31 de marzo de 2019

¿Cuál es el hombre que no tiene enemigos?

¿Cuál es el hombre que no tiene enemigos?

por Allan Kardec.

En el estado actual de las cosas aquí en la tierra, ¿cuál es el hombre que no tiene enemigos? Para no tenerlos sería preciso no habitar aquí, pues ello es una consecuencia de la inferioridad de nuestro planeta y de su condición de mundo de expiación. ¿Bastaría, para no encuadrarnos en esa situación, practicar el bien?
¡No! Ahí está Cristo para probarlo. Si el mismo Cristo, pues, la bondad por excelencia, sirvió de blanco a todo cuanto la maldad puede imaginar, ¿cómo habremos de extrañarnos por el hecho de que lo mismo suceda a quienes valen ciento de veces menos?

El hombre que practica el bien -esto dicho como hipótesis general- debe, pues, prepararse para ser herido por la ingratitud y tener contra él a aquellos que, no practicándolo, son envidiosos de la estima concedida a los que lo practican. Aquéllos, no sintiéndose dotados de fuerza para elevarse, procuran rebajar a los demás hasta su nivel, se obstinan en anularlos con la maledicencia y la calumnia y se ofuscan con sus actitudes.

Se oye decir constantemente que la ingratitud con que somos pagos endurece nuestro corazón y nos torna egoístas. Hablar así es probar que se tiene el corazón con predisposición para ser endurecido, dado que ese temor no podría detener al hombre verdaderamente bueno. El reconocimiento es ya una remuneración por el bien que se hizo; practicarlo teniendo en miras esa remuneración, es hacerlo por interés. Por otro lado, ¿qué sabemos si aquel que beneficiamos, y del cual nada esperamos, no será estimulado por más elevados sentimientos a un recto proceder? ¡Éste puede ser, tal vez, un medio de llevarlo a reflexionar, de enternecer su alma, de salvarlo! Esta esperanza constituye una noble ambición. Si nos menoscabamos, no realizaremos lo que nos compete hacer.

No podemos, por tanto, suponer que un beneficio, aparentemente estéril en la Tierra, sea para siempre improductivo. Es, muchas veces, una semilla sembrada que no germinará sino en una vida futura de aquel que la recibió.

Conceptos Extratados del Libro "Viaje Espírita en 1862", por Allan Kardec.

MI COMENTARIO
Quienes digan no tener "enemigos" deberían revisar sus estados espirituales. Es muy probable que no se cuestionen absolutamente nada y todo lo que dicen creer les ha sido de alguna manera impuesto por tradición o por cultura familiar.
El solo hecho de sobresalir en algo, es suficiente motivo para tener a alguien que los envidie, o los critique, simplemente porque su estima está muy por abajo de lo normal y la manera de aliviarse es la ironía, la calumnia o la simple descalificación personal.

La apatía

La apatía

Por Juan Miguel Fernández Muñoz

Si una actitud violenta, precipitada, puede llevarnos a desastres de consecuencias lamentables, la apatía es siempre una causa de trastorno y atraso en la máquina del progreso evolutivo.
La apatía, nos dice el Espíritu de Juana de Angelis, en todo momento tiene su origen en el programa kármico del espíritu que se encuentra en prueba. Es la consecuencia de graves aflicciones y errores del pasado que no fueron corregidos por el Espíritu y que emergen de lo íntimo del alma, como una expresión deprimente, entorpecedora.

El apático es aquel que pierde la batalla antes de enfrentarse a ella… Se encuentra en un proceso de evolución con el objetivo de vencer aquellas imposiciones dolorosas que le corresponden, debiendo dedicar grandes esfuerzos para superarlas.

Es en los estados apáticos donde se inician los procesos de auto-obsesión, así como de la obediencia obsesiva a Espíritus inconsecuentes, que se complacen en utilizar psíquica, emocional y orgánicamente a los que se convierten en sus víctimas espontáneamente.

Aquél que padece la opresión de la apatía, se adapta fácilmente a la situación creada, a pesar de ser lamentable, constituyendo para él una forma de bienestar que lo lleva a la pereza y al desequilibrio.

Pero la vida es acción. La acción es movimiento. Y el movimiento debe ser emprendido para el bien y el progreso, de cuyo esfuerzo resultan las conquistas que nos impulsan hacía la felicidad.

Extractado del Sitio Asociación de Estudios Espíritas de Madrid.

La experiencia virtual que reduce el miedo a la muerte

La experiencia virtual que reduce el miedo a la muerte

Por: Angie

Un equipo de investigadores liderado por Mel Slater, de la Universitat de Barcelona, han desarrollado un experimento de Realidad Virtual para crear la ilusión de vivir la experiencia de estar separado de tu propio cuerpo y ayudar así a perder el miedo a la muerte.
El experimento se realizó a 32 voluntarios. Lo primero fue hacerles sentir que el cuerpo virtual que veían (a través de las gafas) era suyo haciendo coincidir los movimientos reales de los voluntarios con los del cuerpo virtual. Cuando una bola virtual se dejaba caer sobre el pie del cuerpo virtual, una vibración se activaba en la piel real de la persona.
Una vez experimentado eso, el siguiente paso fue cambiar el punto de vista del paciente el cual ellos veían como parecía que flotaban lejos del cuerpo virtual observándolo desde arriba. A partir de ahí, cuando las bolas se dejaron caer sobre el cuerpo virtual sólo la mitad de ellos recibió la vibración. Los que aún así la sintieron les parecía que seguían conectados al cuerpo.

Tras terminar el experimento, con su conciencia separada del cuerpo virtual, respondieron a un cuestionario para evaluar su temor a la muerte. Los que se habían sentido completamente desconectados de su cuerpo (los que no habían recibido ninguna vibración tras cambiarles el punto de vista) aseguraron haber reducido significativamente el miedo a morir.
Esta experiencia es similar a algunas que han vivido personas que han superado una insuficiencia cardíaca, quienes han descrito haber visto la habitación del hospital desde el techo durante momentos críticos.
De momento no se sabe si éste método (u otros similares) podrían ayudar a consolar a personas con enfermedades terminales o cuando sus vidas se ven perjudicadas por fuerte miedo a la muerte.
“Nuestra idea era que si pudiéramos poner a las personas en una situación que ilustra la posibilidad de que su conciencia está fuera de su cuerpo, esto proporcionaría una evidencia implícita (pero no necesariamente creencia explícita) de que la supervivencia más allá del cuerpo es posible y la reducción del miedo a la muerte.”

Extractado del Blog Grupo Espírita de La Palma.