Libro "Acción y Reacción" Chico Xavier\André Luiz « parte 64 »
Reconozco, Señora, que nadie te dirige inútilmente la palabra de aflicción y de dolor...Sabemos que tu corazón compasivo es luz para los que se pierden en las sombras del crimen, y amor para todos los que se sumergen en los abismos del odio...
Perdonaste a aquéllos que aniquilaron al Hijo divino en los tormentos de la cruz y, además de la paciencia con que soportaste los insultos, viniste todavía del cielo, ofreciéndoles tus brazos protectores.
Madre Bondadosa, tú que levantas a los caídos de tantas generaciones terrestres y sanas piadosamente las heridas de cuantos se petrificaron en la crueldad, lanza una cariñosa mirada sobre nosotros, sobre mi esposo y sobre mí, atados a las consecuencias del doble homicidio, que hacen sangrar nuestros corazones. Él y yo estamos envueltos en las redes de nuestro delito. Aunque yo no estaba en las fatídicas aguas, mientras nuestros hermanos experimentaban la mortal asfixia, me considero partícipe de sus responsabilidades y me considero asociada al crimen...
Mi esposo, Madre del Cielo, seguramente tenía su corazón envuelto en una pesada nube, cuando se alucinó en el hecho que hirió nuestras conciencias...
Para los otros, podrá haber sido un impenitente que se apropió de los bienes ajenos, infligiendo la muerte a sus propios hermanos pero no para mí y para nuestro hijo, que recibimos de él los mayores testimonios de amor... Para los otros, será un reo, ante la ley. Pero, para nosotros, es el compañero y el amigo fiel... Para los otros parecerá un egoísta sin derecho a remisión alguna, pero, para nosotros, es el bienhechor que nos atendió en la Tierra, con inmensa ternura...
¿Cómo no ser egoísta y criminal, también yo, Madre querida si disfruté sus bienes y me alimenté del cariño de su corazón? ¿Cómo no ser igualmente responsable en la culpa, si toda su culpa se desprendía del propósito, aunque fuese una locura, de asegurar mi superioridad en mi doble condición de mujer y de madre?...(56)
MIS OBSERVACIONES
(56) Hay que entender este punto donde le ruega a la Madre de Jesús que se apiade de ella y de su esposo, que Ella, no va a concederle nada que no sea lo que está establecido en la ley de reencarnación. La oración sirve para la comunicación y que de ella surjan los cambios que los rogadores necesitan y que los que escuchan, se sensibilicen y brinden ayudas o apoyos a los sufrientes. Pero si el deseo de Alzira es reencarnar con su esposo en una nueva vida para reparar sus errores, eso se ejecutará en la medida que ambos estén de acuerdo y no por una Concesión de la Madre María o Madre del Cielo como la nombran. Todo sucede bajo las reglas o leyes divinas, sin excepción.
Libro Psicografiado, "Acción y Reacción", por Chico Xavier\André Luiz