18 de mayo de 2019

El Comportamiento Animal

El Comportamiento Animal 

por Nubor Orlando Facure

No escapaba a los antiguos pensadores que los animales tenían reflejos, sensibilidad, movimiento y emociones. Incluso así, Aristóteles negaba a los animales la existencia del Alma y René Descartes los veía como destituidos de cualquier raciocinio. Ellos actuarían por la disposición de sus órganos.

Ese pensamiento cambió completamente cuando Darwin, nos situó en el “árbol de la vida”. En el “Origen de las especies” componemos una misma descendencia con todos los seres vivos, percibiéndose, así, que todo lo que nosotros somos tiene inicio y fin en lo que ya fuimos.

En las últimas décadas, el estudio del comportamiento animal en su propio ambiente, reveló trazos característicos de aquello que presuntamente imaginábamos que era el privilegio del comportamiento humano. Altruismo, organización social, placer o displacer, capacidad para mentir, disfrazar o jugar, son vistos en animales tan diferentes como pájaros, guatiní o monos.

Comportamientos complejos, también, son compartidos por variadas especies: monogamia, infidelidad, formación de tribus, reclutamiento de apoyo social y asesinatos premeditados. Pero, es justamente lo inverso que merece más destaque en este artículo – lo que los animales revelan como instinto de sobrevivencia, agresividad, ataques de furia, fobias, caprichos de personalidad, el abrazo, las expresiones de asco, las disputas de territorio – son también trazos comunes a cualquier ser humano, registrando en nosotros una indiscutible identidad animal.

Extractado del Blog Córdoba Espírita.
MI COMENTARIO
Los animales son el estadío anterior a la humanización. Si bien Darwin en el “Origen de las especies” definió a la evolución como el mejor concepto en el desarrollo de las especies, la teoría aseguraba que el hombre era un animal que había incorporado la inteligencia.
Hoy sabemos los espíritas que en realidad el animal no se transforma en humano, o sea que un mono en algún momento será un humano. En realidad el animal mono existirá siempre. Lo que pasará a ser un humano, será el pre -espíritu y luego espíritu que animaba a ese mono como animal.

AURORA DE LOS SANTOS

AURORA DE LOS SANTOS

(1890 – 1969) – pionera del Espiritismo en Uruguay


El Espiritismo uruguayo le debe mucho a esta mujer, quien con su ejemplo y devoción contribuyó a divulgar las ideas de Kardec, del otro lado del Río de la Plata.

Fundó la primera Institución Espírita del Uruguay.

Era hija de José Fabrício dos Santos, brasileño, y de Petrona Tejera, española. Vivía en el departamento de Rivera, en la frontera con el Brasil. Pudo cursar solamente los primeros años de escolaridad. Su vida estuvo repleta de dificultades y sacrificios. Eran agricultores de la tierra. Desde pequeña se revelaron en ella los fenómenos mediúmnicos de videncia, que sus padres intentaron reprimir, por desconocer sus verdaderas causas.

Fue madre de siete hijos, de dos matrimonios. En 1933 desencarnó su primer esposo, dejándola en la miseria y sin recursos. En esos momentos de angustia conoció a una señora, Valentina, que le dio algunos folletos sobre el Espiritismo. Su lectura llenó su alma de paz y comprensión. Llena de fe comenzó a frecuentar, junto a sus hijos, algunos centros espíritas que existían en las ciudades fronterizas de Rivera y Livramento.

Se dedicó a la lectura del libro El Evangelio según el Espiritismo, de Allan Kardec. En 1935 se muda a Montevideo, buscando mejoras salariales. Era modista.

Un día, en Montevideo, estaba muy cansada y le pidió a uno de sus hijos que le leyera el único libro de poesía, El Evangelio. En esa ocasión se manifestó un Espíritu, para sorpresa de la joven, que les dijo que no temieran, que sólo venía a ayudar. Pidió que juntasen tres o cuatro personas y entonces, él volvería. Así hicieron y al día siguiente se reunieron para empezar el camino de la mediumnidad.

Aurora desarrolló especialmente la mediumnidad de cura, obteniendo milagrosas curas de ciegos, paralíticos, enfermos de cáncer y gente que no tenía esperanzas, desde la medicina terrenal. En poco tiempo su fama se extendió por toda la región y llegaban enfermos de a cientos.

En esa época el Espiritismo era casi desconocido en Uruguay. Aurora fue acusada de ejercicio ilegal de la medicina. Fue presa durante varios meses. Sus pobres hijos fueron enviados a diferentes lugares, incluso, asilos.

Cuando salió de la cárcel volvió, inmediatamente, a trabajar su mediumnidad, ayudando a sus hermanos necesitados del alma y del cuerpo.

Después de años de lucha, persecuciones y agresiones, consiguió obtener la personería jurídica para el primer centro espírita del Uruguay: “Centro Evangélico Hacia la Verdad”, inaugurado el 31 de mayo de 1944. Logro obtenido con su infatigable fe y trabajo a favor de la divulgación de la verdad cristiana. El Espíritu amigo que se manifestó aquel día, jamás dejó de asistirla y ayudarla.

El escritor y orador brasileño Newton Boechat, escribió sobre ella, en 1966:

“Doña Aurora, pionera del Movimiento Espírita Uruguayo, notable médium y divulgadora, hoy descansa de las luchas de antaño, cuando su organismo era vigoroso y fuerte. Enfrentó, muchas veces, la cárcel, la persecución, los ataques de terribles adversarios para poner en evidencia el mensaje espírita. El Centro Hacia la Verdad es el fruto de sus labores en función del Bien, obteniendo personalidad jurídica desde 1944”.

Hoy este Centro Espírita continúa actuando y posee una hermosa biblioteca.

Fuente consultada: SCHULTE, Etel. “Espiritismo, Sendero de luz”

Extractado de Confederación Espírita Argentina.

Si Están en el Infierno, No Hay Esperanza

Si Están en el Infierno, No Hay Esperanza

por Allan Kardec.

Para la religión la muerte sólo está rodeada de ceremonias lúgubres que más bien horrorizan sin que promuevan la esperanza.

Si se representa la muerte es siempre bajo un aspecto lúgubre, nunca como un sueño de transición. Todos esos emblemas representan la destrucción del cuerpo, lo muestran horrible y descarnado, ninguno simboliza el alma desprendiéndose radiante de sus lazos terrenales. La salida para ese mundo más feliz únicamente está acompañada de las lamentaciones de los sobrevivientes, como si les sobreviniese la mayor desgracia a los que se van.

Se les da un eterno adiós, como si nunca se les hubiera de volver a ver. Lo que se siente por ellos son los goces de la tierra, como si no debieran encontrar otros mayores. ¡Qué desgracia, se comenta, morir cuando se es joven, rico, feliz y se tiene ante sí un brillante porvenir!

La idea de una situación más dichosa apenas se ofrece al pensamiento, porque no tiene en él raíces. Todo concurre, pues, a inspirar el espanto de la muerte en lugar de originar la esperanza. El hombre tardará mucho tiempo, sin duda, en deshacerse de las preocupaciones. Pero lo logrará a medida que su fe se consolide, y se forme una idea sana de la vida espiritual.

La creencia vulgar coloca, además, a las almas en regiones apenas accesibles al pensamiento, en las que vienen a ser, en cierto modo, extrañas para los sobrevivientes: la iglesia misma pone entre ellas y estos últimos una barrera insuperable. Declara rotas todas las relaciones, e imposible toda comunicación. Si están en el infierno, no hay esperanza de poder volver a verlas, a no ser que uno mismo vaya. Si están entre los elegidos, la beatitud contemplativa las absorbe eternamente.

Todo esto establece entre los muertos y los vivos tal distancia, que se considera la separación como eterna. Por esto se prefiere tener cerca de sí, sufriendo en la Tierra, los seres a quienes se ama, a verlos partir, aunque sea para el cielo. Además, el alma que está en el cielo, ¿es realmente feliz al ver, por ejemplo, a su hijo, su padre, su madre o sus amigos, arder eternamente?

Conceptos Extractados de "El Cielo y el Infierno", por Allan Kardec.

VI Congreso Espírita Mundial 2010 - Charles Kempf

VI Congreso Espírita Mundial 2010 - Charles Kempf

“¿Qué es Dios?”


…una pequeña anécdota de un libro de Chico Xavier que es una historia muy sencilla. Chico Xavier, por cierto, conmemoramos este año el centenario de su nacimiento.

Puede que algunos de ustedes ya conozcan esta historia, porque la he sacado del fascículo de Estudio Sistematizados de la Doctrina Espirita: Se cuenta que un viejo árabe analfabeto rezaba con tanto fervor y con tanto cariño cada noche que, una vez, un rico jefe de una gran caravana le llamó a su presencia y le preguntó ¿Por qué oras con tanta fe? ¿Cómo sabes que Dios existe?

Cuando ni siquiera sabes leer, era un señor muy sencillo- un anciano muy sencillo- el creyente fiel respondió: Gran señor, conozco la existencia de nuestro Padre Celeste por sus señales, ¿cómo es esto posible? Preguntó el jefe admirado.

El siervo humilde les explicó; cuando el señor recibe una carta de una persona ausente ¿cómo reconoce que el la ha escrito? Por la letra. Cuando usted recibe una joya ¿cómo se informa sobre el autor de ésta? Por la marca del joyero. El anciano le sonrió y añadió, cuándo oye pasos de animales alrededor de la tienda ¿cómo sabe si ha sido una oveja, un caballo, o un buey? Por las huellas, respondió el jefe sorprendido.

Entonces el anciano creyente le invitó a salir fuera de la tienda y le mostró el cielo, donde brillaba la luna cercada por una multitud de estrellas y exclamó: Respetuoso señor estas señales que están en el cielo no pueden ser de los hombres. En este momento el orgulloso caravanero, con los ojos en lágrimas, se arrodilló en la arena y empezó a orar. Es una historia muy simple, pero que ilustra muy bien como cualquiera, incluso personas muy humildes pueden comprender la necesidad de Dios, por medio de esta Ley de Causa y Efecto.

Extractado de la Revista Espirita FEE.

Amor y Salud 1/2

Amor y Salud 1/2

La Necesidad de Mantener el Corazón Abierto es Imprescindible

por el Espíritu Juana de Ángelis
Capítulo 8 del libro “Filón de amor” psicografiado por Divaldo P. Franco

La necesidad de mantener el corazón abierto es imprescindible para la instalación del amor. Eso significa permanecer en estado de inocencia, sin residuos de perversidad, de insensatez, de la maldad de las relaciones desventuradas.

Los días tumultuosos, que exigen actividad y astucia para la supervivencia, generan conflictos que cierran el corazón a nuevas experiencias y afectos, a consecuencia del miedo que de él se apodera, generando desconfianza e inquietud.

Un corazón abierto significa que es accesible al lenguaje del amor, que se encuentra instalado en todas partes: en el aire que se respira, en el paisaje rutilante al sol, en la sinfonía de sonidos de la naturaleza, en las sonrisas despreocupadas de la infancia, en la vejez confiada, incluso en el impulso de la vida como manifestación de Dios.

Con el corazón abierto es posible ver mejor los acontecimientos e identificar a las personas, comprender los hechos desagradables y trabajar a favor del progreso, avanzar en el compromiso con los deberes y nunca retroceder ante los fracasos, que significan apenas una postergación en el tiempo, relacionada con el éxito que vendrá.

Con esa actitud resulta más fácil perdonar, a causa de la presencia de la compasión, lo que no equivale a decir que se permita ser herido por la crueldad de los otros, ni que los aparte de sus sentimientos, ni que responda a su actitud con un mal similar.

Evitando acumular el aroma enfermizo en la mente o en el corazón, se respira mejor y se recupera el ritmo del equilibrio, que resulta afectado por las perturbaciones que se propagan, y por el materialismo que desconcierta los principios de ética y de amor, exigiendo el aprovechamiento de cada momento, la victoria a cualquier precio, incluso a través de la destrucción de los otros…
De tal modo, se hace inevitable que la salud se instale, que las resistencias inmunológicas se fortalezcan, y que un vigor diferente, inusual, se apodere de las células, estimulándolas a la equilibrada mitosis que les proporciona vida.

Es probable que el ser experimenten enfermedades, trastornos momentáneos, desajustes orgánicos, quedando enfermo, pero sin que en ningún momento sea un enfermo.

La capacidad para enfrentar los acontecimientos difíciles robustece el ánimo, que no se quebranta por cuestiones de relativa importancia sino que, incluso cuando son graves, propician el buen sentido al ubicarse en la reflexión y renovarse, permaneciendo activo en la lucha y perseverando en los propósitos saludables.

Un corazón abierto al amor se vuelve afable y poseedor de tesoros inigualables de alegría y de bienestar, que le confieren interés y despiertan la atención de los otros, que lo buscan sedientos de ternura, ansiosos de paz.

Extractado de la Revista La Idea  - Centro Espírita Argentino.

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