17 de mayo de 2019

Las 5 reglas del Bienestar, según el Budismo Tibetano

Las 5 reglas del Bienestar, según el Budismo Tibetano


Los budistas insisten en la idea de que solo se puede ser feliz si se tiene paz interior. Y que solo se puede tener paz interior, si se aplican unas sencillas reglas del bienestar. Estas tienen que ver con saber aceptar, amar y dar.

El budismo tibetano es una filosofía pacifista en la que la felicidad humana ocupa un lugar central. Sin embargo, a diferencia de los occidentales, los budistas no creen que la felicidad sea un estado de plenitud o excitación. Todo lo contrario. Para que haya felicidad, primero debe haber paz interior. Y para lograr esta, se deben seguir las cinco reglas del bienestar.

Los budistas diseñaron las reglas del bienestar con base a lo que llaman “los venenos” de la vida. Se trata de todos esos sentimientos y situaciones que se apoderan del ser humano, lo invaden y ya nunca lo dejan estar en paz. Dichos venenos son el odio, la angustia, la soberbia, el egoísmo y la inconformidad.

Las cinco reglas del bienestar están orientadas a expulsar esos cinco venenos de la vida. Mientras estén dentro de nosotros, tal y como lo haría un veneno, nos intoxican de emociones que nos hacen daño. Que finalmente van en contra de nosotros mismos. Por lo tanto, si queremos tener paz interior, debemos observar dichas reglas. Son las siguientes.

1. Liberar el corazón del odio 
El odio es un sentimiento complejo y muy profundo. Está compuesto de ira, rechazo, resentimiento y aversión, entre otros. Por eso mismo, también es un sentimiento muy invasivo, que termina impregnando nuestra forma de ver el mundo. No se puede estar bien, mientras se albergue odio en el corazón.

Por eso, una de las cinco reglas budistas del bienestar es liberar el corazón del odio. Obviamente, es más fácil decirlo que hacerlo. Para lograrlo se necesita de una fuerte dosis de empatía.

Se trata de mirar a quien odiamos desde un punto de vista compasivo, tratando de comprender sus carencias y sus limitaciones. Esto nos permite perdonar y dejar de odiar.

Sitio Web "La Mente es Maravillosa"  Leer artículo completo >>>


Tiptología

Tiptología

por Allan Kardec.

La Tiptología o lenguaje por golpes, ofrece más precisión que la semantología o movimientos de objetos. Se obtiene de dos modos muy diferentes. El primero - que denominamos tiptología por movimiento - , consiste en golpes dados por la mesa misma con una de las patas. Estos golpes pueden responder que sí o que no según el número de golpes convenido para expresar lo uno o lo otro. Las respuestas son, como se comprende, muy incompletas, están sujetas a equivocaciones y resultan poco convincentes para los novicios, porque pueden atribuirse siempre al azar.

La tiptología íntima se produce de otro modo. No es la mesa la que golpea: la mesa permanece completamente inmóvil, pero los golpes resuenan dentro de la substancia misma de la madera, de la piedra o de cualquier otro cuerpo, y frecuentemente con bastante fuerza para ser oídos desde la habitación inmediata. Si se aplica el oído o la mano sobre una parte cualquiera de la mesa, se nota su vibración desde la pata hasta el plano.

Se reconoce en estos golpes la intervención de una inteligencia, en que obedecen al pensamiento. Así, según el deseo expresado verbal o mentalmente, cambian de lugar, se hacen más o menos intensos, se dejan oír de tal o cual persona, dan la vuelta a la mesa, imitan el eco, el ruido de la sierra, del martillo, del tambor, de las descargas cerradas..., acompañan el ritmo de una partitura designada, indican la hora, el número de las personas presentes, etc., o bien abandonan la mesa y van a percutir en la pared, en la puerta, en cualquier sitio que se convenga, y además responden afirmativa o negativamente a las preguntas que se les hacen.

Estas experiencias son mejor un motivo de curiosidad, que un medio de comunicación para asuntos serios: los Espíritus que se manifiestan así, son, en general, de un orden inferior . Los Espíritus serios no se prestan más a esas demostraciones de fuerza, que, entre nosotros, los hombres graves a las juglerías de los saltimbanquis. Cuando se les interroga a este respecto, suelen contestar: “¿Son los hombres superiores, entre vosotros, los que hacen bailar los osos?”

La tiptología alfabética nos ofrece un medio de correspondencia más fácil y más completo. Consiste en la designación de las letras del alfabeto por un número de golpes convenido, y de este modo se forman palabras y frases. Este medio, por su lentitud, tiene el grave inconveniente de no prestarse a desarrollos de cierta extensión. Se les abrevia, no obstante, en multitud de casos y por procedimientos diversos.

Basta con frecuencia, conocer las primeras letras de una palabra para adivinarla, y las primeras palabras de una frase para colegir el resto. Entonces no se le deja acabar, y para estar ciertos de lo que el Espíritu quería decir, se le pregunta si es la palabra o la frase que se ha supuesto, y el Espíritu responde que sí, o que no, por el signo convencional.

Conceptos Extractados de "Manual Práctico de las Manifestaciones Espíritas", por Allan Kardec.

Como se Comunica Nuestro Guía Durante el Sueño

Como se Comunica Nuestro Guía Durante el Sueño


La comunicación con el más allá no es tan simple como girar un botón de radio o de televisión. No hay que olvidar la enorme barrera de materia que nos separa del mundo de los espíritus.

Sin embargo, nuestro guía está allí, presente y atento, recibe nuestros pensamientos. El hecho de que de manera consciente no se tengan señales de su parte, no significa que no esté cerca de nosotros. Él puede hacernos señales de diversas maneras:

DURANTE NUESTRO SUEÑO
Se le encuentra, por ejemplo, en la noche durante nuestra desincorporación nocturna. Ésta sobreviene en las fases del sueño paradójico. En general, varía de una a dos horas. Durante estos episodios, el espíritu se libera del cuerpo y puede encontrar su verdadera naturaleza por ese contacto provisorio con el más allá.

Esa puede ser entonces la ocasión de percibir el otro mundo, de encontrarnos con nuestro guía o con otros espíritus que también aportan sus consejos. La mayor parte del tiempo, al despertar, no tenemos o sólo tenemos pocos recuerdos de esos encuentros, pero ellos pueden dejar rastros inconscientes que podrían subir a la memoria consciente y resurgir en el transcurso de la jornada siguiente bajo la forma de intuiciones o de impresiones.

Ciertas decisiones son a veces consecuencia de esas preciosas informaciones registradas durante el sueño en lo más profundo del subconsciente. La influencia benéfica del guía puede traducirse entonces en la solución inesperada de un problema o en una fuerza suplementaria en la acción cotidiana. ¿No se dice que “la noche trae consejos?”

Extractado de la Revista Le Journal Spirite.