Libro "Acción y Reacción" Chico Xavier\André Luiz « parte 89 »
El asistente sonrió y aclaró:–El infierno, en realidad, es obra nuestra, genuinamente nuestra, pero imaginémoslo así, en forma de una construcción indigna y calamitosa, en el terreno de la vida, que es la creación de Dios. Habiendo abusado de nuestra razón y conocimiento para generar semejante monstruo en el espacio Divino, nos compete la obligación de destruirle para edificar el Paraíso en el lugar en que lo hemos situado indebidamente. Para lograrlo, el infinito amor del Padre celestial, nos ayuda de muchas formas, para que podamos atender a su perfecta justicia. ¿Entendido?
La explicación no podía ser más clara. No obstante, Hilario parecía interesado en resolver cualquier duda y, tal vez por ello, preguntó nuevamente:
–¿Es posible que se puedan conocer cuáles fueron las existencias anteriores de Laudemira, con anterioridad a haber ingresado en la corte de Juana II?
–Sí –explicó Silas, tolerante–, será fácil conocerlas, pero no nos conviene, en un simple estudio, intentarlo, porque el asunto en sí, reclamaría largas cuotas de atención y de tiempo. Debe bastar que investiguemos la condición referida, para definir las luchas redentoras de ahora, ya que nuestras situaciones, en cualquier posición social en el mundo, ya sea en el campo de la influencia o en el de las finanzas, de la cultura o de las ideas, sirven como puntos vivos de referencia de nuestra conducta digna o indigna, en el disfrute de las posibilidades que el Señor nos facilita a título de préstamo, designando con claridad nuestro avance en la dirección de la luz, o nuestro aprisionamiento mayor o menor en los círculos de las tinieblas, por las virtudes conquistadas o por las deudas contraídas.
Los conceptos luminosos de Silas, eran un verdadero chorro de luz solar sobre mi entendimiento...
Aun así, mi compañero insistió:
–No obstante tus valiosos conceptos expuestos, en cuanto a la memoria en los planos inferiores, será interesante saber si Laudemira, antes de la actual existencia, llegaba a acordarse con nitidez de las situaciones por las que pasó en las difíciles pruebas a que te refieres.
Nuestro amigo, con la mayor tolerancia, aclaró:
–Hace ocho lustros que estoy en la Mansión, y acompañé su entrada en nuestra casa, hace, precisamente, treinta años. Había terminado su última existencia en el plano carnal, al comienzo de este siglo, y atravesaba largos sufrimientos en los planos de bajo nivel. Ingresó en nuestro Instituto acusando una terrible demencia y, sometida a hipnosis, reveló los hechos que acabo de narrar, hechos que constan, naturalmente, en la ficha que define su personalidad, en el archivo de las observaciones que nos orientan. Nuestros instructores, por tanto, no juzgarán necesario más amplio retroceso mnemónico por ahora, para prestarle auxilio.
Libro Psicografiado, "Acción y Reacción", por Chico Xavier\André Luiz