La Glándula Pineal y las Enfermedades
Por Germán Bravo
La glándula Pineal o Epífisis es la principal glándula endocrina del cuerpo humano; se encuentra ubicada en el techo del diencéfalo, dentro del sistema límbico, y está conectada con el cerebelo. La Pineal es denominada la “glándula maestra” porque aparte de ejercer influencia en otras glándulas endocrinas, ejerce gran influencia en el sistema inmunológico, con la finalidad de mantener la salud en los seres humanos. Aparte de sus funciones neurofisiológicas naturales, procesa las emociones producidas por los pensamientos, tanto positivos como negativos, así como los aspectos cognitivos de orden metafísico que producen la conciencia en los seres humanos, como son el saber de dónde venimos, por qué estamos en este mundo y adónde vamos después de la muerte.
En la actualidad la Biología tradicional conoce muy poco sobre las funciones de esta glándula. Se sabe que sincroniza la liberación de ciertas hormonas con las fases de luz-oscuridad. Es así considerada un transductor neuroendocrino y un reloj biológico. En tal sentido, secreta la hormona melatonina (sintetizada en base a la serotonina y los triptófanos), que entre otras funciones, la más conocida es el control del ritmo circadiano (control vigilia-sueño). Las limitaciones que presenta la Biología tradicional está en no reconocer que la glándula Pineal está vinculada con el mundo espiritual y que el prejuicio de los biólogos tradicionales pretende en vano negarlo. Pero como el progreso avanza impretermitiblemente, en nuestro tiempo la Neurobiología ha demostrado esta hipótesis, conocida desde muy antiguo; así, en la década de los noventa, el Dr. Rick Strassman realizó el primer estudio científico donde demostró que la glándula Pineal secreta una hormona denominada Dimetiltriptamina (DMT), la cual permite la conexión directa con el mundo espiritual. Estas investigaciones las publicó el Dr. Stassman en su libro “DMT La molécula del espíritu”.
Nos dice el Dr. Rick Strassman que la DMT es una sustancia psiquedélica (manifestación del alma) y enteónica (modificadora de la conciencia), estimulante de la conexión cuerpo-mente-espíritu, que facilita el aprendizaje, proporciona paz de espíritu, incita a un profundo respeto por la Naturaleza y permite promover la paz y la armonía. Su función esencial es facilitar las imágenes o visión de la mente. Estas funciones de la glándula Pineal ya eran conocidas desde la antigüedad; los sumerios la denominaron “El Cubo del Pino” (por su parecido con la semilla del Pino) o “Piña Annunaki” (la semilla de “Dios”) para representar el más alto grado de iluminación espiritual. En la India se conoció como “El Tercer Ojo”; y los egipcios la llamaban “El Ojo de Horus”. Estas concepciones estaban representadas en un Ojo: “El Ojo Celestial dentro de los seres humanos que les permite ver la Luz Divina”. Esta simbología esotérica fue utilizada por los Iluminatis y la Masonería (Un ojo dentro de un triángulo). En la Época Moderna el famoso filósofo francés René Descartes llegó a afirmar que la glándula Pineal era el asiento del alma, por lo cual fue duramente criticado por los filosofastros. En los últimos tiempos, algunos científicos la han vinculado directamente con el chakra Shahasrara, principal centro magnético del alma humana.
La glándula Pineal tiene finalidades protectoras, purificadoras y sanadoras; en tal sentido, tiene injerencia directa en el sistema inmunológico. Aparte de reaccionar ante la luz y la oscuridad para regular el ritmo circadiano (ciclo vigilia-sueño), reacciona por influencia del pensamiento, en cuyo caso hace las funciones de transductor neuroendocrino; es decir, recibe una señal (una emoción) y produce una respuesta dependiendo del contenido del pensamiento; el cual puede ser positivo o negativo; negativo si es producto de las pasiones (instinto perturbado), y positivo si son influencias del espíritu, que son pensamientos de amor. Estos pensamientos se convierten en emociones y son procesados en la región límbica del cerebro, en la glándula Pineal, favoreciendo o afectando la salud. Si los pensamientos llevan buenas intenciones se activa la oxitocina (hormona del amor), y la Dimetiltriptamina (DMT), manteniendo la armonía del alma y, por ende, la salud mental y física. Por el contrario, si los pensamientos son de odio, rencor, resentimientos, soberbia y maledicencia en general, la glándula Pineal emite una sustancia denominada monoaminooxidasa que desactiva la secreción de la DMT, y envía una señal que activa la producción del cortisol, trayendo como consecuencia un entorpecimiento de las facultades cognitivas (cuando una persona está ofuscada no tiene control, no razona), así como la obstrucción de la memoria y la inhibición del sistema inmunológico. Si esta situación se hace recurrente la glándula Pineal se va calcificando poco a poco, originando patologías como la esquizofrenia, el alzhéimer, la bipolaridad y, aun, enfermedades físicas, entre ellas el cáncer.
En su obra “DMT La molécula del espíritu” el Dr. Rick Hassman nos dice que los problemas no resueltos producen un descontrol hormonal en la glándula Pineal (las causas de los problemas no resueltos están constituidos por traumas radicados en el Inconsciente), afectando el sistema inmunológico y, con ello, el aspecto cognitivo. Al no producirse una secreción natural de melatonina y de la DMT, es señal de que la persona está siendo afectada por un conflicto no resuelto y, en consecuencia, lo ataca el insomnio, producido por una preocupación, temor, cargos de conciencia, angustia, ansiedad, etc., que le inhibe la producción de melatonina. Estos síntomas van acompañados de visualizaciones hacia el pasado o el futuro (recuerdos o proyecciones); es decir, la persona recuerda sus desgracias o visualiza un futuro nefasto que le sobrevendrá; no vive el aquí y ahora, sino en un mundo que ya pasó o que aún no ha llegado. Estas visualizaciones son posibles a la DMT (dimetiltriptamina), pues las ideas y pensamientos se concretan mediante visiones (videre).
La deficiencia de la DMT (producida por pensamientos negativos) es debido a que la glándula Pineal segrega las beta-carbonilas que son inhibidoras de la monoaminooxidasa (MAO), que desactivan la acción de la DMT, inhibiendo las funciones del sistema inmunitario, originando las patologías psíquicas y físicas. ¿Cómo mantener el equilibrio de la DMT?
En condiciones naturales la DMT se libera cuando dormimos, ya que su función natural es facilitar las imágenes oníricas; pero también podemos lograr su liberación con la lectura espiritual bien entendida, así como una conducta moral eficiente, la práctica de la meditación, la hipnosis y las regresiones. Estos estados fuerzan a la visualización y, por ende, a la producción de la DMT.
De manera artificial se puede activar la producción de la DMT con sustancias naturales como es la ayahuasca y otras, pero bajo la supervisión médica. Asimismo, existe un método denominado “Método Energético de la Glándula Pineal”, el cual es utilizado en varias partes del mundo con la finalidad de activar la producción de la DMT y así lograr la curación; pero la manera más práctica y sana es, como lo hemos señalado, la lectura del conocimiento espiritual, el cual modificará nuestra manera de pensar hacia el Bien.
Extractado del Blog Escuela Elipse.