29 de noviembre de 2019

Los Efectos del Fluido sobre los Enfermos son muy Variados

Curaciones

Los Efectos del Fluido sobre los Enfermos son muy Variados

por Allan Kardec.

El fluido universal, es el elemento primitivo del cuerpo carnal y del periespíritu, pues éstos sólo son transformaciones de aquél. Por la identidad de su naturaleza, este fluido condensado en el periespíritu puede suministrar al cuerpo los principios regeneradores. El agente propulsor es el espíritu, encarnado o desencarnado, que infiltra en un cuerpo deteriorado una parte de la sustancia de su envoltura fluídica. La curación se opera por la sustitución de una molécula enferma por otra molécula sana. El poder curativo dependerá de la pureza de la sustancia inoculada y también de la energía de la voluntad, que provoca una emisión fluídica más abundante y otorga una fuerza de penetración mayor, y, finalmente, de las intenciones que animan al curador, ya sea hombre o espíritu. Los fluidos que emanan de una fuente impura son algo así como medicamentos alterados.

Los efectos de la acción fluídica sobre los enfermos son extremadamente variados, según las circunstancias. Esta acción es lenta, a veces, y requiere un tratamiento continuado; pero otras, es rápida como una corriente eléctrica. Hay personas dotadas de un poder tal, que obtienen en ciertos enfermos curaciones instantáneas como sólo imponerles las manos y aun el solo acto de la voluntad. Entre los dos extremos de esa facultad, hay infinidad de matices. Todas curaciones de este tipo son variedades del magnetismo y sólo difieren por el poder y la rapidez de la acción. El principio es siempre el mismo: es el fluido el que juega el papel de agente terapéutico. El efecto está subordinado a la calidad del mismo y las circunstancias.

Extractos del Libro "El Génesis", por Allan Kardec.


Libro "Acción y Reacción" Chico Xavier\André Luiz « parte 58 »


Libro "Acción y Reacción" Chico Xavier\André Luiz « parte 58 »

–De la justicia, nadie podrá huir, porque nuestra conciencia, despertando en el camino de la santidad de la vida, aspira a rescatar dignamente todos los débitos contraídos ante la bondad de Dios, no obstante, el amor infinito del Padre celestial, brilla en todos los procesos de reajuste.
Así es que, si claudicamos en esa o en aquella experiencia indispensable para la conquista de la luz que el supremo Señor nos reserva, es necesario que nos adaptemos a la justa recapitulación de las experiencias frustradas, utilizando el patrimonio del tiempo. Figurémonos un hombre acobardado ante la lucha, cometiendo suicidio a los cuarenta años de edad en el cuerpo físico. Ese hombre penetra en el mundo espiritual sufriendo las consecuencias inmediatas de su gesto infeliz, sufriendo por tiempo más o menos largo, de acuerdo con los atenuantes o agravantes de su deserción, para recomponer las células de su periespíritu y, oportunamente, cuando regresa para merecer el premio de un nuevo cuerpo carnal en el plano físico, entre las pruebas que repetirá, se incluye, naturalmente, la de la extrema tentación de suicidio, en la edad precisa en que anteriormente cedió a él, porque las imágenes destructivas que archivó en su mente, se desarrollarán ante él, a través del fenómeno que podríamos llamar “circunstancias reflejas”, dando oportunidad a recónditos desequilibrios emocionales que le situarán, lógicamente, en contacto con las fuerzas desequilibradas que se ajustan a su temporal modo de ser. Si ese hombre no ha atesorado recursos educativos y renovadores en sí mismo, por la práctica de la fraternidad y del estudio, para poder superar la crisis inevitable, muy difícilmente escapará al suicidio nuevamente, porque las tentaciones, a pesar de estar reforzadas externamente a nosotros, comienzan en nosotros y se alimentan de nosotros mismos.(52)

MIS OBSERVACIONES
(52) Esta enseñanza es muy importante. El espíritu va acumulando a modo de archivo de computadora, todas sus acciones. De ellas resulta un conjunto de ideas o creencias o creaciones mentales que le dan ciertas caracteristicas y hasta habitos o adicciones u obsesiones en determinados aspectos de la vida. En este caso alguien que se suicida en cada encarnación, tiene enclavada esta debilidad y la repetirá las veces necesarias hasta que pueda renovar su mente en ese punto. En cada vida tendrá esa inclinación a suicidarse como otros tendrán adicción a otros aspectos perjudiciales que son nada mas y nada menos que los errores que se deben ir superando.

Libro Psicografiado, "Acción y Reacción", por Chico Xavier\André Luiz


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Morir no Siempre Significa Liberarse

Morir y Liberarse

Morir no Siempre Significa Liberarse

por Merchita del libro “En las Fronteras de la Locura” Divaldo Pereira Franco

Cuando más violentos y vulgares son los comportamientos humanos, los hombres se convierten en presas más fáciles, sometidos a sus verdugos desencarnados. Los hacen sufrir penosas exigencias, alimentándoles las fuerzas, mediante las densas emanaciones mentales y exteriorizaciones fluídicas, en las cuales ellos se saturan, formando grupos de asedio en amplia subyugación de reparación improbable. Les explotan las energías los Espíritus que, a su vez, pasan a depender de las victimas en infeliz parasitosis desequilibrada.

No hay muertes iguales, teniendo en cuenta las conquistas de cada persona, los requisitos espirituales que a cada cual tipifican, los apegos o no a la materia, las fijaciones y juegos de intereses, las dependencias fisicas y mentales, la desencarnación varia de un hombre a otro, el cual experimenta, a su debido tiempo, la perturbación correspondiente, al estado intimo en que se sitúa.
Morir no siempre significa liberarse. La muerte es orgánica, pero la liberación es de naturaleza espiritual.

Esa turbación espiritual puede demorarse breves minutos, en los Espíritus nobles, como consecuencia de la gran cirugía y hasta siglos, en los más embrutecidos que nos dan cuenta de lo que sucede….
En las desencarnaciones violentas, el periodo e intensidad del desajuste espiritual corresponde a la responsabilidad que rodeó el proceso fatal.

En los accidentes de los que no se tiene verdadera culpa, una vez pasado el brusco choque, siempre dura el periodo de perturbación al que ocurre en condiciones de carencia moral, cuando la persona pasa a ser considerada en la condición de suicida indirecto.

Lo mismo sucede en los casos de homicidio, en que la culpa sea o no de quien perece, responde por los efectos en aflicciones que continúa experimentando.

Los suicidas, por la gravedad del gesto de rebeldía contra los códigos divinos, se lastiman y sufren muchos años la desdicha, que enfrentan, en estado lamentable y complicado, el problema del que pretenden huir, sufriendo la persecución de crueles adversarios que reencuentran más allá de la tumba, que los someten a cruciales procesos de sufrimientos en dolores morales y físicos, frente a la destrucción del organismo que fuera preparado para un periodo más largo en la Tierra…

Tomado del Blog "El Espírita Albaceteño"

Katie King: La Materia De Los Espíritus

Katie King: La Materia De Los Espíritus


Qué ocurre en realidad cuando un fantasma se materializa partiendo del cuerpo del médium? ¿Es la fantasmogénesis fisiológica un acto de posesión en los espíritus?

A finales del siglo XIX surgieron ante un público solícito de hechos insólitos una gran cantidad de médiums afiliados al movimiento espiritista, de gran boga en aquella época, que manifestaban poder traer a entes del «más allá» mostrándolos ante el público que asistiese a sus sesiones. Las reuniones, por supuesto, en la gran mayoría de los casos, eran convocatorias a las que se podía acudir previo pago de ciertas cantidades de dinero. Entre el marasmo de ansiedad e incertidumbre en que vivía la humanidad desilusionada por las corrientes materialistas de la época y por una religión que no le ofrecía pruebas palpables, el movimiento espiritista fue la solución para un público desencantado del mundo que le rodeaba, y que necesitaba «pruebas tangibles» que la corriente espirita sí podía ofrecer. De esta forma, surgieron las médiums de salón, que causaron un gran revuelo por la enorme cantidad de información que podían suministrar del «más allá». La ciencia comenzó a interesarse por esta fenomenología, tratando de comprobar qué había de verídico en todas aquellas manifestaciones.

Entre los hombres de ciencia que se interesaron por este tipo de casuística, y dentro de ella por la materialización de espíritus de seres ya difuntos, estuvo el eminente químico inglés William Crookes, que durante tres años (1871-1874) estudió una curiosa materialización que decía llamarse Katie King, y que surgía a instancias de una médium de corta edad –15 años–, llamada Florence Cook Dicho caso, al que hemos aludido en el primer volumen de «Las Ciencias Prohibidas», sigue siendo hoy objeto de enconadas discusiones, ya que aún no ha quedado claro si fue un fraude o una hermosa realidad.

Florence Cook se presentó a William Crookes para pedirle que se ocupara de su caso. Las primeras sesiones se celebraron en casa del señor Luxmore. El famoso químico pudo constatar desde un principio que, contrariamente a lo que se había insinuado –la posibilidad del desdoblamiento de la médium en un ser igual a ella–, Florence Cook y Katie King eran personas completamente distintas. En efecto, mientras la aparición permanecía delante de él percibió con toda claridad un sollozo de la médium sumida en trance dentro del camarín. No concediendo importancia a esta prueba, quiso que el fantasma apareciese en el mismo lugar en que se encontraba la médium Cook, sumida en un trance profundo –estado en que entran dichos individuos para la producción de fenómenos–, con objeto de comprobar si eran o no dos personas iguales y verificar o no la hipótesis del desdoblamiento, ya que el fantasma y su médium mostraban un increíble parecido.

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Los Distintos y muy Distintos Dioses

Dios y las Religiones

Los Distintos y muy Distintos Dioses


¿Hay muchos dioses? Seguramente no, solo hay uno. Lo que si ha habido es mas de una definición, mas de una apreciación de Dios, por más que Dios sea indefinible e inapreciable. Los hombres han querido en todas las épocas definir a Dios y Dios era para ellos lo que les acomodaba, alternativamente caprichoso, déspota, bueno, malo, indulgente, soberbio: los hombres hacían su Dios. Obraban según su temperamento y su divinidad era un ser ideal que se acomodaba perfectamente a sus pasiones.

En ningún tiempo se han formado los hombres una idea exacta de que podía ser el Ser Supremo. Los salvajes creen que Dios no recompensa mas que el valor y solo castiga la cobardía. Las demás virtudes y los otros defectos son los accesorios de la vida, dependientes de las necesidades del cuerpo humano. Adoran al Sol que les da calor y ruegan al genio del rayo que les perdone. Para ellos la tierra esta bajo la protección de sus seres bienhechores y maléficos que presiden todo acontecimiento feliz o desgraciado.

El mahometano y el judío no adoran al mismo Dios. El primero cree en el Dios que da el placer con todos sus goces a los creyentes que han sabido combatir y morir por su fe: este es el oscuro fanatismo personificado con todo su poder. El segundo no admite más que el Dios de la tradición. La creencia de sus padres está arraigada en su corazón: esta es la credulidad natural y razonada con todas sus exageraciones.

Viene enseguida el cristianismo que ha tenido por patriarca al mayor de todos los Espíritus que han venido a ensalzar sobre la tierra, a Cristo. Su doctrina basada en los principios de moral, cuya sublimidad es incomparable, modifica sensiblemente y aun trastorna las leyes de una nación fanática y oprimida.

Condena el código mosaico en cuanto tiene de bárbaro. Sin embargo, su palabra es tan persuasiva, sus máximas son tan justas que haya acceso en los ignorantes, y turban la tranquilidad de los orgullosos en su soberbia arrogancia. Fue víctima de su aberración y murió mártir de la verdad.

Comprendía al verdadero Dios, pero no podía explicarlo al pueblo por la extremada ignorancia de éste: le pintaba en parábolas simples y que llamasen su atención, y sus discursos solo respiran caridad y amor al prójimo.

Extractos de "Revista La Revelación Año 1872", por Allan Kardec.