Libro "Acción y Reacción" Chico Xavier\André Luiz « parte 53 »
–Pregúnteme, hijo mío, sobre cuestiones que no sean personales, y le contestaré todo cuanto me sea posible.Me percaté de su noble intención y traté de dominarme.
–Gran bienhechor, –exclamé conmovido, tratando de olvidar mis propios sentimientos– ¿podremos pedirle que nos explique algo acerca del “karma”?
–Sí, el “karma”, expresión vulgarizada entre los hindúes, que en sánscrito quiere decir “acción”, en rigor, significa “causa y efecto”, ya que toda acción o movimiento, procede de una causa o impulso anterior. Para nosotros, significa la cuenta de cada uno, englobando los créditos y los débitos que, en particular nos corresponden. Por tanto, hay cuentas de esa naturaleza, no solamente catalogando y definiendo individualidades, sino también pueblos y razas, estados e instituciones.
El Ministro hizo una pausa, como quien da a conocer que el asunto es complejo, y continuó:
–Para entender mejor el “karma” o “cuenta del destino creada por nosotros mismos”, conviene recordar qué el Gobierno de la Vida posee también su sistema de contabilidad, expresada en el mecanismo de la justicia ineludible. Si en el círculo de las actividades terrestres cualquier organización necesita establecer un régimen de cuentas para basar las tareas que le hablen de responsabilidad, la casa de Dios, que es todo el universo, no podría subsistir sin estar sometida al orden. La administración Divina, por eso mismo, dispone de sabios departamentos para relacionar, conservar, ordenar y engrandecer la vida cósmica, todo ello pautado bajo la magnanimidad del más amplio amor y justicia. En las sublimes regiones celestes de cada orbe entregado a la inteligencia y a la razón, al trabajo y al progreso de los hijos de Dios, brillan los genios angélicos encargados del rendimiento y de la belleza, del perfeccionamiento y de la ascensión de la Obra Excelsa, con procesos apropiados a la concesión de préstamos y moratorias, créditos especiales y recursos extraordinarios a todos los espíritus encarnados o desencarnados, que los merezcan en función de los servicios referentes al bien eterno, y, en las regiones atormentadas como ésta, arrasadas por ciclones de dolor regenerador, tenemos la autoridad competente para promover el cobro y la fiscalización, el reajuste y la recuperación de todos aquellos que se convierten en deudores complicados ante la justicia Divina. Esa autoridad tiene la función de purificar los caminos evolutivos y minimizar las manifestaciones del mal. Las religiones de la Tierra, por tal motivo, procedieron acertadamente a localizar el Cielo en las esferas superiores y el Infierno en las zonas inferiores, ya que en las primeras encontramos la creciente glorificación del Universo y, en las segundas, la purgación y la regeneración indispensables a la vida, para que la vida se acrisole y eleve hacia el brillo de las cimas.
Libro Psicografiado, "Acción y Reacción", por Chico Xavier\André Luiz