Las regiones inferiores
El umbral, infierno, tártaro, purgatorio, geena, son expresiones que identifican zonas de retención espiritual y de sufrimientos después de la muerte, que objetivan despertar el alma, reacondicionándola para la reencarnación o para la ascensión a las esferas inmediatas.
Desde los tiempos más remotos, hebreos, egipcios, griegos y romanos admitían la vida eterna, la alegría y el dolor como aspectos de la justicia divina y educaban a los hijos en la creencia de un juicio celestial para el espíritu humano, a partir del deceso carnal.
Los oradores, indulgencias, confesiones, extrema-unción, son artificios del religiosismo dogmático que inducen a la falsa idea del perdón y de la fuga de esas plagas de grandes martirios para entrar en un cielo de placeres comprados.
La literatura mundial se refiere a descripciones aterradoras, que intentan despertar la conciencia humana hacia las responsabilidades de la vida.
Dante Alighieri, notable escritor italiano, en plena edad Media, lanzó la inmortal obra "Divina Comedia". Conducido por su guía espiritual Virgilio, Dante visita las regiones infernales, llenas de lugares sombríos, con acantilados, ríos y furnas llenas, repletas de pecadores.
A principios de este siglo, surge en Inglaterra otro libro que aborda el mismo tema, ahora en versión menos poética y más descriptiva de las zonas purgatoriales. Se trata de "La vida más allá del velo", del reverendo de la Iglesia Anglicana G. Vale Owen. El mentor espiritual del religioso inglés era Astriel, hombre serio que, cuando en vida, fuera director de una escuela en la ciudad de Warwick, en el siglo 18. Los planos de las tinieblas, los núcleos de transición y las metrópolis organizadas se traen con impresionante claridad.
Yvonne A. Pereira psicografó la primera obra brasileña que describe las bandas en que se sitúan hombres y mujeres que se mataron, mostrando las formas existentes en esas regiones de pavor. "Memorias de un Suicida" es uno de los clásicos de la literatura mediúmnica.
Años después, André Luiz, por el incomparable Chico Xavier, trae las contundentes revelaciones sobre la existencia de ciudades organizadas en el plano espiritual y muestra cómo se relacionan las entidades desencarnadas y se desarrollan sus acciones sobre los seres encarnados. "Nuestro Hogar" es un éxito de venta desde hace más de 60 años.
Ninguna otra obra del género es tan rica y tan bella en sus textos como "Nuestro Hogar. Son revelaciones gradientes que espiritualizan la cultura terrena; y llaman la atención sobre la inmortalidad del alma y sus compromisos con las leyes de Dios, como bien evidenció Jesús, al hablar de las muchas moradas de la casa de nuestro Padre, materiales y espirituales.
Extractado del Blog Mundo Espírita.
MI COMENTARIO
Sin lugar a dudas de mi parte, estos "lugares" existen en el más allá. En realidad no son sitios como el cielo, purgatorio o infierno de las religiones cristianas. Son estados mentales.
El Umbral que se describen en Memorias de un Suicida o la belleza de Nuestro Hogar no son sitios físicos pero los espíritus lo viven como si así fuera.
Para los espíritus lo único que existe es el pensamiento. Nosotros como encarnados creemos mas importante el cuerpo, pero estamos en el error de venerar al traje que nos disfraza mas que el que lo porta.
Las diferencias de estados los da nuestro nivel de evolución. El umbral sería el infierno, en cierta forma, para el espíritu que vivió y vive con un pensamiento de error y lo descripto en NH es mas bien el estado en que se encuentran el promedio de los espíritus que desencarnan en la tierra y en la zona de Brasil.
Dije en Brasil porque esa colonias espirituales están formadas por habitantes de esa zona, como además hay infinidad de otras colonias alrededor del planeta aunque decir "alrededor" en realidad estaría describiendo un lugar y estaría mal dicho. Son colonias compuestas por distintos espíritus reunidos por afinidad. No solo por la afinidad de su estado evolutivo, sino también por haber pertenecido a determinado país, por haber luchado por determinadas causas, por haber desarrollado determinadas actividades, por haber sido familia, etc.