El Espiritismo es Vuestra Luz
por A.ADios con su divina bondad, no puede permitir que sus criaturas vivan en la oscuridad, entregadas por completo a los vicios materiales, germen de toda maldad y corrupción: he aquí por qué la luz ha existido, existe y existirá. Veamos como:
La ley de Moisés fue la luz que en su tiempo guió en su progreso a la humanidad. La palabra de Dios por boca de aquel santo varón hacia comprender a esta, la misión que tenía sobre la tierra. Pero la materia…. ¡Cuán horrible es esta materia! Domina un día sobre los Espíritus encarnados, y aquellas tablas de la Ley, símbolo de la verdad dictada por Dios a los hombres, se vieron olvidadas por las generaciones. ¿Queda por esto la humanidad abandonada de su Creador? No…. Dios, con su misericordia infinita le señala otra luz: esa luz fue Jesucristo, sí Jesucristo que desde su nacimiento hasta el último instante de su vida material, fue el modelo de todas las virtudes; Jesucristo que nos dejó sobre la tierra la doctrina mas santa; Jesucristo que predicando la verdad de la Ley de Moisés, fue crucificado por los que se creían guardadores de ella; Jesucristo que con una enseñanza muy elevada (la pluralidad de existencias(1) , la vida espiritual, las penas y las recompensas morales) guiaba a los hombres por el amor y la caridad a la mansión del Eterno.
Pero doloroso es confesarlo; así como la ley de Moisés fue desvirtuada por los hombres, haciendo necesario la venida del Redentor; la santa doctrina de éste, está a punto de sucumbir a manos tal vez, de los que se atreven a llamarse sus ministros.
Esto no puede permitirlo nuestro amado Padre de ningún modo; es necesario que la luz sea luz, que la verdad triunfe sobre todos los errores, que la ley de Dios sea comprendida por la humanidad para su bien, y que todas las farsas sucumban, porque no hay poder para quien todo lo puede.
Dios es justo…. ¿cómo ha de permitir que sus hijos queden en la oscuridad, por la ambición de unos cuantos que se afanan en bien propio, por apagar aquella luz divina? la doctrina de Jesús.
Nuestro Padre no nos abandonará: oíd lo que nos dice por mediación de sus Mensajeros:
El Espiritismo es vuestra luz, seguidla; por ella veréis la verdad de la Ley de Moisés; por ella veréis lo santa que fue la doctrina de Jesucristo; y por ella veréis el verdadero camino que os ha de conducir a la mansión Divina.
Hermanos todos; estudiemos esta gran doctrina, practiquemos los sanos consejos que nos enseña, y con la fe puesta en Dios buscando el progreso de nuestro Espíritu, conseguiremos un día llamarnos dignos hijos de tan buen Padre.
Revista La Revelación Año 1872, por Allan Kardec.
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