25 de abril de 2019

El Hombre es un Espíritu y no apenas un Organismo Biológico

El Hombre es un Espíritu y no apenas un Organismo Biológico

por Herculano Pires.

El cerebro simplemente es el instrumento de manifestación de la mente en el plano físico”. Esto equivale a decir que el hombre es un espíritu y no apenas un organismo biológico.

Posteriormente las comprobaciones de la tesis de Kardec se continuaron en las experiencias parapsicológicas. Uno por uno, los fenómenos pesquisados por Kardec fueron siendo repetidos en la investigación. Surgió la pesquisa más compleja y peligrosa: a de los llamados fenómenos Tetha, referentes a las manifestaciones de los espíritus de los muertos.

El Prof. Pratt asumió la dirección del grupo Tetha de pesquisas y obtuvo resultados acentuados. Louise Rhine efectuó pesquisas de campo y verificó la realidad de las apariciones y comunicaciones de espíritus. Solo faltaba ahora la pesquisa de la reencarnación, más difícil aún, por la imposibilidad de pruebas materiales de que una persona fuera realmente otra en una encarnación anterior. Resurgió, así, en el seno de las ciencias, la concepción del hombre como espíritu y el concepto de la muerte como simple descondicionamiento del ser, envuelto y condicionado en la forma humana carnal, de origen animal.
Restableciéndose también la idea cristiana de la muerte como liberación que reintegra al muerto a su dignidad humana, vivo y activo.

Ante la unanimidad de las conclusiones científicas, en la confluencia de las pruebas universitarias en todo el mundo, se torna imposible el retroceso a la antigua concepción teológica, de origen místico, que hizo del muerto un condenado desprovisto de su capacidad de jurisdicción propia, de voluntad libre y libre arbitrio. Reconociéndose que el hombre es la esencia y no la forma, y que la esencia determina la forma de su adaptación a la vida terrenal, el principio de la identificación del hombre por el cuerpo tornase insatisfactorio y hasta también absurdo.

Estas pruebas fueron confirmadas por las fotografías recientes de la cámara Kirlian. Al mismo tiempo, los pesquisadores materialistas conseguían ver y fotografiar al cuerpo espiritual del hombre, en las pesquisas con moribundos, en el momento de la muerte.

Querer oponerle a todas estas pruebas la simple negación materialista, que sirve apenas de argumentos, es una temeridad solo aceptable de parte de criaturas ignorantes, desprovistas de conocimientos e incapaces de comprender el significado de las pesquisas científicas.

Conceptos Extractados de "Educación para la Muerte", por Herculano Pires.

Más Científicos de Renombre Afirman que Nunca Morimos

Más Científicos de Renombre Afirman que Nunca Morimos


Científicos de renombre dicen que nunca morimos – ¿significa eso que la muerte es solo una ilusión?
Cuando pierdes a un ser querido parece muy real, pero ¿y si él no estuviera realmente muerto? Un famoso científico cree que la muerte del cuerpo está lejos del final. Un reconocido neurocirujano que ha pasado por una experiencia cercana a la muerte (ECM) confirma que hay VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE. En Oriente se cree desde la antigüedad que la muerte es una ilusión. Ahora parece que el resto del mundo, especialmente la comunidad científica, está empezando a darse cuenta de esto.

El Dr. Robert Lanza, ha estado entre las 100 personas más influyentes del planeta según la revista TIME (Top 100 Icons of the Century), cree que la muerte es una ilusión y no es real.

Según él, incluso cuando el cuerpo se descompone tras la muerte, todavía existimos bajo la forma de una energía de 20 vatios. “Aunque los cuerpos individuales están destinados a autodestruirse, la sensación de la vida – el “¿Quién soy yo?” – es solo una fuente de energía de 20 vatios que actúa en el cerebro “, dice el Dr. Lanza.

Algunos podrían argumentar que esta energía desaparece justo después de la muerte. Pero el doctor Lanza enfatiza el principio universal de conservación de energía para respaldar sus afirmaciones.

Dice: Pero esta energía no se va con la muerte. Uno de los axiomas más seguros de la ciencia es que la energía nunca muere; no puede ser creada o destruida. (…) Pero ¿trasciende la energía de un mundo a otro?

Entonces, eso significa que las experiencias cercanas a la muerte que muchas personas tienen podrían ser reales y posiblemente puedan responder a las grandes cuestiones de ¿Quiénes somos? ¿Tenemos alma o espíritu?  ¿Sobrevive nuestra conciencia?

Extractado del Blog Curso Espírita.

Dios y el Universo

Dios y el Universo

por Sebastián de Arauco

Necesario es aclarar que no vamos a hacer una definición de DIOS, de esa Grandiosidad Cósmica, indefinible e incomprendida todavía por nuestra limitada inteligencia humana, pues, lo limitado no puede definir lo ilimitado. No obstante, para aquellos de vosotros que vuestra religión de herencia familiar os haya inculcado ideas de una Divinidad a semejanza del hombre de nuestro mundo, necesario es hacer algunas consideraciones que os ayuden a adquirir una idea más amplia de la Realidad Divina.

Comencemos por analizar ese concepto de ese Dios que nos enseñaron desde la infancia, de ese “Dios” del Antiguo Testamento, implacable en su ira, celoso, vengativo y cruel; concepto admisible para humanidades de la edad de piedra formada entre la furia de los elementos, y sostenido también por los guías de las humanidades de las siguientes edades de barbarie, pero inadmisible en esta era de luces. El primer mandamiento dice: “Ama a Dios sobre todas las cosas”, y por otro lado presenta a un Dios celoso, iracundo y vengativo.

Esto es un contrasentido porque nadie puede amar aquello que teme. Pero si consideramos a Dios como Amor permanente, origen de todo bien, que se da a quien quiere recibirlo, podremos llegar a comprenderlo mejor y amarlo; pero difícil resulta amar lo que no se conoce. Amemos a Dios, sí, pero amémosle en aquello que vemos y comprendemos, amémosle en sus criaturas, en su creación. Porque ese Dios que nos presentan con las imperfecciones de una humanidad atrasada como la nuestra es completamente inadmisible.

Ese “Dios” vengativo y cruel, hermanos míos, no existe, nunca ha existido; es creación mental de conciencias todavía poco evolucionadas. Ese Dios que exige adoración, que condena eternamente al hombre por el hecho de un momento de debilidad o pasión, o por no cumplir ciertos requisitos establecidos, ese Dios no existe, nunca ha existido.

La Realidad Divina es para nosotros los humanos algo imposible de concebir en su plenitud, y cualquier especulación filosófica y teológica que lo defina, no puede dar de Ella más que una idea vaga y una remota aproximación. Pero si bien como humanos no podemos someter a concepto esa Grandiosidad Divina, ya que ello sería limitarla, necesitamos, no obstante, tener una idea aun cuando nuestra limitada capacidad humana nos impida comprender su magnificencia.

Tenemos que admitir que existe una Sabiduría Cósmica, que existe un Poder Cósmico transcendente, del cual tan sólo percibimos algunos de sus efectos. Negarlo sería negarnos a nosotros mismos.

Necesario es comprender y admitir que existe una FUERZA CREADORA UNIVERSAL, una Fuerza poderosísima que transciende al Cosmos infinito, a toda su manifestación física visible e invisible; así como espiritual en otras dimensiones desconocidas de los humanos, y que está inmanente en ellas, que vibra en ellas, lo cual podremos apreciar fácilmente en las múltiples manifestaciones de vida en constante transformismo y evolución.

Aun dentro de nuestra limitada inteligencia humana, tenemos que comprender que existe una causa primera; que hay una fuerza creadora. Pues, esa Fuerza Creadora, que crea vida en su propia esencia, existe: llamémosle Dios o como queráis.

Extractado del Blog Amor, Paz y Caridad.

MI COMENTARIO
En el artículo está enfatizado que implica el amor a Dios. Para tratar de ponerlo aún mas claro de mi parte, diría que el amor a Dios es un pensamiento, admiración, satisfacción, sensación, emoción que parte de nosotros hacia la Gran Inteligencia, y no de la creencia que Dios necesita de la alabanza y la humillación de sus hijos para su consideración, como sostienen los religiosos.
Dios es Algo y no Alguien.
En mi caso particular, lo que es Dios, me mueve muchos sentimientos pero no diría que es amor. Amo lo que conozco, lo que está a mi alcance, amo con aquello que interactúo. No es el caso de Dios, porque no lo considero que sea igual a mi. Dios es lo que me contiene y me dió origen, y a la vez su "creación" no fue fruto de la voluntad de un Ser Superior sino de Algo que si bien desconocemos como y porqué existe, también intuyo que no es Alguien. Por lo tanto siento muchas sensaciones hermosas hacia esa Gran Inteligencia pero amor siento por los cercanos a mi, solamente.
A Jesús o mi guia espiritual los siento cercanos e interactúo con ellos en mis meditaciones porque siento que son Espiritus como yo y no el contenedor de TODO como es Dios.

Catalepsia y Letargia

Catalepsia y Letargia


En el letargo, las fuerzas vitales son disipadas y el cuerpo adquiere la apariencia de la muerte, en un sueño profundo.

En la catalepsia, esta suspensión de las fuerzas vitales, a veces, está localizada.
Los letárgicos y catalépticos en general observan lo que sucede en derredor. El espíritu tiene conciencia de sí, pero no puede comunicarse.

El cuerpo no está íntegramente muerto, incluso cuando se inicia la descomposición.
El periespíritu se encuentra ligado al cuerpo por mínimos puntos. Su vitalidad se encuentra en estado latente. A diferencia de la muerte real, cuando las moléculas del cuerpo periespiritual ya se han separado del cuerpo carnal. Los lazos que sostienen el uno al otro se rompe totalmente y el Espíritu no tiene condición de volver a su envoltura.

En la Biblia se encuentran estos fenómenos en varios pasajes. La resurrección de Lázaro es el más conocido. Él estaba sepultado hacia cuatro días y ocurría un estado avanzado de descomposición. Jesús sabía que se trataba de un caso de separación casi integral del espíritu. La unión periespirítica a la materia era muy tenue. Sólo el Maestro podría hacerlo volver a la vida.

En el libro "Cielo e Infierno !, de Allan Kardec, tenemos el ejemplo de un caso de catalepsia. Un escritor, año 1850, fue acometido de un ataque cerebral. Quince días después del entierro la familia pide exhumación porque el medallón había sido olvidado en el féretro. El cuerpo había cambiado de posición y una de las manos había sido en parte comida.

Cuando Allan Kardec conversa vía mediúmnica con el Sr. Antonio B ..., sabe la causa de su expiación: él en existencia anterior enterró a su esposa viva en un foso.
Después del conocimiento y constatación de tantos casos como éste, hoy el sepultamiento no es inmediato, salvo casos particulares.

La catalepsia y el letargo son fenómenos que ocurren desde los tiempos más remotos, aturdiendo a la Humanidad. Por esa razón, Allan Kardec dedicó 3 cuestiones, las de 422, 423 y 424, a tan complejo asunto y completó las respuestas de los benefactores con precioso comentario, diciendo:

"El letargo y la catalepsia derivan del mismo principio, que es la pérdida temporal de la sensibilidad y del movimiento, por una causa fisiológica aún inexplicable. Se diferencian una de la otra en que, en el letargo, la suspensión de las fuerzas vitales es general y da al cuerpo todas las apariciones de la muerte; en la catalepsia, está localizada, pudiendo alcanzar una parte más o menos extensa del cuerpo, de suerte a permitir que la inteligencia se manifieste libremente, lo que la hace inconfundible con la muerte. El letargo es siempre natural; la catalepsia es a veces magnética.

Extractado del Blog Mundo Espírita.