9 de junio de 2019

Lo Sobrenatural y las Religiones

Espiritismo, librepensador,  Allan Kardec,

Lo Sobrenatural y las Religiones

por Allan Kardec.

Pretender que lo sobrenatural sea el fundamento indispensable de toda religión, y que constituya la piedra angular del edificio cristiano, implica respaldar una tesis peligrosa. Si las verdades del cristianismo se asentaran sobre la base exclusiva de lo maravilloso, sus cimientos serían débiles y sus piedras se desprenderían con el pasar de los días. Por más que se acumulen argumentos, no se conseguirá mantener la creencia de que un hecho es milagroso después de que se ha demostrado que no lo es. Ahora bien, la prueba de que un hecho no es una excepción en las leyes naturales existe cuando ese hecho puede ser explicado mediante esas mismas leyes, y cuando, al poder reproducirse por intermedio de un individuo cualquiera, deja de ser privilegio de los santos.

El espiritismo considera a la religión cristiana desde un punto de vista más elevado; le atribuye una base más sólida que la de los milagros: las leyes inmutables de Dios, que rigen tanto al principio espiritual como al principio material. Esa base desafía al tiempo y a la ciencia, porque tanto el tiempo como la ciencia habrán de sancionarla.
Dios no es menos digno de nuestra admiración, de nuestro reconocimiento y respeto, porque no haya derogado sus leyes, grandiosas sobre todo por la inmutabilidad que las caracteriza.

Conceptos Extractados de "El Génesis", por Allan Kardec.


Para Acelerar el Progreso Espiritual

Espiritismo, librepensador,  Allan Kardec,

Para Acelerar el Progreso Espiritual

por Juan Antonio Durante

Bien sabemos que el Espíritu, siguiendo a la ley de evolución, se viene desarrollando a través de los reinos de la naturaleza y a través de los siglos hasta llegar a nuestra especie, información ésta, cabal y racional, que nos llega suministrada por los espíritus Superiores.

De ahí se deduce que el alma trae, al entrar a la vida humana, residuos milenarios, lo que explica su salvajismo, su egoísmo, los sentimientos inferiores que parecen ser el patrimonio de la gran mayoría de los seres.

Para acelerar el progreso espiritual, el Padre Creador viene enviando al Planeta sus instructores que se encargarían de transmitirnos las leyes divinas, que son la directriz de nuestra conducta y que son las que habrán de encaminarnos al bien y a los sentimientos superiores.
El Brahmanismo, cuyos orígenes se pierden en la noche de los tiempos, recomienda el coraje moral, la sabiduría, el amor a las criaturas, el sacrificio, la rectitud, la austeridad.

A Krishna le son atribuidas las máximas que establecen la moral de los pueblos; ellas nos enseñan que el orgullo, la avaricia, la crueldad, las pasiones vergonzosas, y otras calamidades por el estilo, torna al hombre despreciable.

Zoroastro, hace muchos siglos, fundó en Persia una religión digna de todo respeto. Jeremías, uno de los mayores profetas del antiguo testamento, (siglo VI a.), tomó la defensa de los oprimidos, clamó por la paz, predicó contra la tiranía, el asesinato, las malas costumbres, dejando al mundo una gran lección y un gran ejemplo.

Buda, 600 años antes de Cristo, presento una religión fundamenta en la misericordia, en el bien, en la instrucción y otras tantas virtudes, recomendando la acción recta, el lenguaje recto, la meditación recta...

En síntesis: no pecar por pensamiento, palabras y obras...
En oriente, refulgieron tres grandes figuras estelares: Lao-Tse, Mencio o Meng-zu (-3& a.C.) y Confucio. El primero presenta el libro de la Razón Suprema y estableció los principios morales que más tarde fueron desarrollados por los otros dos. Mencio, en su Tratado de Moral, les enseña a los hombres su verdadera conducta. Y Confucio resume su amplia enseñanza en una frase: “No hagáis los otros lo que no queréis que os hagan.”

No podemos de dejar de citar a dos genios nacidos en Grecia –Tierra donde florecieron las literaturas, el arte, la filosofía y la política, causando admiración hasta el presente. Diríamos que ellos fueron precursores del cristianismo y que sus ideas se ajustan a las que nos traen los Espíritus, hoy englobadas en la obra imperecedera de Allan Kardec.

Ellos fueron Sócrates y Platón, el primero dejo al segundo, su filosofía: “El hombre es un alma encarnada que existe antes de tomar un cuerpo en la Tierra, a la cual desea volver. Sin embargo, no es en el cuerpo que encontramos la verdad...

Y finalmente el Cristo, quien legó a la humanidad su evangelio de paz, de armonía, de perdón, de amor. Y su mayor máxima fue: “ Amaos los unos a los otros...”

Extractado del Blog El Espírita Albaceteño

El Espiritismo es Vuestra Luz

Espiritismo, librepensador,  Allan Kardec,

El Espiritismo es Vuestra Luz

por A.A

Dios con su divina bondad, no puede permitir que sus criaturas vivan en la oscuridad, entregadas por completo a los vicios materiales, germen de toda maldad y corrupción: he aquí por qué la luz ha existido, existe y existirá. Veamos como:

La ley de Moisés fue la luz que en su tiempo guió en su progreso a la humanidad. La palabra de Dios por boca de aquel santo varón hacia comprender a esta, la misión que tenía sobre la tierra. Pero la materia…. ¡Cuán horrible es esta materia! Domina un día sobre los Espíritus encarnados, y aquellas tablas de la Ley, símbolo de la verdad dictada por Dios a los hombres, se vieron olvidadas por las generaciones. ¿Queda por esto la humanidad abandonada de su Creador? No…. Dios, con su misericordia infinita le señala otra luz: esa luz fue Jesucristo, sí Jesucristo que desde su nacimiento hasta el último instante de su vida material, fue el modelo de todas las virtudes; Jesucristo que nos dejó sobre la tierra la doctrina mas santa; Jesucristo que predicando la verdad de la Ley de Moisés, fue crucificado por los que se creían guardadores de ella; Jesucristo que con una enseñanza muy elevada (la pluralidad de existencias(1) , la vida espiritual, las penas y las recompensas morales) guiaba a los hombres por el amor y la caridad a la mansión del Eterno.
Pero doloroso es confesarlo; así como la ley de Moisés fue desvirtuada por los hombres, haciendo necesario la venida del Redentor; la santa doctrina de éste, está a punto de sucumbir a manos tal vez, de los que se atreven a llamarse sus ministros.

Esto no puede permitirlo nuestro amado Padre de ningún modo; es necesario que la luz sea luz, que la verdad triunfe sobre todos los errores, que la ley de Dios sea comprendida por la humanidad para su bien, y que todas las farsas sucumban, porque no hay poder para quien todo lo puede.
Dios es justo…. ¿cómo ha de permitir que sus hijos queden en la oscuridad, por la ambición de unos cuantos que se afanan en bien propio, por apagar aquella luz divina? la doctrina de Jesús.
Nuestro Padre no nos abandonará: oíd lo que nos dice por mediación de sus Mensajeros:

El Espiritismo es vuestra luz, seguidla; por ella veréis la verdad de la Ley de Moisés; por ella veréis lo santa que fue la doctrina de Jesucristo; y por ella veréis el verdadero camino que os ha de conducir a la mansión Divina.

Hermanos todos; estudiemos esta gran doctrina, practiquemos los sanos consejos que nos enseña, y con la fe puesta en Dios buscando el progreso de nuestro Espíritu, conseguiremos un día llamarnos dignos hijos de tan buen Padre.

Revista La Revelación Año 1872, por Allan Kardec.