El Comportamiento Animal
por Nubor Orlando FacureNo escapaba a los antiguos pensadores que los animales tenían reflejos, sensibilidad, movimiento y emociones. Incluso así, Aristóteles negaba a los animales la existencia del Alma y René Descartes los veía como destituidos de cualquier raciocinio. Ellos actuarían por la disposición de sus órganos.
Ese pensamiento cambió completamente cuando Darwin, nos situó en el “árbol de la vida”. En el “Origen de las especies” componemos una misma descendencia con todos los seres vivos, percibiéndose, así, que todo lo que nosotros somos tiene inicio y fin en lo que ya fuimos.
En las últimas décadas, el estudio del comportamiento animal en su propio ambiente, reveló trazos característicos de aquello que presuntamente imaginábamos que era el privilegio del comportamiento humano. Altruismo, organización social, placer o displacer, capacidad para mentir, disfrazar o jugar, son vistos en animales tan diferentes como pájaros, guatiní o monos.
Comportamientos complejos, también, son compartidos por variadas especies: monogamia, infidelidad, formación de tribus, reclutamiento de apoyo social y asesinatos premeditados. Pero, es justamente lo inverso que merece más destaque en este artículo – lo que los animales revelan como instinto de sobrevivencia, agresividad, ataques de furia, fobias, caprichos de personalidad, el abrazo, las expresiones de asco, las disputas de territorio – son también trazos comunes a cualquier ser humano, registrando en nosotros una indiscutible identidad animal.
Extractado del Blog Córdoba Espírita.
MI COMENTARIO
Los animales son el estadío anterior a la humanización. Si bien Darwin en el “Origen de las especies” definió a la evolución como el mejor concepto en el desarrollo de las especies, la teoría aseguraba que el hombre era un animal que había incorporado la inteligencia.
Hoy sabemos los espíritas que en realidad el animal no se transforma en humano, o sea que un mono en algún momento será un humano. En realidad el animal mono existirá siempre. Lo que pasará a ser un humano, será el pre -espíritu y luego espíritu que animaba a ese mono como animal.