21 de agosto de 2019

¿Sienten, Piensan, Sufren...los Animales?

Resurrección y Reencarnación 

Romanos, Judíos y Cristianos


Incluso los romanos, judíos y los cristianos primitivos, creían en la reencarnación. Jesús habla claramente al respecto de la reencarnación en varias oportunidades pongamos como ejemplo estas palabras de Jesús tomadas de su evangelio:
Jesús dice a Nicodemo “Nadie puede ver el reino de Dios si no naciere de nuevo”
(San Juan, cap. III, v. de 1 a 12)
Sus discípulos le preguntaban, diciéndole: ¿Por qué, pues, los escribas dicen que es preciso que Elías venga antes? Mas Jesús les respondió: Es verdad que Elías debe venir y restablecer todas las cosas; mas yo les declaro que Elías ya vino, y no le conocieron, mas lo trataron como quisieron. Así ellos harán sufrir al Hijo del Hombre. Entonces sus discípulos comprendieron que era de Juan de Bautista que les había hablado. (San Mateo, cap. XVII, v. de 10 a 13).
Los Judíos creían en la reencarnación bajo el nombre de resurrección. las ideas de los Judíos en este punto, no estaban claramente definidas, porque sólo tenían nociones vagas sobre el alma y sus lazos con el cuerpo. Creían que un hombre que vivió podía revivir, sin explicarse con precisión la manera cómo esto podía suceder. Este tema fue anatematizado hasta que en el Concilio de Constantinopla en el año 1533 donde se concibe la palabra resurrección, con el sentido que supone el regreso a la vida del mismo cuerpo que murió, lo que la Ciencia demuestra ser materialmente imposible, sobre todo cuando los elementos de ese cuerpo están, desde hace mucho, dispersos y absortos. La reencarnación es el retorno del Espíritu a la vida corporal pero en otro cuerpo nuevamente formado para el, que nada tiene en común con el antiguo. La palabra Resurrección podía ser aplicada a Lázaro quien fue resucitado por Jesús, pero no a Elías ni a los otros profetas.
Si esa creencia hubiese sido un error, Jesús no hubiera dejado de combatirla, como combatió tantas otras; lejos de esto, la sancionó con toda su autoridad, y la colocó como principio y como una condición necesaria cuando dice: Nadie puede ver el reino de los cielos si no naciere de nuevo; e insiste, añadiendo: No os maravilléis de los que os dije, que es NECESARIO que nazcáis de nuevo.
Algunas religiones cristianas han querido relacionar este pasaje refiriendo a la regeneración del hombre por medio del bautismo, pero originalmente estas palabras fueron interpretadas por el renacimiento del hombre con su cuerpo y espíritu.
También encontramos varios pasajes en el Antiguo Testamento que sugieren la reencarnación; un ejemplo puede ser el siguiente de Job, cap.XIV, v. 10, 14. “Cuando el hombre está muerto, vive siempre; terminando los días de mi existencia terrestre, esperaré, porque a ella volveré de nuevo”.

Tomado del Blog "Amanecer Espírita"


Así como el Hoy es Consecuencia del Ayer, El mañana lo Será del Hoy

Hoy y Mañana del Hombre

Así como el Hoy es Consecuencia del Ayer, El mañana lo Será del Hoy

por Quintín López Gómez

Aspirar a este goce es el objeto formal del espíritu. Su trabajo le redime; su amor le ensalza: con estas dos prendas de inestimable valia, la conciencia le abre las puertas del reino de la felicidad, en el cual, seguramente, no hay más que uno que puede penetrar sin llevar polvo en sus sandalias; pero no por esto nos está vedado a los demás su goce relativo, equiparado siempre con el polvo que llevemos en los pies.

Así como el hoy es consecuencia natural del ayer, así el mañana lo será del hoy; un paso más en la escala de la vida, una operación más en la labor eterna, y ¡un nuevo motivo de júbilo o remordimiento!

Empero con el mañana más o menos remoto, va adunada una nueva empresa para el espíritu: la de ser mentor de otro que no ha llegado a su grado de perfección. Sin dejar de cumplir su labor propia de jardinero, el que es guía deotro le instruye, le corrige, le ayuda, en una palabra; siendo motivos a su júbilo el que su auxiliado avance sin tropiezo, cumpla sin esfuerzo y con deleite y reconozca pronto los beneficios de la laboriosidad. Entonces protector y protegido se entrelazan con los indisolubles lazos de la gratitud y el cariño, y extendiendo sus benéficos efluvios a otros seres, repiten la labor para tener la satisfacción de repetir también los motivos de alborozos. De este modo se cumple la ley de solidaridad.

Tales son el ayer, el hoy y el mañana en la vida eterna del espíritu.

Como hemos visto, sea cualquiera el modo con que este proceda, cumple con la ley; pero le es tanto más beneficioso adaptar en lo posible sus acciones a la bondad, la verdad y la belleza, cuanto que, según las adapte, mayores satisfacciones se proporciona y antes llega a la categoria de espíritu elevado. Por consiguiente, cumplirá mejor su misión quien mejor desarrolle el sentimiento, la inteligencia y la voluntad: el sentimiento para amar el bien por ser bien y objeto formal del espíritu, la inteligencia para darse cuenta de sí y de cuanto le rodea por ser el único medio de dirigir el sentimiento y la voluntad por seguros derroteros; y la voluntad para decidirse a practicar lo bueno y verdadero por ser lo único que redime al hombre. Este trino constituye a la vez una religión natural a la que todo espíritu debe rendir culto: la religión del amor, de la virtud y del bien, de que es síntesis Dios.

Extractos de "Revista Amor, Paz y Caridad".


El Hombre que Conoce el Fin de la Vida, será Firme, Resignado ante el Dolor

Justicia y Progreso

El Hombre que Conoce el Fin de la Vida, será Firme, Resignado ante el Dolor

por León Denis.

Tan fortificado contra los asaltos de la materia, el sabio, bajo la luz pura de la razón, verá resplandecer su destino. Alumbrado sobre el fin de la vida y el por qué de las cosas, se mantendrá firme, resignado ante el dolor; sabrá usarla para su depuración, para su adelanto. Se enfrentará a la prueba con coraje, sabiendo que la prueba es saludable, que es el choque que desgarra nuestras almas, y que, por este rasgón solo, puede derramarse la hiel que está en nosotros. Si los hombres se ríen de él, si es víctima de la injusticia y de la intriga, aprenderá a soportar pacientemente sus dolores trasladando sus miradas hacia nuestros hermanos mayores, hacia Sócrates bebiendo la cicuta , hacia Jesús en la cruz, hacia Juana de Arco en la hoguera. Se consolará en el pensamiento que los más grandes, más virtuosos, los más dignos, sufrieron y murieron para la humanidad.

Y cuando por fin, después de una existencia bien cumplida, vendrá la hora solemne, será con calma y sin pesar que acogerá a la muerte; la muerte, a la que los humanos rodean de un aparato siniestro; la muerte, el espanto de los poderosos y de los sensuales, y que, para el pensador austero, es sólo la liberación, la hora de la transformación, la puerta que se abre al imperio luminoso de los Espíritus.

Este umbral de las regiones supraterrenales, lo atravesará con serenidad. Su conciencia, libre de las sombras materiales, se levantará delante de él como un juez, representante de Dios, pidiéndole: "¿que hiciste de tu vida? Y responderá: luché, sufrí, amé, enseñé el bien, la verdad, la justicia; les di a mis hermanos el ejemplo de la rectitud, de la dulzura; alivié a los que sufren, consolé a los que lloran. Y ahora, que El Eterno me juzga, ¡heme aquí en sus manos!"

Extractos del Libro "El Porqué de la Vida", por León Denis.


Cocreación en un Plano Menor

Fluido Cósmico

Cocreación en un Plano Menor


Las Inteligencias que conviven con nosotros utilizan el mismo fluido cósmico, en permanente circulación en el Universo, para la Cocreación en un plano menor, asimilando los corpúsculos de la materia con la energía espiritual que les es propia, formando así el instrumento fisiopsicosomático con que se manifiestan o dando formas a las civilizaciones que comprenden en el mundo a la humanidad encarnada y a la humanidad desencarnada. Dentro de esas mismas bases, plasman también los lugares entenebrecidos por la purgación infernal, generados por las mentes desequilibradas o criminales en los círculos inferiores o abismales, los que tienen una duración breve en el microcosmos en que actúan, bajo el mismo principio del comando mental con que las Inteligencias mayores modelan las construcciones macrocósmicas que desafían al transcurso de los milenios. Cábenos resaltar que, en esencia, toda materia es energía manifestándose visible, y que toda energía, originariamente, es fuerza divina que nos apropiamos para interponer nuestros propósitos a los propósitos de la Creación, cuyas leyes conservan y prestigian el bien que practicamos, constriñéndonos a transformar el mal de nuestra autoría en el bien que debemos realizar, dado que el Bien de Todos es el Eterno Principio. Nos compete, pues, registrar que el fluido cósmico, o plasma divino, es la fuerza en que todos vivimos en los distintos sectores de la Naturaleza, motivo por el cual ya se afirmó –y con justa razón–, refiriéndose a Dios, que “en Él vivimos, y nos movemos, y somos” .
Extractos del Libro "Evolución en dos mundos", por André Luiz-Chico Xavier


MI COMENTARIO
Si bien es bastante difícil comprender exactamente de lo que se habla porque hay demasiado tecnicismo en las palabras, podemos entender que...
El fluido cosmico o el plasma divino, son inteligencias y no simples materias inertes y sin vida. Lo que para unos es materia, para otros creemos que son inteligencias como nosotros en la permanente evolución que cocrean eternamente todo lo que existe.
Que estos "corpúsculos de materia con energía espiritual" no son ni mas ni menos que otras inteligencias comandadas por inteligencias mayores que son los arquitectos del universo.
Define a la materia como energía en su esencia y sostiene que la materia solo es una forma que toma la energía.
Por último nos dice André Luiz que el plasma divino es la fuerza, la naturaleza, es Dios. En EL vivimos, en EL nos movemos, en EL somos.