21 de febrero de 2019

“El siglo de la física”

“El siglo de la física”

por Jaime Rodríguez Lara.

El siglo xx ha sido llamado “el siglo de la física”  debido al extraordinario desarrollo de esta ciencia y a su influencia en varios campos del pensamiento y de la vida de la Humanidad, desde lo social, hasta lo filosófico, lo político y lo económico, sin olvidar el avasallador desarrollo tecnológico. ¿La figura de Albert Einstein no emerge, acaso, como una de las más sobresalientes del siglo XX?

La Física del siglo XX dejó de ser meramente fenomenología y descriptiva, para ser más especulativa, más abstracta, más imaginativa y creativa. Para el físico del siglo XX" "El universo se asemeja, como decía el astrónomo inglés James Jeans, cada vez menos a una maquinaría, y cada vez más a un pensamiento".

"Ahora sabemos, decía Einstein en su autobiografía, que la Ciencia no puede surgir sólo del empirismo y que en las construcciones de la Ciencia necesitamos utilizar la invención libre que sólo a posteriori puede confrontarse a la experiencia, en lo que a su utilidad se refiere. Este hecho pudo despistar a generaciones anteriores para quienes la creación teórica parecía surgir de forma inductiva del empirismo sin la influencia creativa de una construcción libre".

Extractado del Blog Amanecer Espírita.
MI COMENTARIO
La ciencia de algún modo ha aceptado en estos tiempos que no todo se debe remitir a la experimentación pura y rechazar otros punto de vista o fenómeno que no tenga un respaldo físico. El espiritismo es ese tipo de ciencia donde los fenómenos no son hipótesis, sino que son reales aunque los científicos no sepan a ciencia cierta como se producen o quien los genera. Esto es una Ciencia de Observación.


Reflexiones: Acuérdate de soltar el vaso

Reflexiones: Acuérdate de soltar el vaso


Un psicólogo, en una sesión grupal, levantó un vaso de agua. Todo el mundo esperaba la típica pregunta: “¿Está medio lleno o medio vacío?” Sin embargo, preguntó: – ¿Cuánto pesa este vaso? Las respuestas variaron entre 200 y 250 gramos. El psicólogo respondió: “El peso absoluto no es importante. Depende de cuánto tiempo lo sostengo. Si lo sostengo un minuto, no es problema. Si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo. Si lo sostengo un día, mi brazo se entumecerá y paralizará. El peso del vaso no cambia, es siempre el mismo. Pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado, y más difícil de soportar se vuelve.”

Y continuó: “Las preocupaciones, los pensamientos negativos, los rencores, el resentimiento, son como el vaso de agua. Si piensas en ellos un rato, no pasa nada. Si piensas en ellos todo el día, empiezan a doler. Y si piensas en ellos toda la semana, acabarás sintiéndote paralizado, e incapaz de hacer nada.”

¡Acuérdate de soltar el vaso!

¿El Espírita toma partido en discusiones políticas?

¿El Espírita toma partido en discusiones políticas?

por Alejandro Mota

¿Qué es la política?  La política es la ciencia de gobierno de un estado o nación  y también un arte de la negociación de conciliar intereses.


El concepto anterior está directamente relacionado a la vida en sociedad, principalmente en el espacio público, aquello que es común a todos; así busqué en el Libro de los Espíritus sobre la vida en comunidad, separé las preguntas 776, 767 y 779:


776 -La vida social está en la Naturaleza?


Respuesta: "Ciertamente. Dios hizo al hombre para vivir en sociedad. No le dio inútilmente la palabra y todas las demás facultades necesarias para la vida de relación.


767 - ¿Es contrario a la ley de la Naturaleza el aislamiento absoluto?


Respuesta: "Sin duda, pues que por instinto los hombres buscan la sociedad y todos deben concurrir para el progreso, ayudándose mutuamente"


779 - ¿La fuerza para progresar, la ha hecho el hombre en sí mismo, o el progreso es sólo fruto de una enseñanza?


Respuesta: "El hombre se desarrolla por sí mismo, naturalmente. Pero no todos progresan simultáneamente y de la misma manera. Se da entonces que los más adelantados auxilian el progreso de los demás, por medio del contacto social.




MI COMENTARIO
El espírita debe participar en pólitica, entendiendo como política todo aquello que lo relacione con la vida en sociedad y no en el hecho de hacer una carrera política. El hombre tiene tendencia a vivir junto a otros con el objeto de aprender intercambiando nuevas lecciones.


Acción oculta de los Espíritus

Acción oculta de los Espíritus 

por Allan Kardec

Los Espíritus obran frecuentemente sobre nuestro pensamiento, sin que nos demos cuenta de ello, nos inducen a tal o cual cosa, nosotros creemos obrar por nuestra propia cuenta, y no hacemos otra cosa que ceder a una sugestión extraña.

De lo dicho no hay que inferir que carezcamos de iniciativa; lejos de eso, el Espíritu encarnado goza siempre de su albedrío, no hace en definitiva sino lo que quiere, y frecuentemente sigue su impulso personal.

Para darnos cuenta de cómo pasan las cosas, es preciso representarnos nuestra alma desprendida de sus ligaduras por la emancipación, lo que tiene siempre lugar durante el sueño, y algunas veces, durante la vigilia también. Entonces entra el alma en comunicación con los Espíritus, como si uno saliera de su casa para ir a la de un vecino permítasenos esta comparación familiar, con el que entra en conversación, o para hablar con más exactitud, en intercambio de pensamientos. La influencia del Espíritu extraño no es una imposición, sino un modo de consejo que da a nuestra alma; consejo que puede ser más o menos prudente, según la naturaleza del Espíritu, y que el alma queda en libertad de seguir o de rechazar, pero que puede apreciar mejor cuando no está bajo el influjo de las ideas que suscita la vida de relación. A esto obedece el que se diga que la noche es consejera.

No es siempre fácil distinguir el pensamiento sugerido del pensamiento propio, porque frecuentemente se confunden. Sin embargo, cabe la presunción de que nos viene de una fuente extraña cuando es espontáneo, cuando surge en nosotros como una inspiración y es opuesto a nuestra manera de apreciar. Nuestro juicio y nuestra conciencia nos hacen distinguir si es bueno o malo.

Conceptos Extractados de "Manual Práctico de las Manifestaciones Espíritas", por Allan Kardec.

¿Como reaccionaríamos si sabemos que en 8 días moriremos?

¿Como reaccionaríamos si sabemos que en 8 días moriremos? 

por Allan Kardec.

Supongamos que, por una circunstancia cualquiera, todo un pueblo adquiere la certeza de que dentro de ocho días, de un mes, de un año si se quiere, habrá desaparecido, que ni un solo individuo sobrevivirá, y que no quedará ni huella del mismo después de la muerte. ¿Qué hará durante este tiempo? ¿Trabajará para su mejoramiento e instrucción? ¿Se sujetará al trabajo para vivir? ¿Respetará los derechos, lo intereses y la vida de sus semejantes? ¿Se someterá a las leyes, a una autoridad, cualquiera que sea, incluso la más legítima: la autoridad paternal? ¿Se obligará a algún deber? Seguramente que no. Pues bien, lo que no sucede en masa, la doctrina del nihilismo lo realiza cada día aisladamente.

Si las consecuencias no son tan desastrosas como lo pudieran ser, es primeramente porque la mayor parte de los incrédulos tienen más fanfarronería que verdadera incredulidad, más duda que convicción, porque tienen miedo del que manifiesta al anonadamiento. El título de espíritu fuerte, lisonjea su amor propio. Además, los incrédulos absolutos están en ínfima minoría, sufren, a pesar suyo, el ascendiente de la opinión contraria, y son contenidos por una fuerza material. Pero si la incredulidad absoluta fuese un día la opinión de la mayoría, la sociedad quedaría disuelta. A esto tiende la propaganda de la idea del nihilismo.

Conceptos Extractados de "El Cielo y el Infierno", por Allan Kardec.

MI COMENTARIO
Para los incrédulos, los escépticos, los ateos, la vida será un goce permanente de cosas vanas, cosas materiales. Porque al no existir un porvenir, no tiene ningún sentido y ningún mérito el hacer, el estudiar, trabajar, ayudar y muchísimas mas cosas que quedarían en la nada al sobrevenir la muerte.

El devenir de los Espíritus

El devenir de los Espíritus

por Amalia Domingo Soler

El Espíritu no es un ser abstracto e indefinido que solo puede concebir el pensamiento, sino un ser real que es apreciable en ciertos casos por los sentidos de la vista, del oído y del tacto. No pertenecen perpetuamente al mismo orden, sino que todos se perfeccionan pasando por los diferentes grados de jerarquía Espirita. Este perfeccionamiento se realiza por medio de la reencarnación, impuesta como expiación a unos y como misión a otros.

La vida material es una prueba que deben sufrir repetidas veces hasta que alcanzan la perfección absoluta, una especie de depuratorio del que salen más o menos purificados. Al abandonar el cuerpo, el alma vuelve al mundo de los espíritus, de donde había salido, para tomar una nueva existencia material, después de un espacio de tiempo más o menos prolongado, durante el cual se encuentran en estado de Espíritu errante.

Los espíritus encarnan siempre en la especie humana, y sería erróneo creer que el alma o Espíritu pueda encarnarse en el cuerpo de un animal. El alma era individual antes de la encarnación y continúa siéndolo después de separarse del cuerpo.

A su vuelta del mundo de los espíritus, el alma encuentra en él a todos los que conoció en la Tierra, y todas sus existencias anteriores se presentan a su memoria con el recuerdo de todo el bien y de todo el mal que ha hecho. Los espíritus encarnados pueblan los diferentes globos del Universo. Los espíritus desencarnados no ocupan una región determinada y circunscrita, sino que están en todas partes, en el Espacio y a nuestro lado, viéndonos y codeándose incesantemente con nosotros. Forman una población invisible que se agita a nuestro alrededor.

Los espíritus ejercen en el mundo moral y hasta en el físico una acción incesante; obran sobre la materia y el pensamiento, y constituyen uno de los poderes de la naturaleza, causa eficiente de una multitud de fenómenos inexplicados o mal explicados hasta ahora, y que solo en el Espiritismo encuentran solución racional. Las relaciones de los espíritus con los hombres son constantes, los espíritus buenos nos excitan al bien, nos fortalecen en las pruebas de la vida y nos ayudan a sobrellevarlas con valor y resignación. Los espíritus malos nos excitan al mal y les es placentero vernos sucumbir y equipararnos a ellos.

La moral de los espíritus superiores se resume como la de Cristo en esta máxima evangélica: hacer con los otros lo que quisiéramos que a nosotros se nos hiciese, es decir, hacer el bien y no el mal. En este principio encuentra el hombre la regla universal de conducta para sus más insignificantes acciones.

Todo vive en la Creación sin cesar un segundo de relacionarse cuantos elementos germinan en ella, unos con otros, cual plantas trepadoras, los acontecimientos se enlazan los más pequeños a los más grandes, y todo desempeña su cometido, desde el microscópico infusorio hasta el pontífice de nuestro sistema planetario, el planeta Saturno.

Conceptos Extractados de "La Luz del Porvenir", por Amalia Domingo Soler.

El Espiritismo ante la razón

El Espiritismo ante la razón

Por José Almeida Soares

La propia existencia del ser humano, la maravillosa estructura de su organismo, el poder ilimitado de su mente y otros dones, bien comprendidos y analizados, bastarían, por sí mismos, para inducir al hombre a meditar sobre la continuidad de la vida después de la muerte, basado en la certeza de que Dios no ha hecho nada inútil y sin una finalidad, y que la muerte no es la destrucción total del hombre, sino sólo una fase de transición en su larga trayectoria evolutiva.

Comenzamos a pensar en nuestro cuerpo físico. En la maravilla que es, con sus innumerables órganos, tejidos, músculos, nervios, glándulas, válvulas y otras partes, todas ellas funcionando rítmicamente, en perfecta armonía, cada una de ellas ejerciendo su función y que cumplen su tarea, algunas de ellas extremadamente importantes y delicadas y, lo más extraño de todo, sin que nadie las conduzca, como si fueran una gran orquesta que tocara espléndidas sinfonías durante décadas y décadas, sin intervalo y sin maestro.

Se añade a todo esto que todas esas partes del cuerpo son periódicamente sustituidas, sin perder la armonía y la unidad, y sin que la persona -el dueño del cuerpo- tenga la mínima conciencia de esa renovación orgánica, pues su individualidad es inalterable, de lo que se concluye que el ser real está en el alma de la persona y no en su cuerpo material.

Además de ese trabajo extraordinario y silencioso de nuestro organismo, a la que generalmente no prestamos la mínima atención, tenemos varias otras facultades que no dependen de las funciones físico-químicas del cuerpo, como el pensamiento, el raciocinio, la voluntad, la noción del bien y el mal, las emociones, el amor, el odio y otros sentimientos que ningún órgano físico tiene la capacidad de producir, sino que forman parte del ser viviente. Son características de la naturaleza espiritual del hombre.

Se nota también que, a pesar de que todos los seres humanos presentan idéntica estructura anatómica, no hay dos de ellos con la misma individualidad.
Esta diferencia está marcada por la formación espiritual de cada uno - formación que da al ser la noción de su existencia individual, la conciencia del YO.

Se concluye, pues, que el hombre es la fusión de dos naturalezas: la material y la espiritual, el cuerpo y el alma. Cuando llega la muerte, el individuo deja de vivir en este mundo, pudiéndose decir que la muerte es el límite de la vida material después de lo que se reinicia la vida en el mundo espiritual. Lo que se pierde es el cuerpo carnal y no el espíritu individual. Esta es una deducción lógica y racional.

Extractado del Blog O Blog dos Espíritas.
MI COMENTARIO
Una persona que tenga el mínimo criterio tiene que advertir la maravilla que es la naturaleza. Aquello que puede observar por si mismo, no puede confundirlo. La grandiosidad que TODO tiene en el Universo sin dudas tiene una Suprema Inteligencia detrás.
El cuerpo se renueva constantemente porque en realidad no es algo compacto sino la participación de muchas unidades o principios espirituales que están a nuestro servicio para brindarnos, entre muchas cosas, también un cuerpo con inteligencias en sus células, moléculas y órganos.
Todas estas inteligencias pequeñas, en camino a su evolución como seres humanos, están bajo el control de la unidad directriz de ese cuerpo, el espíritu que lo comanda.
Cada cuerpo tendrá una característica propia dada por el espíritu durante su constitución y luego de la concepción. Ovulo y espermatozoide serán los adecuados para generar el cuerpo que el espíritu imprimirá de acuerdo a sus virtudes y sus defectos de anteriores vidas.
No solo su cuerpo, también su psiquis estará sujeta a su historia de vida y le dará las características morales e intelectuales para terminar definiéndose como una persona de virtudes o de falencias.
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