El alma humana
por Gabriel Delanne.
El ser pensante, no es una resultante del organismo; puesto que persiste después de la desagregación del cuerpo, probando que sus facultades se han conservado intactas, por cuyo motivo se demuestra que eran independientes de la envoltura carnal. Mas, ¿de qué manera se nos puede revelar, careciendo de instrumentos para obrar sobre el mundo físico? Esta cuestión es muy seria, habiendo sido en gran parte la causa determinante de la incredulidad general con que ha sido juzgado el Espiritismo desde sus primeros pasos.
Sin embargo, los mismos espíritus se encargaron de contestar a la pregunta que acabamos de formular.
El Espiritismo ha reivindicado desde un principio la demostración de la supervivencia del principio individual después de la muerte.
No es posible concebir un alma sin un cuerpo que la individualice, porque si así fuera, estaría en la imposibilidad de pensar, y tampoco puede librarse de las condiciones de espacio y tiempo, sin que en el instante dejara de ser lo que es.
Si fuera esto posible, podríamos decir que se trataba de algo absolutamente incomprensible para nuestra razón. El estudio nos enseña que existen leyes a las cuales se hallan sometidos todos los seres pensantes. Es, en virtud de dichas leyes, por lo que no podemos hallarnos presentes en diversos lugares a la vez, o franquear de, uno a otro espacio en un tiempo dado. Las sensaciones y los pensamientos están limitados en número durante ese mismo tiempo.
No podemos concebir una inteligencia absolutamente libre de toda sujeción, es decir, de un cuerpo.
¿Poseemos actualmente documentos positivos y en suficiente número para resolver esta grave cuestión?
Para apoyar mi manera de ver, creo necesario establecer:
1º Que el alma humana se halla revestida, durante su paso por la, tierra, de una envoltura invisible llamada peri-espíritu, de peri alrededor y spíritus, de espíritu.
2º Que después de la muerte, esta envoltura no se destruye.
3º Que el estudio de las propiedades de este cuerpo espiritual, obliga a concluir que el alma preexiste al nacimiento.
4º Que únicamente sobre la tierra ha podido producirse esta evolución.
Conceptos Extractados de "Las Vidas Sucesivas", por Gabriel Delanne.