Cuando todo va mal
¿Qué se hace ese día, en que todo parece ir mal?
Algunos dicen, empecé con el pie izquierdo.
Se entiende que quien así habla, cree que un pie es más valioso que otro.
De todos modos, ese día en que todo va mal, porque empezó mal, qué hacer?
Primero, rechazar la idea de una persecución de Dios a sus hijos.
Dios quiere dar mal porque nosotros, sus hijos, actuamos equivocado.
¿Usted se levantó por la mañana atrasada? ¿De quién es la culpa?
No es del despertador, que no sonó la alarma, o sonó más tarde.
La cuestión es suya, porque quien programa las funciones del aparato es usted.
Usted puede levantarse de un salto, ponerse de pie, salir a las tontas de la habitación y ... golpearse en la puerta, en un mueble.
Pensaba que nada traería de vuelta los minutos pasados, se levantaría con calma y haría todo mas despacio.
Cuando usted tiene prisa e intenta hacer varias cosas al mismo tiempo, tiene mucha probabilidad de que algo desagradable suceda.
La leche se desborda, ensuciando la cocina, se corta al afeitarse, el botón de la camisa cae por la violencia que usted usa, tratando de abotonarlo.
En fin, la lista es casi interminable. Y la culpa, con certeza, no es de Dios.
Hazlo con calma.
¿El coche no arranca?
Compruebe el porqué y resuelva, si es posible, sin estresarse.
¿Perdió el horario del autobús?
Recuerde que su ansiedad o su irritación no hará que el prójimo se adelantará.
Si es necesario, avise a su superior, su jefatura, su cliente, del retraso.
Si pierde una clase, una prueba, ya ha perdido. ¿De qué sirve gritar, enfadarse? Nada traerá de vuelta los minutos perdidos.
¿El tráfico está congestionado? No haga tonterías, no viole las reglas del buen conductor.
Tenga siempre a mano un libro, una revista y aproveche el tiempo.
¿La lluvia le sorprendió en el camino? Espere un poco. Todo pasa. La lluvia también pasa.
Esperar un poco no le debe causar mayor preocupación.
En fin, en todo sea responsable y piense que en sus manos está permitiendo que todo ande en eje, o no camine.
Todo se resuelva, poco y poco, o no.
Por último, piense: no vale la pena perder minutos preciosos de la vida por estrés, irritación o impaciencia.
Dios quiere su felicidad. Colabore con Él en esta conquista.
Todo en el Universo traduce armonía, precisión. Los planetas obedecen a sus trayectorias y cada cual se encuadra, en la línea del deber que le es propia.
Los astros giran, las estrellas lanzan su luz al espacio. Todo obedece al Gran Padre de todos nosotros.
No seamos diferentes. Colaborar con nuestra propia felicidad.
Y pensar todos los días: Hoy en día todo saldrá bien. Perfectamente correcto.
Yo haré lo posible para que todo suceda acertadamente.
Extractado del Blog Mundo Espírita.