la serie de los seres. Es el Ser universal e ilimitado en el tiempo y en el espacio, por consiguiente infinito, eterno. No puede haber allí ningún ser encima ni al lado de Él. Dios es la fuente y el principio de toda vida.

Nota: Desde hace algunos años, cierta escuela se esfuerza por sustituir al dualismo de la materia y del espíritu por la teoría de la unidad de sustancia. Para ella la materia y el espíritu son estados diversos de la única y misma sustancia que, en su evolución eterna, se afina, se depura, se vuelve inteligente y consciente. Sin abordar aquí la cuestión de fondo que necesitaría desarrollos largos, hay que reconocer que la idea que se hizo hasta aquí de la materia era errónea.

Gracias a los descubrimientos de Crookes, Becquerel, Curie, Lebon, la materia nos aparece hoy bajo estados muy sutiles y, en estos estados, reviste propiedades infinitamente variadas. Su flexibilidad es extrema. A un cierto grado de rarefacción, se troca en fuerza. G. Lebon pudo decir, con aparente razón, que la materia es sólo la fuerza condensada y la fuerza, la materia separada. En cuanto a deducir de estos hechos que la fuerza toma inteligencia en un momento dado de su evolución y se vuelve consciente, es solamente una hipótesis.

Para nosotros, hay, entre el ser y el no ser, una diferencia de esencia. Por otra parte, el monismo de Haeckelien, negando al espíritu humano una vida independiente del cuerpo y rechazando toda noción de la supervivencia, acaba lógicamente en las mismas consecuencias que el materialismo positivista e incurre en las mismas críticas.

Conceptos Extractados de "El Porqué de la Vida", por León Denis.

Reflexiones: El miedo del león

Reflexiones: El miedo del león

En una lejana sabana africana, andaba perdido un león. Llevaba más de veinte días alejado de su territorio y la sed y el hambre lo devoraban. Por suerte, encontró un lago de aguas frescas y cristalinas. Raudo, corrió veloz a beber de ellas para así, paliar su sed y salvar su vida.

Al acercarse, vio su rostro reflejado en esas aguas calmadas.

– ¡Vaya! el lago pertenece a otro león – Pensó y aterrorizado, huyó sin llegar a beber.

La sed cada vez era mayor y él sabía que de no beber, moriría. A la mañana siguiente, armado de valor, se acercó de nuevo a lago. Igual que el día anterior, volvió a ver su rostro reflejado y de nuevo, presa del pánico, retrocedió sin beber.

Y así pasaron los días con el mismo resultado. Por fin, en uno de esos días comprendió que sería el último si no se enfrentaba a su rival. Tomó finalmente la decisión de beber agua del lago pasara lo que pasara. Se acercó con decisión al lago, nada le importaba ya. Metió la cabeza para beber … y su rival, el temido león ¡desapareció!

La gran mayoría de nuestros miedos son imaginarios. Cuando nos atrevemos a enfrentarlos acaban desapareciendo. No dejes que tus pensamientos te dominen y te impidan avanzar con tus propósitos.

Leonardo Da Vnci y la Reencarnación

Leonardo Da Vnci y la Reencarnación


En un interesante material publicado hace algún tiempo por una importante revista brasileña sobre Leonardo da Vinci y su inventiva, el reportero, después de discurrir largamente sobre la obra y las invenciones del autor de Mona Lisa (también conocida como " La Gioconda), Pregunta: - ¿Cómo explicar aun genio?

Por supuesto, si no se admite la existencia del alma, todo lo que concierne al talento termina resumiendo la potencialidad del cuerpo, de los genes, de la masa cerebral o algo que lo valga. Y lo mismo se da cuando, aunque se admita el alma, circunscribimos su proceso evolutivo a los pocos años que constituyen una existencia humana.

Como tal período de tiempo es claramente insuficiente para explicar la genialidad de algunos, como Einstein, Newton, Freud y el propio Leonardo da Vinci, la tendencia es buscar en el instrumento -el cuerpo material- el origen de algo que no se puede encontrar en él , sino en el agente -el alma o espíritu-, lo que desafortunadamente no pasa por las reflexiones de la ciencia.

La tesis de las vidas sucesivas, que se remonta a la India antigua, de donde salió para llegar a Egipto y Atenas, siendo perfilada por volúmenes de la cultura de entonces del porte de Pitágoras, Sócrates y Platón, no puede ser descartada cuando se discuten cuestiones de ese orden .

La genialidad de Leonardo no constituye un privilegio inadmisible o un fenómeno inhabitual que contempla unos e ignora la mayoría.

Leonardo da Vinci adquirió por sí mismo el talento que lo destacó, valiéndose para ello de múltiples existencias, lo que implica reconocer que le pertenece el mérito de esa conquista.

A los que se imaginan que la Doctrina Espírita constituye una voz aislada en la defensa de la tesis reencarnacionista, recordemos que Buda y sus seguidores también la admite y que, incluso en el seno de los seguidores de Moisés, la creencia en la reencarnación sigue viva. ¿Por qué decimos viva?

Quien ya leyó los Evangelios sabe que entre los hebreos la reencarnación constituía creencia común, designada algunas veces por el vocablo resurrección. En ese sentido es que los apóstoles, respondiendo a una indagación de Jesús, le afirmaron: - "Dices que tú eres Juan el Bautista, Elías, Jeremías o uno de los profetas que volvió" (Mateo 16:14). Jeremías murió enfermo y en edad avanzada, mientras Jesús era un joven vigoroso y de padres conocidos. Si Jeremías debiera volver al escenario de la Tierra, como los hebreos creían, sólo podía hacerlo por medio de la reencarnación,

En su origen, el alma es parte de la Esencia Divina, siendo totalmente pura. Pero, en su vida terrenal, puede desviarse. Por lo tanto, es necesario volver para rectificar los errores o para intentar ascender a niveles espirituales más elevados ".

Extractado del Blog Espiritismo Siglo XXI.