19 de octubre de 2019

“El Materialismo Murió Asfixiado por Falta de Materia”. Einstein

Los Vivos y los Muertos

“El Materialismo Murió Asfixiado por Falta de Materia”. Einstein

por Herculano Pires.

El científico soviético Vassiliev no aceptó la teoría de Rhine – la naturaleza extrafísica del pensamiento – y procedió a una experiencia en la Universidad de Leningrado para demostrar lo contrario. Mas no obtuvo las pruebas que deseaba y se limitó a contestarle a Rhine con argumentos, declarando simplemente que el pensamiento se constituye de una energía física desconocida. Hasta ahora, ni en el más allá, para donde la muerte lo transfirió, su rebeldía, no ha conseguido la refutación deseada.

Este es un episodio típico de la lucha de los negativistas contra la innegable realidad de la naturaleza espiritual del hombre. Será inútil disputar con ellos, que aún cuando son científicos, se apegan rígidamente a sus convicciones, de manera opiniática. Otro ejemplo importante fue el del filósofo Bertrand Russell, que ante el avance científico actual, declaró: “Hasta ahora las leyes físicas no han sido afectadas.”

Como no lo fueran, si toda la concepción física del mundo se transformara al contrario de lo que era, revelando la inconsistencia de la materia, su permeabilidad, la existencia de la antimateria y la posibilidad científicamente probada de la comunicación de los muertos? Bastaría esto para demostrar que la Física envejecida de medio siglo atrás llevó a Einstein a exclamar: “El materialismo murió asfixiado por falta de materia”. Famoso físico americano, posando el brazo sobre la mesa, dijo: “Mi brazo sobre esta mesa es apenas una sombra sobre otra sombra."

Extractos del Libro "Educación para la Muerte", por Herculano Pires.

Libro "Acción y Reacción" Chico Xavier\André Luiz « parte 19 »


Libro "Acción y Reacción" Chico Xavier\André Luiz « parte 19 »


El espectáculo, en su terrible belleza, se caracterizaba, a simple vista, por el centelleo de los contrastes, entre la sombra inmensa y la luz relampagueante.
–Aquí, los conflictos son incesantes –nos dijo el orientador, con serena dignidad– por tanto, hemos aprendido, en esta Mansión, que la paz no es conquista de la inercia, y sí fruto del equilibrio entre la fe en el poder divino y la confianza en nosotros mismos, en el servicio por la victoria del bien.
En ese momento, un trabajador de la casa penetró en el recinto y dijo:
–Instructor Druso: de conformidad con las recomendaciones recibidas, el enfermo recogido en la noche pasada, fue instalado en el gabinete de socorro magnético, esperando por su intervención.
–¿Consiguió decir algo?
–No. Continúa solamente con los gemidos periódicos.
–¿Ningún indicio de identificación?
–Ninguno.
El infatigable mentor nos invitó a seguirle, explicándonos que la operación en perspectiva nos podría ofrecer importantes elementos de estudio.
En unos momentos, nos vimos los cuatro en una sala de regulares dimensiones, que destacaba por la sencillez y por el color azul relajante.
En una mesa desmontable, se encontraba, boca arriba, un hombre de aspecto deforme, respirando con dificultad.
Para describir con precisión a la criatura que se hallaba a nuestra vista, podemos afirmar que el aspecto del infeliz llegaba a ser repelente, a pesar de los cuidados de que ya había sido objeto. Parecía sufrir una incalificable hipertrofia, mostrando brazos y piernas enormes. Pero donde el aumento de volumen del periespíritu se hacía más desagradable, era justamente en su rostro, en el que todos los trazos se confundían como si nos halláramos al frente de una esfera extraña, a guisa de cabeza.
–¿Sería aquél un hombre desencarnado a causa de algún atropello terrestre, que aguardaba allí el inmediato alivio que se debe a los accidentados comunes?
Druso percibió nuestra pregunta silenciosa y nos explicó: –se trata de un compañero, difícilmente identificable, atraído hasta aquí por una de nuestras expediciones de socorro.(29)
–Pero, ¿habrá sido recientemente liberado del mundo físico? –preguntó mi colega, dolorosamente impresionado, lo mismo que yo.
–Por ahora, no lo sabemos –explicó el orientador– es una de esas pobres almas que habrá dejado el plano físico bajo el imperio de terrible obsesión. Tan terrible, que no habrá podido recibir el amparo espiritual de las legiones de caridad que operan en las tumbas. Indudablemente, dejó el cuerpo carnal bajo una absoluta subyugación mental, cayendo en problemas angustiosos.

MIS OBSERVACIONES
(29) Las "expediciones de socorro" son recorridas que realizan estos instructores en busca de aquellos espíritus que están en condiciones de recibir ayuda. En este caso, este espíritu ha sufrido en encarnación una gran obsesión y lo evidencia su periespíritu como acá se describe.

Libro Psicografiado, "Acción y Reacción", por Chico Xavier\André Luiz



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La Ayuda que Reciben en las Reuniones Mediumnimicas

Ayuda a los Espíritus Sufrientes

La Ayuda que Reciben en las Reuniones Mediumnimicas

por José M. Meseguer

Están el caso de los obsesores, espíritus perversos, líderes de las sombras; o de aquellos que simplemente no han perdonado las afrentas del pasado y se creen con el derecho de cobrárselas indefinidamente, causando tormento a sus ahora, víctimas. En estos casos, es muy frecuente que sean obligados a acudir una o varias veces al trabajo mediúmnico, dependiendo de la situación de cada obsesor en particular, su grado de rebeldía, para ser poco a poco sensibilizados; respirando y viviendo, aunque sea momentáneamente, un ambiente armónico, equilibrado, que les ayude a recapacitar; y con la ayuda de seres amorosos, muchas veces los propios familiares del pasado, efectuar ese cambio fundamental en sus vidas.

Menos complicado resulta con aquellas almas de buena fe que esperan un cielo con sus ángeles, que no tienen conocimiento alguno del tránsito a la otra vida y las circunstancias que la envuelven; y puesto que tienen por educación y cultura religiosa otra visión del más allá, creen no estar muertos, sin embargo muchas piezas de la nueva realidad no les encajan y se quedan aturdidos, desorientados y hasta angustiados.

No podemos olvidar tampoco a los ateos, aquellos que a lo largo de su vida se mostraron escépticos, reacios a aceptar nada después de la vida. La sorpresa es mayúscula, necesitando en muchos casos, ayuda espiritual.

Por todo ello, ha de resultar lógica y razonable la idea de que, un conocimiento espiritual como el que nos aporta la doctrina espírita, puede ser de gran ayuda en el tránsito de la muerte a la nueva vida.
Sin embargo, es muy importante recalcar que, por encima de todo: “…La turbación que sigue a la muerte nada tiene de penoso para el hombre de bien; está en calma y es semejante, en un todo, a la que acompaña a un despertar apacible.” (¿Qué es el espiritismo? Allan Kardec.)

Lo que significa que, por encima de las creencias o de los conocimientos, están los hechos, los sentimientos, las buenas obras; el tipo de vida que la persona ha llevado a lo largo de su existencia física. Si realmente ha sabido aprovechar el tiempo en tareas edificantes, con sentido de la responsabilidad y del deber.

Al mismo tiempo, en todas las situaciones, la oración sentida les resulta muy útil a los desencarnados, sobre todo a  los sufrientes, pues dependiendo de su situación, les sirve de alivio, estímulo y de amparo para sobrellevar su carga mucho mejor.

Como nos indica en la misma obra de referencia, en el ítem 161: “La oración está recomendada por los buenos espíritus y además es solicitada por los que sufren… El alma por la cual se ora experimenta alivio… por la oración se le lleva al arrepentimiento y al deseo de hacer lo que le es necesario para ser feliz…”

Tomado del Blog "Asociación Espírita Gran Canaria"

EDGAR CAYCE


EDGAR CAYCE


Nació en 1877 en una granja de Kentucky, en una familia americana con antepasados franceses, probablemente hugonotes; es decir, calvinistas que huyeron de Francia por persecución religiosa. La vida de sus antecesores había girado alrededor de las tareas del campo, pero su padre se destacó como juez de paz y deseó que su hijo pudiera estudiar y capacitarse para un oficio o profesión que lo alejara de esa ocupación tradicional. Pero Edgar no demostró aplicación para el estudio y su vocación lo inclinó a ser pastor eclesiástico.

Estudió la Biblia profundamente y enseñó el catecismo; actividades que quedaron reflejadas en sus escritos posteriores, donde abundan las citas bíblicas. Tuvo una niñez normal, pero sus padres comenzaron a notar que durante el sueño tenía reacciones extraordinarias, pues obtenía conocimientos en forma subconsciente y en ese estado impartía órdenes sensatas y efectivas, sobre todo diagnosticando males y aconsejando remedios. En 1900 trabajaba como representante de una papelería y estaba a cargo de una cartera de seguros, cuando repentinamente quedó afónico y los especialistas no lograron mejorarlo.

En aquella época, la hipnosis estaba en boga y acudió a ella. Curiosamente, bajo hipnosis su afección desaparecía, pero la recuperaba cuando salía del estado alterado de conciencia. Su amigo Layne le sugirió que utilizara la técnica para conocer la causa del mal; él mismo actuó como hipnotizador y le preguntó qué le sucedía a su cuerpo. Con voz fuerte, Edgar describió los pormenores del desequilibrio y señaló los medios para su recuperación. Layne siguió sus instrucciones y cuando Cayce volvió en sí, la afonía había desaparecido. Repitió estas experiencias con otras personas y obtuvo similares resultados exitosos.

El amigo le propuso abrir un consultorio de “lecturas físicas”, pero Cayce temía las consecuencias de ese ejercicio “médico” sin autorización oficial; aunque finalmente aceptó, influido por la insistencia de su familia y de muchos enfermos. Más tarde, pudo constatar que en cuanto suspendía esa actividad reaparecía la afonía. Al principio, su trabajo no era remunerado, pero luego, su absoluta dedicación y su necesidad de ganarse la vida, lo obligó a cobrar por las consultas y los tratamientos. Layne se hizo un experto en el arte de guiar las consultas y obtuvo resultados sorprendentes. Cayce caía en trance hipnótico e inmediatamente comenzaba a “leer psíquicamente” el estado físico de personas presentes y ausentes. Con el tiempo, a su amigo se le prohibió oficialmente el ejercicio de esas prácticas; el médico Kerchum ocupó su lugar como colaborador del vidente, y juntos alcanzaron una reputación extraordinaria; por lo que en 1910 comenzó a trabajar como curandero profesional, reconocido con el título de “diagnosticador videncial”.

Contrariamente a lo que algunos creyeron, Cayce aseguró que nunca actuó por impulso de espíritus que lo ayudaran, pues con lo único que contaba era con una inteligencia y unos poderes paranormales superiores, recabados a lo largo de miles de años, en varias vidas pasadas. Por lo tanto no era un médium en el estricto sentido de la palabra. Tenía dos personalidades claras: la suya propia y la que se expresaba durante su sueño hipnótico. Durante la primera era un hombre simple, ignorante y que practicaba lo contrario de lo que aconsejaba mientras dormía. De allí que no se pudiera ayudar a sí mismo y tuvo una vida llena de inconvenientes. Si intentaba hacer su propia “lectura física”, le acometían fuertes dolores de cabeza, se quedaba afónico, o tenía severos trastornos gástricos. Las lecturas físicas consistían en ver, bajo los efectos de la hipnosis, el cuerpo humano en su interior, observar los órganos alterados y conocer las medidas curativas apropiadas.

El guía de la lectura debía comenzar justo cuando Cayce cerraba los ojos, interrogándolo y sugestionándolo; pues si no lo hacía correctamente, el psíquico caía en un sueño profundo, a veces catatónico, que podía durar días. Así mismo, finalizada la lectura, era imprescindible una acertada actuación del guía para recuperarlo a su condición normal. Con su capacidad psíquica podía observar cada célula, cada órgano, cada glándula, cada vaso sanguíneo, cada nervio o cada hueso; y decía que cada célula tenía conciencia propia y podía transmitirle un mensaje a su propio inconsciente. Sus lecturas estaban orientadas a dar remedios, más que a especificar las causas de las enfermedades. Daba explicaciones para la correcta aplicación de los medicamentos, con los detalles necesarios para que los efectos fuesen los más acertados. Sus técnicas terapéuticas eran similares a las practicadas en la medicina antigua, en cuanto a medicamentos, ejercicios, masajes, cromoterapia, gemoterapia y musicoterapia; y su objetivo era reconducir las malas vibraciones o defectos generadores de enfermedades, hacia el plano correcto o natural en que debían estar. Su lenguaje era críptico. Se expresaba en dialecto americano sureño, muy original en su construcción y diferente del idioma inglés.

En estado hipnótico era mucho más confuso y prácticamente tenía que ser traducido. De acuerdo a sus propias revelaciones, el origen de sus conocimientos se remontaba al antiguo Egipto donde alrededor del año 10.500 A.C. estuvo reencarnado como sacerdote, y en efecto, su lenguaje tenía ciertas estructuras gramaticales de la lengua que se hablaba en aquella época en el Cáucaso y el Irán. Por otra parte, en estado hipnótico era capaz de hablar en varias lenguas romances y antiguas. Cayce afirmaba que todos sus conocimientos los extraía de los archivos akáshicos o Libros de la Vida (akasha), mencionados en el Apocalipsis. Explicaba sus facultades como producto de:

* La observación del aura de las personas en la que podía leer cualquier estado o característica individual.
* El desarrollo de la intuición a través de la numerología, pues cada individuo vibra con determinado número.
* La astrología en la que introdujo las reencarnaciones y las estancias planetarias de cada individuo, en búsqueda de su evolución espiritual.
* La interpretación de los sueños por medio de los símbolos generales e individuales, como experiencias naturales, expresión del subconsciente, reflejo de las actividades del alma e instrumento para el conocimiento de sí mismo.
* La concepción holística cuerpo-mente-espíritu, responsable de la salud de cada célula y del organismo total.
* La enfermedad como producto de las transgresiones de las Leyes Cósmicas y Universales, de la violación de la fuerza de la creación y la vida.
* La curación psi a través de las manos, la voz y la mirada.
*Remedios medicinales simples, muchos en desuso y sustentados en múltiples métodos, que
lograran cuatro conceptos básicos:

-La alimentación correcta que respetara las necesidades corporales.
-La completa asimilación de los alimentos, el agua y el oxígeno.
-La eliminación de las toxinas
-El aumento de la circulación sanguínea y linfática.

No estaba en contra de la ingestión de estimulantes como el café, el alcohol o el tabaco, siempre que se eliminasen totalmente del organismo, gracias a los hábitos adecuados que el individuo debía observar. La clave de su teoría residía en el proceso de la eliminación de las impurezas a las que se somete constantemente el cuerpo, tanto por fuera como por dentro. Sin olvidar, según él, la causa más importante: “el espíritu es el constructor”, pues de él depende que el cuerpo y sus principales funciones, es decir, la asimilación, la circulación y la eliminación, sean correctas. En 1911, Cayce se refirió por primera vez a la reencarnación.

En principio, su descubrimiento del concepto palingenésico en una de sus descripciones inconscientes, chocó gravemente con sus ideas religiosas ortodoxas basadas en la Biblia, y se negó a admitirla porque la consideraba ajena al cristianismo. Llegó a pensar que un espíritu maligno lo había inducido a cometer sacrilegio, pero más tarde, se tranquilizó al leer algunos pasajes bíblicos que podrían interpretarse como alusiones a la reencarnación. Desde entonces comenzó a dar “lecturas espirituales”. Sus lecturas psíquicas o espirituales consistían en obtener las características individuales por medio de la observación de las vibraciones, para luego suministrar consejos con la finalidad de rectificar las tendencias perjudiciales. De ellas surgió una doctrina basada en la reencarnación, el karma, las relaciones espirituales manifestadas en la pareja, la familia, los hijos, el sexo, el libre albedrío, las profecías y el futuro.

A partir de 1924, después de muchos fracasos económicos, se dedicó exclusivamente a su labor de sanador, aunque Cayce siempre rechazó esa designación. Con ayuda financiera de amigos construyó su propio hospital y la Universidad Atlantic en el Estado de Virginia, destinada al estudio de la parapsicología y el ocultismo, reconocida oficialmente por las autoridades del Condado. Sobrevino la crisis económica de 1929, la Institución debió cerrar sus puertas, Cayce perdió su casa y fue necesario vender el edificio del hospital. Después de varios procesos fue arrestado en Nueva York, con el cargo de ejercicio ilegal de la medicina y práctica de la adivinación.

Tras su liberación, su vida continuó con innumerables inconvenientes. Era incapaz de negarse a contestar las miles de peticiones de lecturas físicas y espirituales, lo que le generaba una gran ansiedad. Frecuentemente decía, que oía voces que le advertían que su salud y su vida corrían gran peligro, pero no atinaba a poner los correctivos. Cayó enfermo del corazón y falleció el 3 de enero de 1945. En 1931 fue creada una fundación sin fines de lucro, conocida como Asociación de Amigos de Edgar Cayce o ARE (Association for Research and Enlightenment), como resultado de la difusión de los consejos que Cayce había dado durante varios años. Tenía como objetivo la investigación científica y espiritual de las 14.246 lecturas elaboradas por el psíquico, de su correspondencia y de los informes con relación a sus facultades; archivadas en la actualidad, y a la disposición de quienes deseen consultarlas.

Extracto del "Anuario Espirita 2004"

Tomado del Blog "Luz Espiritual"

¿Cuánto Sabes de Alexander Fleming?

¿Cuánto Sabes de Alexander Fleming?


Alexander Fleming es un científico que ha pasado a la historia por descubrir los efectos antibióticos de la penicilina, obtenida a partir de un hongo.

Fleming nació en 1881, en una familia campesina de Gran Bretaña y quedó huérfano de padre con 7 años. Hasta 1894 recibió una educación bastante básica, de la que extrajo el gusto por la observación detallada y un talante sencillo. Con trece años se mudó Londres, a vivir con un hermanastro que ejercía allí como médico. Siguió formándose y a los 20 años, gracias a una herencia, estudió medicina y obtuvo una beca para el St. Mary’s Hospital Medical School de Paddington.

Sitio Web "Open Mind"   Leer artículo completo >>>