4 de noviembre de 2019

Libro "Acción y Reacción" Chico Xavier\André Luiz « parte 33 »


Libro "Acción y Reacción" Chico Xavier\André Luiz « parte 33 »

Hilario, que no estaba menos sorprendido que yo, observó sin titubeos:
–Pero, toda esa gente parece relegada a la intemperie. ¿No sería razonable que la Mansión se extendiese, abarcándoles con su amparo y defendiéndoles con sus muros?
–Lógicamente, –respondió Silas sin alterarse– eso sería lo más deseable. No obstante, hay que tener en cuenta que estamos al frente de una compacta multitud de almas en estado de reajuste. Este inmenso conglomerado de criaturas sin el cuerpo físico, tuvo su comienzo en un grupo de seres desencarnados que clamaban por el socorro de la Mansión sin hallarse en posesión de los requisitos indispensables para merecer la asistencia. Firme en la ejecución del programa a que se debe, nuestra casa no puede abrirles las puertas de inmediato, en vista de la desesperación y de la rebeldía en que se complacen. (40) Pero no por ello desdeña la posibilidad de prestarles la debida ayuda, en lo posible, fuera del campo de acción en que vive asediada. Se inició de ese modo esta organización, que, contra nuestra voluntad, es un abismo de sufrimiento. Se reúnen aquí, de manera indiscriminada, millares de entidades víctimas de sus pensamientos alucinados y sombríos. Cuando superan su crisis de perturbación o de angustia, lo que puede perdurar por días, meses o años, son llevadas a nuestra institución, que, en todo lo posible, evita abrir sus puertas a las conciencias que todavía se hallan enclavadas en la rebeldía sistemática.
Tal vez porque estábamos evocando en silencio los episodios de la víspera, recordando a aquellos desencarnados acogidos en el gran asilo, nuestro compañero añadió:
–Vosotros acompañasteis ayer la ayuda a un hermano en desgracia maltratado en las tinieblas, y visteis la llegada de hermanos en sufrimiento que dejaron el cuerpo físico recientemente. Además, entre los beneficiados, visteis espíritus inconscientes y deudores, pero no a insensatos y rebeldes.
Ante esta observación que en cierto modo serenaba nuestra mente inquieta, Hilario preguntó:
–Y este ambiente, abatido por el infortunio, ¿Cuenta con el amparo necesario?
–Si, –aclaró nuestro amigo– muchas criaturas recuperadas en la Mansión, aceptan aquí preciosas tareas de auxilio, ocupándose de la asistencia fraternal, en grandes sectores de esta región torturada...

MIS OBSERVACIONES
(40) Cuando el espíritu está atrasado, no entiende razones y es rebelde siempre al orden. Son las personas antisistemas que encontramos en la tierra. Ellos quieren la ayuda pero no aceptan las obligaciones. Esto no implica no darles ayuda. Se debe dar lo que estén dispuestos a recibir con humildad y no mas de eso, porque no lo apreciarán y caerá en el vacío.

Libro Psicografiado, "Acción y Reacción", por Chico Xavier\André Luiz


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Fábula de la Rana y el Escorpión

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Fábula de la Rana y el Escorpión

por Richard Simonetti

Se acostumbra a decir que uno de los problemas del ser humano está en traer resquicios de programaciones de la animalidad inferior. Es mi naturaleza –dice el individuo agresivo, como si trajese algo de león. El inquieto revela el temperamento de los macacos. El indolente guarda la pachorra del bicho de la pereza. El que se complace con la desgracia ajena recuerda la risa siniestra de la hiena.

Vieja fábula, atribuida a Esopo, es bien ilustrativa. Un escorpión, deseando transportarse por el largo rio, pidió a la rana que lo ayudase.
-De modo alguno. Usted me va a picar y moriré envenenada.
El rabo torcido la tranquilizó.
-Sería un tonto si hiciese eso, pues yo también moriría. No sé nadar.
Argumento lógico. La rana decidió ayudarlo. Cuando estaban en medio del rio, el escorpión picó a su benefactora, que sorprendida, ya en agonía reclamó:
-¡Que locura, usted me envenenó y ahora va a morir ahogado!
-Discúlpeme. Es mi naturaleza…

Así podrían explicar los hombres sus actitudes inconsecuentes, resquicios de la animalidad primitiva.

***

Solo hay un detalle. Una pequeña diferencia: Somos seres pensantes. Tenemos la capacidad de comandar nuestras vidas. Actúa instintivamente, dando paso a impulsos de animalidad inferior, aquel que no ejercita la razón, recusándose a distinguir lo cierto de lo errado, lo que debe o no hacer.

Dice el apóstol Pablo en la Primera Epístola a los Corintios: Cuando yo era pequeño, hablaba como pequeño, sentía como pequeño, pensaba como pequeño; cuando llegué a ser hombre, desistí de las cosas propias de un pequeño.

Es llegado el tiempo de dejar el comportamiento instintivo, propio de nuestra infancia espiritual, y asumamos la condición de seres pensantes, creados para el Bien y la Verdad, que componen un software básico, un programa inmutable instalado por el Creador en nuestra conciencia. Podemos ignóralo o incumplirlo, ya que tenemos el libre albedrío, pero siempre retornaremos a él, después de amargas frustraciones, hasta que completamos las transformaciones intimas que hacen resplandecer nuestra naturaleza espiritual como hijos de Dios.

Tomado del Blog "La Weblog Espírita de Mari"

ALLAN KARDEC


ALLAN KARDEC


Hippolyte Léon Denizard Rivail (1804-1869) Francia


Allan Kardec es el seudónimo del profesor francés Hippolyte León Denizard Rivail. Nació en la ciudad de Lyon (Francia), el día 3 de octubre de 1804 y desencarnó el 31 de marzo de 1869, en París, con la edad de 64 años.

Pertenecía a una antigua familia que se distinguió en la magistratura y la abogacía, pero Hippolyte no siguió esas carreras. Desde su juventud se sintió inclinado al estudio de las ciencias y de la filosofía.


Estudios iniciales de Allan Kardec

Nacido dentro de la religión católica, fue educado en un país protestante, en la Escuela de Pestalozzi, en Yverdun (Suiza). Se convirtió en uno de los más eminentes discípulos de ese célebre profesor, así como en uno de los celosos propagandistas de su sistema de educación, que ejerció tan grande influencia sobre la reforma de la enseñanza en Alemania y en Francia.

El Instituto del célebre Johann Heinrich Pestalozzi (1746-1827), conocido como «el educador de la humanidad», fue uno de los más famosos y respetados en toda Europa. Conceptuado como escuela modelo, por donde pasaron sabios y nobles del viejo continente.

Rivail, dotado de una extraordinaria inteligencia, y atraído hacia la enseñanza por su carácter y sus aptitudes especiales, desde los 14 años enseñaba lo que sabía a sus condiscípulos que habían aprendido menos que él. En esa escuela desarrolló las ideas que más tarde habrían de ubicarlo en la categoría de los hombres progresistas y librepensadores. Concluidos sus estudios, regresó a Francia.

Como políglota conocía bien el alemán –su lengua adoptiva-, el inglés, el holandés, teniendo sólidos conocimientos del latín, griego, céltico y de algunas lenguas neolatinas, en las cuales se expresaba correctamente. Para la lengua germánica tradujo extractos clásicos de Francia, especialmente los escritos de Fenelón (Francois de Salignac de La Mothe), uno de los cuales –Telémaco- recibió inteligentes comentarios y Notas del profesor Rivail, siendo posteriormente publicado en febrero de 1830, para uso en los establecimientos educativos.

La escuela fundada por Allan Kardec

A mediados de 1825 comienza a dirigir la “Escuela de Enseñanza Primaria”, primer establecimiento de educación fundado por él en París, en sociedad con un tío materno, y funcionó hasta fines de 1834. La Escuela de Rival sobrevivió varios años a la fuerte competición y a la animosidad de las escuelas religiosas, que hacían lo posible para arruinar a las de enseñanza laica. Pero los desmanes de su tío, que tenía pasión por el juego, llevaron al Instituto a la bancarrota.


La esposa de Allan Kardec

En 1832 se casó con Amélie Gabrielle Boudet y no tuvieron descendientes. Ella era Profesora de Enseñanza Superior y también profesora de Letras y de Bellas Artes.

A partir de 1835, el Profesor Rivail comienza a trabajar como contador en tres casas comerciales, empleo en que ganaba 7000 francos por año.

Entre 1835 y 1840, en su casa de la calle de Sèvres, dictó cursos gratuitos de Química, Física, Anatomía comparada, Astronomía, etc. Iniciativa digna de elogios en todos los tiempos, y particularmente en una época en la que sólo una cantidad muy reducida de inteligencias osaba transitar ese camino.

Constantemente ocupado en hacer atractivos e interesantes los sistemas de educación, inventó en esa misma época un método ingenioso para enseñar a contar, así como un cuadro mnemónico de la Historia de Francia, con el objetivo de grabar en la memoria las fechas de los acontecimientos de mayor relevancia.

Algunas de las obras pedagógicas escritas por Rivail, varias de las cuales han tenido decena de ediciones:
• Curso Completo Teórico y Práctico de Aritmética. Conteniendo tres mil ejercicios y problemas graduales (París, 1845).

• Plan propuesto para la mejoría de la Educación Pública (París, 1828).

• Gramática Francesa Clásica de acuerdo con un nuevo plan (París, 1831).

• Memoria sobre la Educación Pública, dirigida a los miembros de la Comisión encargada de revisar la legislación universitaria.(París, 1831). Trata de la reforma de los estudios clásicos. Premiada por la Academia de Arras, 1831.

• Soluciones de los ejercicios y problemas del “Tratado Completo de Aritmética”. (París, 1847).

Todo su trabajo estaba destinado a la educación, en sus distintos niveles: primaria, secundaria e incluso superior. Siendo algunas de sus obras adoptadas por la Universidad de Francia, en establecimientos públicos.

Antes que el Espiritismo volviese popular e inmortal el seudónimo de Allan Kardec, Rivail ya se había hecho ilustre, por su reputación de distinguido maestro de la Pedagogía moderna; adquiriendo de forma muy elevada el concepto del pueblo francés y el respecto de autoridades y profesores.

Durante 30 años, de 1819 a 1850, muchas veces superando incomprensiones y contratiempos, Rivail (Allan Kardec) se empeñó de cuerpo y alma en instruir y en educar a innumerables niños y jóvenes parisienses, según el método pestalociano, con modificaciones, al que añadió prácticas pedagógicas creadas por él mismo, algunas de las cuales solamente más tarde –en el siglo XX- serían retomadas y ampliamente difundidas por ilustres reformadores de la enseñanza.


Allan Kardec se consagra al espiritismo

A partir de 1855 hasta su desencarnación Allan Kardec se consagra por completo al Espiritismo. Era un Espíritu vigoroso, que soportó sin mella persecuciones, calumnias e injurias. Trabajaba sin descanso en la atención de la correspondencia, entrevistas, edición de una revista de publicación mensual, viajes, ediciones y reediciones de los libros de la Doctrina Espírita. Además, dedicaba tiempo a la actualización de obras didácticas fuente de sus recursos personales. Todo esta descomunal actividad concluyó haciendo crisis en una enfermedad cardiovascular.

El médico francés Antoine Demeure, había abrazado con ardor la Doctrina Espírita en el tiempo de Kardec, aunque no se conocían personalmente. Desencarna el 25 de enero de 1865 y siete días después se comunica por primera vez en Espíritu, aconsejándole a Kardec moderación en sus actividades, indicándole reposo intelectual y una reducida actividad material para poder concluir la obra de la cual era responsable.

Entonces Allan Kardec busca colaboración e invita como secretarios a sus amigos Desliens y Leymarie, en particular para mantener al día la abrumadora correspondencia. Los fines de semana pasaba en su casa, en familia y acompañado de algunos amigos procurando restablecer sus energías.

Anna Blackwell, que conoció a Allan Kardec de cerca y del cual tradujo algunas de sus obras para la lengua inglesa, lo describe en el prólogo de “The Spirits’ Book”, de la siguiente manera: “En persona, Allan Kardec era de mediana estatura. Tenía una complexión robusta, cabeza amplia, redonda, firme, con facciones bien marcadas y ojos grises claros, pareciéndose más con un alemán que con un francés. Era enérgico y perseverante, pero con un temperamento tranquilo, cauteloso y realista –casi hasta la frialdad-, siendo incrédulo por naturaleza y por educación, razonador lógico, preciso y eminentemente práctico en sus ideas y acciones. Igualmente tomaba distancia del misticismo y del entusiasmo… Era grave, modesto y calmo en su manera de hablar, pero con una cierta y tranquila dignidad resultante de su seriedad y honestidad. (…) Ocasionalmente su semblante se iluminaba con una sonrisa placentera y genial, si bien que, por causa de la sobriedad natural en sus modales, nunca se lo vio dar carcajadas. (…)”

Pierre-Gaetan Leymarie, amigo íntimo de Rivail, discípulo y su continuador; confesó en determinada ocasión que las cartas anónimas, las traiciones, los insultos y la difamación sistemática perseguían al Codificador y en él abrieron heridas. Decía que Allan Kardec se levantaba a las 4:30 hs. para atender los muchos y variados trabajos del Espiritismo.

También revelaba el Sr. Leymarie a los discípulos que lo ignoraban: “Cuántas veces supimos de personas en prueba que encontraban junto a Kardec el socorro moral, y no raramente, el socorro material. Con respeto a estas cosas, él no decía una palabra, ocultando en el olvido sus buenas obras”.


Desencarnación de Allan Kardec

Allan Kardec, desencarnó el 31 de marzo de 1869, en París. Estaba terminando los preparativos de la mudanza de la Revue Spirite y de la Sociedad Espírita de París, cuando entre las once y las doce horas, al atender al empleado de una librería, cayó pesadamente en el suelo, fulminado por la ruptura de un aneurisma de la aorta.

La ceremonia fúnebre rompe con la tradición de la estricta invitación. Una muchedumbre de mil doscientas personas, acompaña los restos hasta el cementerio de Montmartre -el más antiguo de París-, donde otra gran cantidad de gente ya estaba reunida.

Junto a la tumba de Allan Kardec se sucedieron una serie de discursos. Primero disertó el Sr. Levent, vicepresidente de la Sociedad de París. A continuación, el Sr. Camille Flammarion, sabio astrónomo francés, quien con una oratoria brillante magnetizó por cerca de media hora a los presentes. Luego el Sr. Alexandre Delanne, disertó en nombre de las Sociedades Espíritas francesas y del extranjero. El último discurso fue del Sr. Muller, que habló en nombre de la familia y los amigos.



El 29 de marzo de 1870, se procedió a la exhumación de los restos mortales del profesor Rivail del Cementerio de Montmartre, y se transfirieron al Cementerio Monumental del Pére Lachaise. El 31 de marzo, los espíritas inauguraron el monumento dolménico erigido en memoria de Allan Kardec.

El dolmen es simple y severo en sus líneas, construido con bloques de granito puro formando una cámara, en cuyo centro está el herma de bronce de Allan Kardec, casi al tamaño natural, ejecutado por el artista Capellaro. En el frontispicio del dolmen, se esculpió la frase: "Naître, mourir, renaître encore et progresser sans cesse telle est la loi”. Traducida al español es: “Nacer, morir, renacer de nuevo y progresar sin cesar, tal es la ley”.

La prensa de varias naciones resaltan la curiosa y original forma del sepulcro, destacando que es la tumba más visitada –por espíritas y no espíritas- y especialmente la más florida.

 Fuentes consultadas:
Allan Kardec, “Obras Póstumas”
Florentino Barrera, “La Sociedad de París”
Florentino Barrera, “Resumen Analítico de las Obras de Allan Kardec”
Zêus Wantuil – Francisco Thiesen, “Allan Kardec – el educador y el codificador”

Tomado del Sitio "Confederación Espírita Argentina"

La Inmortalidad a Debate

¿Somos Espíritus Inmortales?

La Inmortalidad a Debate

por Grupo Villena

Entre las diversas preguntas que el ser humano se realiza a lo largo de su vida cuando se tienen inquietudes espirituales destaca la cuestión de si existe vida después de la vida, y en el supuesto de que así sea, de qué forma y cómo se manifiesta.

En la historia de las religiones vemos coincidencias en el axioma de la transcendencia del hombre después de la muerte, pero existen profundas divergencias en cuanto a la forma de acceder a ese nuevo estado y cómo se vive en él. También la semántica en este tema, define de forma diferente conceptos que significan lo mismo pero a los que se denominan de distintas maneras.

Dando por supuesto que existe vida después de la muerte, lo que es exactamente cierto es que la misma no puede ser biológica de ninguna manera, pues la ciencia nos demuestra que cuando una persona fallece su cuerpo va desintegrándose hasta desaparecer por completo, disgregándose sus átomos hasta pasar a formar parte de la naturaleza, al igual que ocurre con cualquier ser vivo, planta, mineral u organismo que acaba un ciclo y se transforma.

De esta reflexión anterior se infiere que la parte del ser humano que sobrevive a la muerte no puede ser biológica, pero sí podría ser mental, psicológica, emocional o de otra índole. La complejidad del cerebro humano es tal que en pleno siglo XXI la neurología moderna sólo alcanza a comprender, y con un enorme esfuerzo; un 10% de su funcionamiento. Esto nos indica que si la mente humana tiene su lugar de “residencia” en el cerebro, cuando el cuerpo fallece la mente debería desaparecer igualmente.

Por ello, si alguna parte del ser humano sobrevive a la muerte ésta debería ser un compendio psíquico que no sólo abarque las facultades mentales, sino las emocionales, y psíquicas, ya que desde la aparición de la psicología moderna y el psicoanálisis posterior la ciencia acepta con rotundidad que la persona está formada por aspectos mentales, emocionales y psicológicos que nos diferencian de otros seres vivos. Y que todos estos aspectos no tienen un lugar de ubicación en ningún órgano biológico del ser humano sino que forman parte del ser integral, de la personalidad del individuo y lo diferencian por completo del resto de seres humanos.

Extractos de "Revista Espirita FEE"

El Infierno Cristiano Imitado del Infierno Pagano

El Infierno

El Infierno Cristiano Imitado del Infierno Pagano

por Allan Kardec.

El infierno de los paganos, descrito y dramatizado por los poetas, ha sido el modelo más grandioso en su género. Se ha perpetuado en el de los cristianos, el cual también tuvo sus cantores poéticos. Comparándolos se encuentra en ellos, salvo los nombres y algunas variaciones en los detalles, numerosas analogías: en uno y en otro el fuego material es la base de los tormentos, porque simboliza los más crueles padecimientos. Pero, ¡cosa extraña!, los cristianos, en muchos puntos, han sobrepujado al infierno de los paganos. Si estos últimos tenían en el suyo el tonel de las Danaides, la rueda de Ixan, la roca de Sísifo, eran suplicios individuales, pero el infierno cristiano tiene, para todos, sus calderas hirviendo, cuyas coberturas levantan los ángeles para ver las contorsiones de los condenados, y Dios oye sin piedad los gemidos de éstos durante la eternidad. Jamás dijeron los paganos que los moradores de los Campos Elíseos recreasen su vista con los suplicios del Tártaro.

Extractos del Libro "El Cielo y el Infierno", por Allan Kardec.