13 de julio de 2019

Hay Pocas Personas que no Tengan Conocimiento de Fenómenos Espíritas

Método

Hay Pocas Personas que no Tengan Conocimiento de Fenómenos Espíritas

por Allan Kardec.

No sería exacto decir que los espíritas que empiezan por la teoría, no tengan objetos prácticos de observación; por el contrario, los hay que a sus ojos deben tener mayor valor que los que puedan producir en su presencia, éstos son los hechos numerosos de las manifestaciones espontáneas, de las cuales hablaremos en los capítulos siguientes. Hay pocas personas que no tengan conocimiento de éstas al menos de oídas; muchas las han tenido ellas mismas, a las cuales sólo habían prestado una mediana atención. La teoría tiene por efecto darles la explicación de esto mismo; y decimos que estos hechos son de un gran valor, cuando se apoyan sobre testimonios irrecusables, porque no se puede suponer ni preparación ni connivencia. Si los fenómenos provocados no existían, no menos subsistirían los fenómenos espontáneos, y aunque el Espiritismo no tuviese otro resultado que el de darles una solución racional, esto sería ya mucho. Así es que la mayor parte de los que leen por adelantado, transportan sus recuerdos sobre estos hechos, que son para ellos una confirmación de la teoría.

Extractos del Libro "El Libro de los Médiums", por Allan Kardec.

Conversación con el Espíritu de una Persona Viva 5/11

El Espíritu por un Lado y el Cuerpo del Otro

Conversación con el Espíritu de una Persona Viva 5/11

por Allan Kardec.

24.¿Vuestro Espíritu se mantiene aún ligado por algún lazo a vuestro cuerpo? – R.: Sí, tengo perfecta consciencia de ello.

25. ¿A qué podéis comparar ese lazo? – R.: A nada que conozcáis, si no es a una luz fosforescente, en su aspecto, si podríais verlo, pero que no produce ninguna sensación sobre mi.

26. ¿Os afecta la luz de la misma forma; tiene la misma coloración que cuando veíais por los ojos? – R.: Absolutamente, ya que mis ojos sirven de alguna manera de ventana a la caja de mi cerebro.

27. ¿Percibís los sonidos con la misma claridad? – R.: Con más claridad aún, ya que percibo muchos que se os escapan. 28. ¿Cómo transmitís vuestro pensamiento al médium? – R.: Actúo sobre su mano para dirigirla ayudándome con una acción sobre el cerebro.

29. ¿Os servís del vocabulario existente en su cabeza, o le indicáis las palabras que debe escribir? – R.: Lo uno y lo otro, según mi conveniencia.

30. ¿El Espíritu cuyo cuerpo estuviera muerto sufriría las mismas dificultades para comunicarse a un médium completamente extraño a la lengua que hablaba en vida? – R.: Quizás menor, pero siempre existiría; ya os he dicho que, según la conveniencia, el Espíritu da al médium sus expresiones o utiliza las suyas.

31. ¿Vuestra presencia aquí fatiga vuestro cuerpo? – R.: De ninguna manera.

Extractos de "Revista Espírita 1860", por Allan Kardec.


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Reflexiones: Un Camino Embarrado

Reflexiones: Un Camino Embarrado


Tanzan Y Ekido iban un día por un camino embarrado. Caía una fuerte lluvia. Al llegar a un recondo, se encontraron a una joven encantadora con kimono y faja de seda, que no podía atravesar el cruce.

“Vamos, muchacha”, dijo Tanzan enseguida, y alzándola en brazos la pasó.

Ekido no volvió a hablar hasta la noche, cuando llegaron a alojarse en un templo. Entonces no pudo contenerse más. “Nosotros los monjes, no debemos acercarnos a las mujeres”, le dijo a Tanzan, “especialmente a las jóvenes y bonitas. Es peligroso. ¿Por que hizo usted eso?”.

“Yo dejé a la chica allá atrás”, dijo Tanzan. “¿Usted todavía la está cargando?”.

Muchas veces resulta difícil distinguir entre un problema real y uno mental. El problema real es aquel que a ojos de mil personas, todos ellos coincidirían que efectivamente nos encontramos ante un problema, como es el caso de una enfermedad terminal. En el otro caso probablemente, muchas de esa mil personas no lo considerarían como tal, pero a ojos de uno, puede llegar a ser un infierno difícil de superar.

Aprende a diferenciar lo que tus ojos ven, de lo que tu mente quiera que veas y recuerda. No permitas que un dolor, no te deje ver las alegrías que, día a día, la vida te vuelve a regalar.