El Sr. Home 6/11
Tal como lo hemos dicho, el Sr. Home es un médium del género de aquellos bajo cuya influencia se producen más especialmente fenómenos físicos, sin excluir por eso las manifestaciones inteligentes. Todo efecto que revele la acción de una voluntad libre es por esto mismo inteligente; es decir, que no es puramente mecánico y que no podría ser atribuido a un agente exclusivamente material; pero de ahí a las comunicaciones instructivas de un alto alcance moral y filosófico, hay una gran distancia, y no es de nuestro conocimiento que el Sr. Home las obtenga de esta naturaleza. Al no ser un médium psicógrafo, la mayoría de las respuestas son dadas por golpes que indican las letras del alfabeto, procedimiento siempre imperfecto y demasiado lento, que difícilmente se presta a desarrollos de una cierta extensión. No obstante, él obtiene también la escritura, pero por otro medio del cual hablaremos luego.
Para comenzar digamos que, como principio general, las manifestaciones ostensibles – las que impresionan nuestros sentidos – pueden ser espontáneas o provocadas. Las primeras son independientes de la voluntad; a menudo ocurren contra la voluntad de quien es objeto de las mismas, y al cual no siempre son agradables. Los hechos de este género son frecuentes y, sin remontarnos a los relatos más o menos auténticos de los tiempos remotos, la Historia contemporánea nos ofrece de ellos numerosos ejemplos, cuya causa, desconocida al principio, hoy es perfectamente conocida: tales son, por ejemplo, los ruidos insólitos, el movimiento desordenado de objetos, las cortinas corridas, las cobijas arrancadas, ciertas apariciones, etc. Algunas personas están dotadas de una facultad especial que les da el poder de provocar, al menos en parte, esos fenómenos a voluntad, para decirlo así. En absoluto esta facultad es muy rara y, en cien personas, por lo menos cincuenta la poseen en un grado más o menos grande. Lo que distingue al Sr. Home, es que dicha facultad está desarrollada en él – como en los médiums de su fuerza – de una manera, por así decirlo, excepcional. Algunos no obtienen más que golpes leves o el desplazamiento insignificante de una mesa, mientras que bajo la influencia del Sr. Home los ruidos más resonantes se hacen escuchar, y todo el moblaje de un cuarto puede ser derribado, colocándose los muebles unos sobre los otros.
Extracto de "Revista Espírita 1858", por Allan Kardec.