4 de marzo de 2019

Educándonos en la muerte

Educándonos en la muerte

por Herculano Pires.

Voy a acostarme para dormir. Mas puedo morir durante el sueño. Estoy bien, no tengo ningún motivo especial para pensar en la muerte en este momento. Ni para desearla. Mas la muerte no es una opción, ni una posibilidad. Es una certeza. Cuando el Jurado de Atenas condenó a Sócrates a la muerte al contrario de premiarlo, su mujer corrió afligida hacia la prisión, gritándole: “Sócrates, los jueces te condenaron a la muerte”. El filósofo respondió calmadamente: “Ellos también ya están condenados”. La mujer insistió en su desespero: “Mas es una sentencia injusta!” Y él le preguntó: “Preferirías que fuese justa?” La serenidad de Sócrates era el producto de un proceso educacional: la Educación para la Muerte. Es curioso señalar que en nuestro tiempo solo nos preocupamos de la Educación para la Vida. Nos olvidamos de que vivimos para morir. La muerte es nuestro fin inevitable. Mientras tanto, llegamos generalmente a ella sin la menor preparación.

Quien primero se preocupo por la Psicología de la Muerte y de la Educación para la Muerte, en nuestro tiempo, fue Allan Kardec. El realizó una pesquisa psicológica ejemplar sobre el fenómeno de la muerte. Por años consecutivos habló al respecto con los espíritus de los muertos. Y, considerando al sueño como hermano o primo de la muerte, investigó también a los espíritus de personas vivas durante el sueño. Esto porque, según verificara, los que
duermen salen del cuerpo durante el sueño. Algunos salen y no vuelven: mueren. Llegó, con anticipación de más de un siglo, a esta conclusión a que las ciencias actuales también llegaran, con la misma tranquilidad de Sócrates, a la conclusión de Victor Hugo: “Morir no es morir, sino solo mudarse”.

Conceptos Extractados de "Educación para la Muerte", por Herculano Pires.

¿Por qué tiene enemigos el Espiritismo?

¿Por qué tiene enemigos el Espiritismo?

por Allan Kardec

Si el Espiritismo hace mejores a los hombres y conduce a los incrédulos a la creencia en Dios, en el alma y en la vida futura, sólo puede realizar el bien. ¿Por qué, entonces, él tiene enemigos y por qué aquellos que todo eso niegan no se cansan de atacarlo?

El Espiritismo tiene enemigos como toda otra idea nueva los tiene. Una idea que se estableciese sin oposición, sería un hecho milagroso. Además, cuanto más falsa y absurda fuera, menos adversarios hallaría, mientras que los tendría en cantidad mayor si ella fuera verdadera, justa y útil. Esta es una consecuencia natural del estado actual de la humanidad. Toda idea nueva viene, necesariamente, a reemplazar a una idea vieja. Si ella es falsa, ridícula o impracticable, nadie le da importancia, puesto que se comprende que no tiene vitalidad. La dejan morir de muerte natural. Si es justa y fecunda, ella ; atemoriza a aquellos que, por cualquier motivo, por orgullo o interés material, estuvieren interesados en mantener la idea vieja. Éstos la combatirán con tanto mayor ardor cuanto mejor perciban el peligro que representa para sus intereses. Observad la historia, las industrias, las ciencias y las religiones, y por todas partes encontraréis la aplicación de este principio.

Pero la historia también os dirá que contra la verdad nadie y nada puede prevalecer. Ella se establece, quiérase o no, cuando los hombres están lo suficientemente maduros para aceptarla. Es absolutamente necesario, entonces, que sus adversarios se sepan adecuar a esta circunstancia, pues esto es lo único que les cabe. Con todo, es curioso y digno de resaltar que, en muchas oportunidades, éstos han sido los primeros en vanagloriarse de ser los padres de la idea que hasta entonces combatieron.
Suponed que al llegar a un país tomáis conocimiento de que el pueblo allí se prepara para rechazar a un enemigo que intenta invadir su territorio. Pues bien, si percibiereis que son enviados a sus fronteras apenas cuatro soldados y un cabo, consideraréis que el enemigo no es tan temible. En cambio, otra será vuestra reacción si vierais movilizar contra él a numerosos batallones pertrechados con toda la artillería de guerra.

Observad la sabiduría de la Providencia en todas las cosas: nunca una idea nueva, de cierta importancia, se presenta súbitamente con toda su fuerza. Ella crece gradualmente infiltrándose en los hábitos. Lo mismo ocurre con el Espiritismo, al cual podemos considerar, sin presunción alguna, como la idea capital del siglo diecinueve. Más adelante se podrá verificar si nos hemos engañado, a partir del inocente fenómeno de las mesas danzantes y parlantes. Fueron ellas una criatura con la cual jugaron hasta sus más implacables enemigos. Y, valiéndose de ese pasatiempo, ella penetró en todos los ambientes. Con todo, muy de prisa creció. Hoy es adulta y ocupó su lugar en el mundo de la filosofía. Ya no se juega con ella, la discuten y la combaten. Si fuese una mentira o una utopía, no habría salido de sus faldas.

Conceptos Extratados del Libro "Viaje Espírita en 1862", por Allan Kardec.

Origen y naturaleza de los Espíritus

Origen y naturaleza de los Espíritus

por Allan Kardec.

76.¿Qué definición puede darse de los espíritus?

«Puede decirse que los espíritus son los seres inteligentes de la creación. Pueblan el universo fuera del mundo material».

NOTA. Se emplea aquí la palabra espíritus para designar a las individualidades de los seres extracorporales, y no al elemento inteligente universal.

77.¿Los espíritus son seres distintos de la Divinidad, o sólo emanaciones o porciones de la Divinidad, llamados por esta razón hijos de Dios?

«Son obra suya, lo mismo que cuando un hombre hace una máquina; ésta es la obra de aquél, pero no él mismo. Ya sabes que cuando alguien hace alguna cosa bella y útil, la llama su hija, su creación. Pues lo mismo Dios, y somos sus hijos, porque somos obra suya».

78.¿Tienen principio los espíritus, o son eternos como Dios?

«Si no tuviesen principio, serían iguales a Dios, siendo así que son creación suya y están sometidos a su voluntad. Es incontestable que Dios es eterno; pero nada sabemos de cuándo y cómo nos creó, y puedes decir que no tenemos principio, si entiendes dar a comprender que, siendo eterno Dios, ha creado sin interrupción; pero, respecto del cuándo y cómo fuimos creados, te repito, que nadie lo sabe. pues este es un misterio».

79.Puesto que hay dos elementos generales en el universo, el inteligente y el material, ¿podría decirse que los espíritus están formados del primero, como los cuerpos inertes lo están del segundo?

«Es evidente que los espíritus son la individualización del principio inteligente, como los cuerpos son la del principio material, y lo desconocido es la época de su formación y el modo de realizarse».

80.¿Es permanente la creación de los espíritus, o sólo tuvo lugar en el origen de los tiempos?

«Es permanente, de manera, que Dios nunca cesa de crear».

Conceptos Extractados de "El Libro de los Espíritus", por Allan Kardec.

La herencia de Kardec

La herencia de Kardec

Por Oscar M. García Rodríguez

La manera que Allan Kardec adoptó para realizar sus investigaciones es INATACABLE; esto ha sido reconocido incluso por los mismos que no admitieron sus conclusiones. Dicha actitud fue permanente en su vida y desde su infancia la aplicó a cuantas actividades intelectuales, estudios e investigaciones realizó.

Veamos, con sus propias palabras, un ejemplo de ese posicionamiento vital que presidiría la codificación del Espiritismo: “Apliqué a esta nueva ciencia, como era mi costumbre, el método experimental. Jamás senté una teoría preconcebida; observé atentamente, comparé y deduje consecuencias. De los efectos procuré remontarme a las causas por la deducción y el encadenamiento lógico de los hechos... Así había procedido en mis trabajos anteriores, desde la edad de quince a dieciséis años. Desde el primer momento me di cuenta de la exploración que iba a emprender...; me era preciso proceder con circunspección y no a la ligera; ser positivista y no idealista, para no dejarme llevar de mis propias ilusiones”. (Mi primera iniciación en el Espiritismo, "Obras Póstumas").

El carácter amplio, abierto, exigente, anti dogmático, de puro buscador de la Verdad, con que Allan Kardec impregnaba todos sus trabajos y que imprimió también al Espiritismo, no puede quedar mejor ejemplarizado en estas otras palabras suyas: Si con el avance de la humanidad se demuestra que en algún punto el Espiritismo estaba errado, se substituirá este punto y se seguirá adelante.

Extractado del Boletín Flama Espírita.

Una de fantasmas

Una de fantasmas

Por Jose Luis Martín

¿Existen los fantasmas?.-

Existen Seres invisibles, sin una realidad física, que antes fueron seres humanos y tras el fenómeno de la muerte, pueden acreditar de alguna forma su existencia.

Un fantasma es una aparición “vaporosa” e impalpable del cuerpo fluídico del Ser, encarnado o desencarnado . También se les conoce como “Espectros”. Algunos diccionarios los definen como “la figura de una persona muerta que aparece a los vivos”. Esta explicación es incompleta, pues también es posible la aparición fantasmal de personas que aún están vivas.

La palabra “fantasma” deriva de un verbo griego que significa “aparecer” o “mostrarse”. Este fenómeno es básicamente sensorial, y suele causar una impresión acompañada de reacciones y emociones traumáticas a quienes se muestra. Las visiones fantasmales también pueden aparecer solamente en el plano mental del que lo percibe , siendo en este caso un fenómeno de carácter absolutamente subjetivo, aunque no por ello menos real para el que lo experimenta..

La presencia visible y hasta “tangible” del Ser espiritual , con las mismas formas y apariencias de cuando era una persona viva, con el propósito de poder ser reconocido por personas de este mundo , es no solamente posible, sino evidente, tal como se acredita en cientos de casos habidos por todo el mundo, de la realidad de su existencia y de su presencia ante muchos y muy diversos testigos, y que han sido fotografiados y vistos totalmente o en parte, o que incluso después de su desaparición tras haberse materializado, han dejado huellas físicas de su presencia real en moldes de escayola o parafina.

Los fantasmas se pueden dejar ver y a veces incluso hasta tocar, cuando hasta cierto grado, pueden condensar de alguna forma la energía de que está formada su envoltura espiritual, y la materializan hasta hacerla no solamente visible , sino hasta palpable . Sin embargo también suelen proporcionar pruebas claras de su naturaleza no física, pues por ejemplo pueden dejarse ver atravesando paredes u otras materias sin la menor dificultad.

A veces en la aparición, también pueden llegar a verse animales u otros objetos espectrales, aunque en este caso, bien puede ser debido a mostrarse el “escenario”normal que tenía en vida el presunto fantasma, que de este modo se hace reconocer y que por un mecanismo todavía desconocido, se dejan ver en un momento determinado para luego volver a desvanecerse.

Extractado del Blog Inquietudes Espíritas.

El Espíritu encarnado tiene dos envolturas

El Espíritu encarnado tiene dos envolturas


En los fenómenos de las Ciencias naturales se actúa sobre la materia inerte que se manipula a voluntad; en los fenómenos espíritas se actúa sobre inteligencias que tienen su libre albedrío y que no están sometidas a nuestra voluntad. Por lo tanto, hay entre los fenómenos usuales y los fenómenos espíritas una diferencia radical en cuanto al principio: es por esto que la Ciencia común es incompetente para juzgarlos.

El Espíritu encarnado tiene dos envolturas: una material, que es el cuerpo, y otra semimaterial e indestructible, que es el periespíritu. Al dejar la primera, el Espíritu conserva la segunda que constituye para él una especie de cuerpo, pero cuyas propiedades son esencialmente diferentes. En su estado normal, el periespíritu es invisible para nosotros, pero puede volverse  momentáneamente visible e incluso tangible: tal es la causa del fenómeno de las apariciones. Ellos están por todas partes, a nuestro alrededor; pueblan los espacios y se transportan con la velocidad del pensamiento.

Los hombres pueden entrar en relación con los Espíritus y recibir de los mismos comunicaciones directas a través de la escritura, de la palabra y por otros medios. Al estar los Espíritus a nuestro lado, o al poder atender a nuestro llamado, es posible establecer con ellos comunicaciones continuadas, a través de ciertos intermediarios. Ciertas personas son más dotadas que otras de una aptitud especial para transmitir las comunicaciones de los Espíritus: son los médiums. El papel del médium es el de un intérprete; es un instrumento del cual se sirve el Espíritu; este instrumento puede ser más o menos perfecto, y es por esto que existen comunicaciones más o menos fáciles.

Los fenómenos espíritas son de dos órdenes: las manifestaciones físicas y materiales, y las comunicaciones inteligentes. Los efectos físicos son producidos por Espíritus inferiores; los Espíritus elevados no se ocupan de esas cosas, así como nuestros sabios no se ocupan en hacer proezas musculares: su papel es el de instruir por el razonamiento.

Los Espíritus elevados no enseñan más que cosas buenas; su moral es la del Evangelio; sólo predican la unión y la caridad, y nunca engañan. Los Espíritus inferiores dicen absurdos, mentiras y a menudo hasta groserías. Todos tenemos un Espíritu familiar que se vincula a nosotros desde nuestro nacimiento, que nos guía, aconseja y nos protege; este Espíritu es siempre bueno. Además del Espíritu familiar, hay Espíritus que son atraídos hacia nosotros por su simpatía para con nuestras cualidades y nuestros defectos, o por antiguos afectos terrestres.

Extracto de la Revista Espírita 1859, Allan Kardec