4 de abril de 2019

La religión y el Espiritismo en favor de la felicidad

La religión y el Espiritismo en favor de la felicidad

por Allan Kardec.

Si la religión, apropiada en un principio a los conocimientos limitados de los hombres, hubiese seguido siempre el movimiento progresivo del espíritu humano, no habría incrédulos, porque está en la del hombre la necesidad de creer, y creerá si se le da un alimento espiritual en armonía con sus necesidades intelectuales.

El hombre quiere saber de dónde viene y a dónde va. Si se le señala un fin que no corresponda ni a sus aspiraciones ni a la idea que se forma de Dios, ni a los datos positivos que le suministre la ciencia; si además se le imponen para alcanzarlo condiciones cuya utilidad no admite su razón, todo lo rechaza. El materialismo y el panteísmo le parecen aún más racionales, porque en ellos se discute y se raciocina. Es un raciocinio falso, es verdad, pero prefiere razonar en falso a dejar de razonar. Pero que se le presente un porvenir con condiciones lógicas, digno en todo de la grandeza, de la justicia y de la infinita bondad de Dios, y abandonará el materialismo y el panteísmo, cuyo vacío siente en su fuero interno, y que admitió únicamente por no saber nada mejor.

El Espiritismo da algo mejor, y por eso es acogido tan fervorosamente por todos aquellos a quienes atormenta la punzante incertidumbre de la duda, y que no encuentran ni en las creencias ni en las filosofías vulgares lo que buscan. Tiene a su favor la lógica del raciocinio y la sanción de los hechos, y por esto se le ha combatido inútilmente.

El hombre tiene instintivamente la creencia en el porvenir. Pero no teniendo hasta hoy ninguna base cierta para definirlo, su imaginación ha forjado sistemas que han traído la diversidad de creencias. No siendo la doctrina espiritista sobre el porvenir una obra de imaginación más o menos ingeniosamente expresada, y sí el resultado de la observación de hechos materiales que se desarrollan hoy a nuestra vista, reunirá, como lo hace ya actualmente, las opiniones divergentes o flotantes, y traerá poco a poco y por la fuerza natural de las cosas la unidad de creencias sobre este punto, creencia que no tendrá por base una hipótesis, sino una certeza. La unificación hecha en lo relativo a la suerte de las almas será el primer punto de contacto entre los diferentes cultos, un paso inmenso hacia la tolerancia religiosa primero, y más tarde hacia la fusión.

Conceptos Extractados de "El Cielo y el Infierno", por Allan Kardec.

MI COMENTARIO
No pasa por creer en algo para simplemente cubrir una necesidad inherente en el ser humano de tener esperanza de trascender la muerte. Mi creencia está sustentada por la aceptación por mi intuición y mi razón, de que existe la vida después de la muerte. Que existen espíritus a pesar que no tengo la mediumnidad para verificarlo personalmente.
Digo esto, porque muchos escépticos tildan a los creyentes de llevar adelante unos conceptos de reencarnaciones por el hecho de tener arraigado un temor a que todo termine después de la muerte y por esto se inventan estas historias de vidas sucesivas para suplir su desesperanza.

La Reencarnación

La Reencarnación

por Marina Silva

Las vidas sucesivas son el eslabón que vincula el consuelo que nos ofrece la conciencia de la inmortalidad con la explicación lógica acerca de la Justicia divina.
La reencarnación no es una idea nueva: forma parte de las creencias de muchas religiones orientales milenarias.

A partir de 1857, con el lanzamiento de El libro de los Espíritus, de Allan Kardec, la reencarnación tuvo un nuevo enunciado, y dejó de ser una creencia para convertirse en una certeza racional. Los argumentos lógicos que presentaron los Espíritus, recopilados, organizados, confrontados, discutidos y analizados por Allan Kardec, constituyen el vínculo que vuelve a unir al hombre con Dios, dado que ahora podemos comparar, de acuerdo con ellos, tanto las concepciones acerca de la muerte presentadas por las religiones occidentales, como la idea de la nada, para concluir que todas son muy pesimistas, poco consoladoras y nada razonables.

A partir de la investigación efectuada por el discípulo de Pestalozzi, estamos seguros de que volveremos a encontrarnos con nuestros seres queridos, en esta y en otras vidas, en este y en otro ámbito, porque además de investigar el concepto de la reencarnación, Allan Kardec describe la vida en el Mundo espiritual, analiza la vida terrena y explica la Ley de Causa y Efecto, que determina las condiciones en las que viviremos, tanto los encarnados (vivos) como los desencarnados (muertos). Así, el Cielo y el Infierno son estados de conciencia que resultan de nuestras buenas o malas acciones. Y lo más importante es que no estamos condenados para toda la eternidad.

Es esa la verdadera Justicia divina, que no condena eternamente a sus hijos por sus errores, como tampoco premia con privilegios a aquellos que nada hicieron. Esa es la Justicia que explica por qué somos tan diferentes, y por qué algunos viven más y mejor que otros. En este sentido, también se suman importantes investigaciones científicas, que corroboran las conclusiones de Allan Kardec acerca de la reencarnación. El bioquímico y psiquiatra canadiense Ian Stevenson se consagró a estudiar la reencarnación durante cuarenta años.

Examinó más de tres mil casos de niños que parecían recordar hechos de sus vidas pasadas, y recopiló registros médicos de marcas de nacimiento y deformaciones congénitas, relacionadas con los tipos de muerte descriptos por los niños, además de analizar las autopsias de las personas que ellos decían ser. La doctora Edith Fiore, de USA, efectuó diversas publicaciones sobre el tema. El doctor Morris Netherton estudió más de ocho mil pacientes y se convenció de la realidad de la reencarnación. El doctor Brian Weiss es muy conocido por la publicación de libros sobre experiencias de regresión a vidas pasadas, realizadas en su consultorio.

Extractado de la Revista La Idea  - Centro Espírita Argentino.

Cartas al Director de la revista

Cartas al Director de la revista


Hola Silvia.

Los espíritus nos influyen constantemente tanto para el bien como para el mal. Y en algunos casos se produce una influencia más perniciosa y constante que llamamos obsesión, que es la influencia negativa que ejerce algún espíritu sobre nosotros. Contra ellos de nada valen los sortilegios, exorcismos, ni nada que se le parezca. Todo obedece a una cuestión de sintonía que ha de conseguir la propia “víctima” para que estos espíritus no puedan asediarle.

Los buenos espíritus jamás secundan a aquellos que hacen profesión de su mediumnidad u obtienen beneficios materiales. El médium debe darse a los demás cuando menos gratuitamente, e incluso con todo el amor, siendo consciente de la oportunidad de ayudar. Aún así los médiums no son seres todopoderosos sino simples instrumentos de los buenos espíritus, y es hacía esos espíritus donde debemos dirigir nuestros esfuerzos, para lograr su inspiración, ayuda y protección.

Y para ello nada mejor que el mejorarse íntimamente, aplicando en toda su extensión esa máxima común de tantos profetas y religiones, y que Jesús resumió tan bien, la de hacer al prójimo lo que quisiéramos que se hiciese con nosotros mismos. Su ayuda directa no necesita de médiums sino de hacer el bien para que acercándonos a los buenos, los malos ya no puedan sintonizar con nosotros.

Sería bueno, no obstante, que pudieses ir a algún centro espírita, hablar con ellos en particular, contándoles qué te lleva a pensar que puedas estar o no influenciada, para estudiar si realmente es así y darte la mejor orientación. También te sería de gran ayuda que por ti misma busques en esta filosofía innumerables respuestas, lógicas, racionales y además basadas en los hechos y las pruebas de todo tipo, leyendo los libros de Allan Karde, que te puedes bajar gratuitamente de nuestra web y si tienes oportunidad que participes de los estudios de un buen centro espírita.

¿Podría este universo, nuestros destinos, y la justicia divina, verse influenciados por encender unas velas? ¿Podría tener alguna utilidad la quema de unas fotos?, no existe causa y efecto con este tipo de prácticas. Y sí existe causa y efecto con aquellas dificultades o cosas que nos creamos nosotros mismos en esta y otras encarnaciones, por nuestras acciones más o menos acertadas. Continuamente recibimos personas con problemas parecidos en los centros espíritas y sabemos por experiencia que el único poder que hay sobre los espíritus no es otro que el de nuestra superioridad moral, que podamos situarnos en una sintonía mejor a través de nuestros pensamientos y acciones. Ante las influencias obsesivas, de estos espíritus más ignorantes que puedas tener, tu mejor arma será el Amor, en mayúsculas. Y de nada sirven los rituales vengan de un sacerdote o cuesten miles de euros.


Extractado de la Revista Espirita FEE.

Ideas innatas

Ideas innatas

por Nubor Orlando Facure

Algunos comportamientos humanos revelan una aparente complejidad como, por ejemplo, la expresión de asco frente a un alimento que huela mal. Son, sin embargo, instintivos y relacionados directamente con la sobrevivencia, que es nuestro mecanismo de autodefensa más eficiente. Históricamente, algunos filósofos insistían en negar cualquier conocimiento innato o instintivo en el ser humano. Naciendo como una página en blanco, todo comportamiento necesitaba pasar primero por los sentidos para después sedimentarse en la mente.

Cualquiera de nosotros que pasó por la experiencia de acompañar el cotidiano crecimiento de los hijos, tiene múltiples oportunidades de sorprenderse con el desempeño de ellos en el habla, en la construcción de las frases, en la creación de situaciones inesperadas, en la elección de los juguetes, en la interpretación de hechos nuevos y principalmente en las preguntas que hacen, revelando un comportamiento que “nace hecho” o una elección que “nadie enseñó”.

La Doctrina Espírita añade la “dimensión espiritual” en la construcción de la naturaleza humana resaltando su complejidad.
El cuerpo físico es vestimenta transitoria que da al Espíritu el instrumento necesario para manifestarse en el mundo en que vivimos.

Reencarnando en vidas sucesivas, tenemos oportunidad de renovar experiencias, redimir faltas, revaluar aciertos y errores y proyectarnos compromisos futuros.
Nada ocurre por casualidad, Dios es creador y sus prepuestos orientan nuestros destinos. Estamos todos incluidos en el proyecto de progreso incesante que nos elevará al nivel de Espíritus Superiores.

El “principio inteligente” con el cual inauguramos la vida recorrió las diversas escalas evolutivas empeñándose en la adquisición de reflejos, de instintos, de automatismo y de racionalidad hasta alcanzar la condición humana que disfrutamos hoy.

La evolución de la mente sugestionó y dirigió las necesidades de la evolución del cuerpo.

Extractado del Blog Córdoba Espírita.


JOSÉ HERCULANO PIRES


JOSÉ HERCULANO PIRES

(1914 – 1979) Brasil – destacado filósofo del espiritismo


José Herculano Pires, gran filósofo y escritor brasileño, nació en la antigua provincia de Río Novo, hoy la bella ciudad de Avaré, en el interior del estado de São Paulo, el día 25 de septiembre de 1914 y desencarnó el 9 de marzo de 1979 en la ciudad de São Paulo.

José Herculano Pires fue un hombre múltiple. En todas las áreas de conocimiento que se desarrollaron actividades - dentro y fuera del movimiento espírita - su inteligencia superior iluminada por la Doctrina Espírita y su cultura humanística, brillaba con gran magnitud.

Hijo del farmacéutico José Pires Corrêa y de la pianista Bonina Amaral Simonetti Pires. Hizo sus primeros estudios en Avaré, Itaí y Cerqueira César. Reveló su vocación literaria desde que comenzó a escribir. A los nueve años compuso su primer soneto, un decasílabo sobre el Largo São João, de su ciudad natal. A los dieciséis años publicó su primer libro, Sonhos azuis (cuentos) y a los dieciocho el segundo libro, Coração (poemas libres y sonetos).

Herculano fue profesor en Filosofía en la Facultad de Filosofía de Araraquara y miembro de la Sociedad Brasileña de Filosofía. Presidente de la Unión de Periodistas Profesionales de São Paulo y fundador del Club de Periodistas Espiritistas de São Paulo, que presidió durante muchos años.

Fue Director de la Unión Brasileña de Escritores y vicepresidente de la Unión de Escritores de São Paulo. Presidente del Instituto Paulista de Parapsicología. Novelista, en São Paulo recibió el "Premio Municipal de Cultura", y fue reconocido por la crítica como uno de los renovadores de la novela brasileña.

Reportero, redactor, secretario, cronista parlamentario y crítico literario de los Diários Associados, ejerció esas funciones en la calle 7 de Abril por cerca de 30 años.

Publicó cerca de 80 libros de Filosofía, ensayos, Historia, Psicología, Parapsicología y Espiritismo, varios de ellos en colaboración con Chico Xavier, lanzando por último una serie de ensayos Pensamiento de la Era Cósmica y una serie de novelas de Ficción Científica Paranormal.

Alegaba sufrir de grafomanía, pues escribía día y noche. No tenía vocación académica y no seguía ninguna escuela literaria. Su único objetivo era comunicar lo que creía necesario, de la mejor manera posible. Graduado en filosofía por la Universidad de San Pablo, publicó una tesis existencial: O Ser e a Serenidad.

Se hizo famoso, entre otros motivos, por sus polémicos debates en televisión. Era asombroso observar la tranquilidad de Pires y su firmeza en las réplicas de los distintos debates, jamás se irritaba y escuchaba pacientemente a los opositores, incluso a los más agresivos como el jesuita español Oscar Gonzales Quevedo, acérrimo enemigo del Espiritismo. Sólo una vez mostró irritación en un debate celebrado en Bandeirantes TV, canal 13. Se habían presentado un grupo de personalidades que nada sabían de Espiritismo y Pires escribía en su diario: "Un nido de serpientes me esperaban allí. No por maldad, porque no lo había, pero sí por la estupidez que existía en exceso. El programa me ha agotado y aturdido (…) Tuve la impresión de estar en un hospital psiquiátrico y ser el más loco de la banda que me rodeaba. Perdí la paciencia y les di una muestra de falta de educación. Nunca he oído tal conjunto de tonterías. Salí de allí con los nervios de punta. Sólo al amanecer comencé a hallar gracia a toda esa cosa…”

Entre sus innumerables obras que recomendamos, enumeramos algunas de las traducidas a nuestro idioma y que pueden ser adquiridas en la Confederación Espiritista Argentina:

- El Centro Espírita
- La Obsesión, el Pase y el Adoctrinamiento
- Educación para la Muerte
- La Agonía de las Religiones
- El Espíritu y el Tiempo
- Ciencia Espírita
- El Hombre Nuevo
- Pedagogía Espírita
- Espiritismo Dialéctico
- A la Hora de Testimoniar
- Visión Espírita de la Biblia
- El misterio del ser ante el dolor y la muerte.

Además de sus libros, Herculano tradujo al portugués, realizando introducciones y numerosas notas a pie de página con comentarios en base a argumentos convincentes de las obras de Allan Kardec, según el siguiente detalle:

- El libro de los Espíritus, El libro de los Médiums, El Evangelio según el Espiritismo, El Cielo y el Infierno (traducción y comentarios)
- Revista Espírita (traducción de poesías)
- Qué es el Espiritismo (introducción)
- La Génesis (presentación del libro y comentarios)
- Obras Póstumas (introducción y comentarios)

Se caracterizó por ser un idealista, que lucho por la causa espírita. Considerado uno de los mayores defensores de la integridad y pureza de la codificación de Allan Kardec. Fue admirado y respetado por todos los intelectuales de la época y sus libros continúan siendo muy vendidos y consultados para temas importantes de la Doctrina Espírita.

Su pensamiento:

Ser fiel a la Verdad, saber respetarla y hacerse humilde ante ella son las tres piedras de tropiezo del hombre en la Tierra. Podemos conocer la Verdad y proclamarla, intentar vivirla y comunicarla a los demás, pero tener el valor de sostenerla en los momentos de crisis es casi un privilegio en el mundo de vanidades y mentiras terrenas. Por esto los grandes Maestros tienden siempre a probar el cáliz de hiel del abandono, como Jesús en el Huerto, enfrentando solo el despertar de la traición, o en el Calvario, soportando el abandono de la crucifixión. (J. Herculano Pires, “A la Hora de Testimoniar”)

Fuente consultada:
- JORGE RIZZINI JORGE. “J. Herculano Pires o Apóstolo de Kardec - o Homem, a Vida, a Obra”
- J. HERCULANO PIRES. “La Ciencia Espírita y sus consecuencias terapéuticas”, FEHAK, Depto 18 de abril, Buenos Aires – Argentina, 2009. Ficha de identificación literaria.


Extractado de Confederación Espírita Argentina.