Hay una Infinidad de Grados de Opositores al Espiritismo
por Allan Kardec.Hay una infinidad de grados de opositores al Espiritismo, entre los cuales se pueden contar los incrédulos por pusilanimidad: el valor les vendrá cuando vean que los otros no se queman; los incrédulos por escrúpulo religioso: un estudio ilustrado les enseñará que el Espiritismo se apoya sobre las bases fundamentales de la religión, y que respeta todas las creencias, que uno de sus efectos es dar sentimientos religiosos a aquellos que no los tienen, y fortificarlos en los que están vacilantes. Después vienen los incrédulos por orgullo, por espíritu de contradicción, por indolencia, por ligereza, etc.
No podemos omitir una categoría que llamaremos la de los incrédulos por decepciones. Comprende las personas que han pasado de una confianza exagerada a la incredulidad, porque han probado contrariedades; entonces desanimados, todo lo han abandonado, todo lo han desechado. Están en el caso de aquel que negaría la buena fe, porque habría sido engañado. Esto es también el resultado de un estudio incompleto del Espiritismo, y de falta de experiencia. El que está mixtificado por los Espíritus, generalmente es porque les pide lo que no pueden o no deben decir, o porque no está bastante ilustrado sobre la cosa para discernir la verdad de la impostura. Muchos, por otra parte, no ven en el Espiritismo sino un nuevo medio de adivinación, y se imaginan que los Espíritus son hechos para decir la buenaventura; pero los Espíritus ligeros y burlones se presentan y se divierten a sus costas: así es que ellos anunciarán marido a las jóvenes solteras; a los ambiciosos, honores, herencias, tesoros ocultos, etc.; de ahí muchas veces decepciones desagradables, pero de las cuales el hombre serio y prudente sabe siempre preservarse.
Una clase muy numerosa, la mayor de todas, pero que no podría colocarse entre los opositores, es la de los que vacilan; éstos son generalmente espiritualistas por principio, entre la mayor parte hay una vaga intuición de las ideas espiritistas, una aspiración hacia alguna cosa que no pueden definir; sólo falta a sus pensamientos el ser coordinados y formulados; el Espiritismo es para ellos como un rayo de luz: es la claridad que disipa la niebla: así es que lo acogen con ahínco, porque les libra de las angustias de la incertidumbre.
Extractos de "El Libro de los Médiums", por Allan Kardec.