El guía y la filosofía Espírita
por Jacques PeccatteGracias a los contactos con el más allá desde el siglo XIX, se comprende entonces que lo que se llamaba “ángeles de la guarda” son de hecho los espíritus de personas difuntas.
Allan Kardec en El Libro de los Espíritus, escrito en 1857, dedica todo un capítulo a los ángeles guardianes, espíritus protectores que llamamos “guías”.
El espíritu que guía es más evolucionado que su protegido, tanto en el plano moral como en el intelectual. Pero es ante todo alguien a quien hemos conocido en el curso de nuestras diversas reencarnaciones y con quien tenemos afinidades (un pariente, un amigo de ruta o de combate…). Nos es cercano, nos ama. Es el espíritu que espera por nosotros, que nos ve vivir y nos acompaña a todo lo largo de nuestra vida. ¿Tenemos siempre el mismo guía? La regla no es absoluta. Podemos tener un guía durante cierto tiempo y luego cambiar.
El guía puede ser el mismo a lo largo de toda nuestra encarnación y si es necesario durante varias vidas. Por múltiples razones, el espíritu también puede suspender su función de guía. Puede necesitar reencarnar para su propia evolución o para cumplir otra misión en el más allá, lo cual no le permitirá asumir más su papel. Entonces, otro guía tomará su lugar.
Extractado de la Revista Le Journal Spirite.