Concepto dínamo-genético de la vida
“El movimiento –dice Camilo Flammarion- sostiene el equilibrio del universo y constituye su organización, su energía y su vida”… El espacio está poblado de manantiales de luz, de energía y de vida: nada hay quieto en él, nada estático, a no ser la aparente inmovilidad que resulta de los diversos movimientos en equilibrio… El espacio que parece vacío, inerte y silencioso, está lleno de radiaciones, de ondulaciones y sonoridades imperceptibles: es la fuente etérea de donde emana y a donde se reintegra toda energía y todo movimiento, donde se funden todos los arquetipos de la vida material y a donde retornan para refundirse y transformarse luego, bajo la acción psico dinámica del espíritu, donde el Pensamiento creador, el Hacedor eterno, construye, sin descanso, la génesis de su obra inacabable y siempre perfectible.
“La materia –ha dicho William Crookes- no es más que un modo de movimiento. Toda materia volverá a pasar por el estado etéreo de donde procede”. Si del aspecto físico del mundo pasamos al aspecto biológico, vemos igualmente que la vida es un torrente continuo de formas cambiantes, de formas que se modifican, se renuevan, se metamorfosean, se transforman y suceden incesantemente, encadenándose unas en otras, escalonándose, relacionándose entre sí, lo mismo en los reinos que en las especies, igual en las razas y en las familias que en los individuo.
“Cada uno de nosotros –dice Rodó, en Motivos de Proteo- es sucesivamente no uno, sino muchos. Y estas personalidades sucesivas, que emergen las unas de las otras, suelen ofrecer entre sí los más raros y asombrosos contrastes”… …”Estamos muy lejos del perfeccionamiento –dice Oliver Lodge. Y cada uno de nosotros es, individualmente, un artículo inacabado” “El hombre -agrega- es innegablemente un ser imperfecto, y está todavía en vías de desenvolvimiento,: pero no debe perderse de vista que nosotros partimos de la idea de que la creación es una operación continua, perpetuamente en curso, en movimiento, exigiendo tiempo para llegar a la madurez y dentro de la cual todas las cosas aspiran a un fin designado y deseado de antemano”. La historia de la tierra y la historia de la humanidad están sujetas igualmente a un proceso continuo de movimiento y de transformación, a un perpetuo llegar a ser, sin alcanzar jamás formas y perfecciones definidas… …El hombre no apareció sobre la tierra como una manifestación esporádica de la vida, en determinada hora y lugar desvinculado de las demás especies: no es el prototipo de una creación especial, definida, sino una manifestación superior, gradual y perfectible de la misma vida psíquica que anima a los demás seres que, aunque morfológicamente distintos y gradualmente inferiores, son iguales, porque la vida, aunque multiforme, es esencialmente una.
Extractado de la Revista Constancia.