21 de marzo de 2019

El alma humana

El alma humana

 por Gabriel Delanne.

Es útil, fijar la idea sobre la manera cómo se debe considerar al alma, puede ser ella una entidad ideal ajena al tiempo y al espacio, o bien un ser dependiente en cierto modo de estas condiciones.
El ser pensante, no es una resultante del organismo; puesto que persiste después de la desagregación del cuerpo, probando que sus facultades se han conservado intactas, por cuyo motivo se demuestra que eran independientes de la envoltura carnal. Mas, ¿de qué manera se nos puede revelar, careciendo de instrumentos para obrar sobre el mundo físico? Esta cuestión es muy seria, habiendo sido en gran parte la causa determinante de la incredulidad general con que ha sido juzgado el Espiritismo desde sus primeros pasos.
Sin embargo, los mismos espíritus se encargaron de contestar a la pregunta que acabamos de formular.

El Espiritismo ha reivindicado desde un principio la demostración de la supervivencia del principio individual después de la muerte.
No es posible concebir un alma sin un cuerpo que la individualice, porque si así fuera, estaría en la imposibilidad de pensar, y tampoco puede librarse de las condiciones de espacio y tiempo, sin que en el instante dejara de ser lo que es.

Si fuera esto posible, podríamos decir que se trataba de algo absolutamente incomprensible para nuestra razón. El estudio nos enseña que existen leyes a las cuales se hallan sometidos todos los seres pensantes. Es, en virtud de dichas leyes, por lo que no podemos hallarnos presentes en diversos lugares a la vez, o franquear de, uno a otro espacio en un tiempo dado. Las sensaciones y los pensamientos están limitados en número durante ese mismo tiempo.
No podemos concebir una inteligencia absolutamente libre de toda sujeción, es decir, de un cuerpo.
¿Poseemos actualmente documentos positivos y en suficiente número para resolver esta grave cuestión?

Para apoyar mi manera de ver, creo necesario establecer:

1º Que el alma humana se halla revestida, durante su paso por la, tierra, de una envoltura invisible llamada peri-espíritu, de peri alrededor y spíritus, de espíritu.

2º Que después de la muerte, esta envoltura no se destruye.

3º Que el estudio de las propiedades de este cuerpo espiritual, obliga a concluir que el alma preexiste al nacimiento.

4º Que únicamente sobre la tierra ha podido producirse esta evolución.

Conceptos Extractados de "Las Vidas Sucesivas", por Gabriel Delanne.

El Espíritu en el espacio

El Espíritu en el espacio


Con respecto a la actividad que tiene el espíritu en el espacio, ¿tiene algún momento de descanso semejante al acto de dormir del ser encarnado o carece de esta actividad?

- Espiritualmente los seres que ya han logrado una cierta capacidad espiritual, no sufren el cansancio. Los espíritus que lograron su estado de sufrir en el espacio, como no han logrado todavía tener la suficiente capacidad en su espíritu, se produce en ellos un cansancio, no un sueño. Pero los seres ya de cierta altura espiritual jamás descansan, su trabajo es incesante.

En el caso de los que sí sienten ese cansancio, ¿permanecen inactivos o sería una situación semejante a dormir?

- No es una situación justamente de somnolencia, pero sí es una inactividad momentánea. Están en el lugar que les pertenece, en el sitio que ocupan en el mundo espiritual, quedando inactivos, pero esto no es prolongado. Es diferente a los seres que han llegado al espacio en estado de incomprensión, que no conocen que han dejado el plano Tierra y sienten todavía la sensación de su cuerpo, es decir que cada espíritu en el que se produce la muerte física, ocupa el lugar del mundo espiritual del plano al cual pertenece.

Extractado del Boletín Luz y Vida.

MI COMENTARIO
No existe el cansancio del espíritu porque no está sujeto a esfuerzo físico alguno. Pero, esto no quiere decir que el espíritu no sienta ese cansancio si está mas apegado a los aspectos y sensaciones materiales que quienes estén mas elevados.

El Espiritismo en la regeneración de la humanidad


El Espiritismo en la regeneración de la humanidad


“En ese gran movimiento regenerador, el espiritismo desempeña una función considerable; no el espiritismo ridículo inventado por una crítica burlona, sino el espiritismo filosófico, como lo entiende cualquiera que se haya tomado el trabajo de buscar la almendra dentro del hueso que la contiene.

Con las pruebas que aporta respecto de las verdades fundamentales, el espiritismo llena el vacío que la incredulidad genera en las ideas y en las creencias; y con la certeza acerca de un porvenir conforme a la justicia de Dios, y que la razón más severa puede admitir, calma las amarguras de la vida y previene los funestos efectos de la desesperación. Al dar a conocer nuevas leyes de la naturaleza, el espiritismo otorga la clave de fenómenos incomprendidos y de problemas insolubles hasta ahora, al mismo tiempo que destruye la incredulidad y la superstición. Para él, no existe nada sobrenatural ni maravilloso, pues en el mundo todo sucede en virtud de leyes inmutables.

Lejos de sustituir un exclusivismo por otro, se presenta como campeón absoluto de la libertad de conciencia. Combate al fanatismo en todas sus formas, y lo arranca de raíz para proclamar la salvación de todos los hombres de bien, así como la posibilidad de que los más imperfectos, mediante sus esfuerzos, con la expiación y la reparación, lleguen a la perfección, fuera de la cual no hay suprema felicidad. En vez de desanimar al débil, lo alienta y le muestra el puerto al que puede arribar.

No dice: Fuera del espiritismo no hay salvación, sino que afirma, con el Cristo: Sin caridad no hay salvación, pues tal es el principio de unión, de tolerancia, que unirá a los hombres en un sentimiento común de fraternidad, en vez de dividirlos en sectas enemigas. Con este principio: Solo es inquebrantable la fe que puede mirar a la razón cara a cara, en todas las épocas de la humanidad, destruye el imperio de la fe ciega que aniquila a la razón, de la obediencia pasiva que embrutece; de modo que emancipa a la inteligencia del hombre y eleva su moral. Consecuente consigo mismo, no se impone. Dice qué es, qué quiere, qué da, y espera que se acuda a él con libertad, voluntariamente.

Pretende que se lo acepte con la razón, y no a la fuerza. Respeta todas las creencias sinceras y sólo combate la incredulidad, el egoísmo, el orgullo y la hipocresía, que son las plagas de la sociedad y los obstáculos más importantes para el progreso moral; pero lo hace sin maldecir a nadie, y mucho menos a sus enemigos, porque está convencido de que el camino del bien se encuentra abierto incluso para los más imperfectos, quienes tarde o temprano habrán de recorrerlo”
(Texto de las ediciones de Allan Kardec de su libro “La génesis, los milagros y las predicciones según el espiritismo”)

Extractado de la Revista Constancia.

¿Podemos evocar a los Espíritus?

¿Podemos evocar a los Espíritus?

por Isabel Porras González

André Luiz y Emmanuel desaconsejan tal práctica.
Nos dicen que no lo hagamos, pero que sí lo hacemos, tengamos cuidado, por lo que no hay contradicción con lo que dice Allan Kardec, en el Libro de los Médiums, cap. XXV.
Kardec fue designado a hacer una gran tarea, es por esta razón que es lógico y razonable, que él pudiera y debiera hacer evocaciones. Su labor, entre otras, era la de investigar. El estuvo en todo momento respaldado y guiado por Espíritus Superiores, asesorándole y protegiéndole, ya que la tarea a realizar era de suma importancia. El sería nada menos que el Codificador de la Tercera Revelación.
El nos dice que, sí bien pueden estas practicas tener éxito, también es cierto que pueden ser un fracaso en la mayoría de los casos, sino, una experiencia donde podamos terminar siendo engañados o mixtificados. Los obstáculos e inconvenientes son numerosos:
Frecuentemente, las evocaciones ofrecen más dificultades a los médiums de lo que las comunicaciones espontáneas, sobre todo, cuando se trata de obtener respuestas precisas a cuestiones circunstanciadas.

Puede ser que el Espíritu evocado esté ocupado o bien en misión.
También es importante saber la naturaleza de la persona o mediums que evocan. Y hay que tener en cuanta algo importantísimo, ¿cuál es el objetivo de la evocación? Es importante tener en cuenta la cuestión del merecimiento; tanto por parte del evocado, como del evocador.

Si Emmanuel y André Luiz en diversas obras desaconsejan esta practica, no significa que la prohíban. Pero tendríamos que reflexionar el porqué de ese consejo por parte de ellos, y pensar que, de todas formas ya tendremos, si así ha de ser, la oportunidad de comunicar con los seres queridos, cuando sea el momento oportuno. Y no olvidemos que, durante el sueño, el descanso del cuerpo, el Espíritu se desprende y podría ver o saber de esos seres queridos o añorados. Dejemos a los Espíritus más adelantados e instruidos, la tarea de hacer lo que crean más conveniente para nosotros.

No olvidemos instruirnos y reformarnos moralmente, de esa forma será más fácil intuir cómo están aquellos que dejaron el cuerpo material, para ir a la Verdadera Vida: la Espiritual.

Extractado del Sitio Federación Espírita Española.

MI COMENTARIO
Se corren muchos riesgos cuando uno es médium y actúa sin asesoramiento para interceder con el mundo espiritual. Pueden echarse por la borda años de adelanto espiritual si caemos en las "garras"de espíritus atrasados que solo disfrutan haciendo daño y crueldades a quienes son ignorantes de ese mundo.
Podemos ser subyugados, fascinados, obsesionados o hasta poseídos por espíritus de baja estofa.