Mundos intermediarios o transitorios
Esta información del Espíritu (Santo) Agustín confirma una gran verdad: nada es inútil en la Naturaleza; todo tiene un fin, un destino. En ningún lugar hay el vacío, pues TODO ES HABITADO, LA VIDA SE EXPANDE POR TODA PARTE. Así, durante la larga serie de siglos que pasaron antes de la aparición del hombre en la Tierra, durante los lentos períodos de transición que las capas geológicas atestan, antes incluso de la formación de los primeros seres orgánicos, en aquella masa informe, en aquel árido caos, donde los elementos se hallaban en confusión, NO HABIA AUSENCIA DE VIDA .
Seres exentos de nuestras necesidades, de nuestras sensaciones físicas, allí encontraban refugio. Quiso Dios que, aún así, aún imperfecta, la Tierra sirviera para algo. ¿Quién, pues, se atrevería a afirmar que, entre los incontables mundos que giran en la inmensidad, uno solo, uno de los menores, perdido en el seno de la multitud infinita de ellos, goza del privilegio exclusivo de ser poblado? ¿Cuál entonces la utilidad de los demás? ¿Los tendría Dios hecho únicamente para recrearnos la vista? Suposición absurda, incompatible con la sabiduría que esplende en todas sus obras.
Nadie contestará que, en esta idea de la existencia de mundos aún inapropiados para la vida material y, no obstante, ya poblados de seres vivos apropiados a tal medio, hay algo de grande y sublime, en que tal vez se encuentre la solución de muchos problemas.
En la naturaleza, todo se armoniza a través de leyes generales, y es en esta admirable armonía que la solidaridad ocurre entre los seres que habitan todos los reinos de la naturaleza, progresan, se perfeccionan, se depuran, compitiendo de esa forma para el cumplimiento de los designios de la Providencia .
En el Universo la vida es una ocupación continua.
En el momento en que el principio inteligente alcanza el grado necesario para ser Espíritu y entra en el período de humanidad, la luz para él se mostrará cada vez más amplia, y él pasará a percibir cada vez mejor que todos deben recorrer los diferentes grados de la humanidad la escala de cada reino o clase espírita para perfeccionarse y que él, cualquiera que sea su grado de anticipo, su situación, estará siempre colocado entre un superior que lo guía y perfecciona y un inferior ante el cual tendrá deberes iguales a cumplir, que tiene como objetivo natural, es hacer todo tender hacia la Unidad (Perfección).
Extractado del Blog ADE- SE Ade-Sergipe.