4 de julio de 2019

VI Congreso Espírita Mundial 2010 - María de la Gracia Ender

VI Congreso Espírita Mundial 2010 - María de la Gracia Ender

“La Caridad en la visión espírita”


Porque para vivir la caridad, hay que entender como es ella,
entonces hay que ser buenos por naturaleza, no cargar nuestros
juicios sobre los demás y es saber perdonar de verdad. Lo que
me hizo ese, no importa estaba en un mal momento, no me
saludó, no me vio, no me importa. Siempre busca tu paz, no me
saludó, él estará pasando un mal momento…

Y como podemos tomar el antídoto para poder llegar hasta alla? Es trabajándonos, trabajándonos, esforzándonos para
aprender las cosas que son antitesis de orgullo y egoismo, verdad? Caridad y humildad.

Por eso el amor para ser una proyección…mi mamá solía
decir, ahh cuando alguien dice así “perdió la mama” “perdió la
mamá”, pobrecito perdió la mamá. Pero cuando su mamá fallece dice, aaaaaaahhhh. Perdió la mama, sintió. Porque ya vivió
ese dolor. Entonces nosotros para poder entender lo que pasa
con el otro, tenemos que tratar de entender lo que sucede con
nosotros mismos.

Extractos de "Revista Espirita FEE"

¿Quien son nuestros padres ?

¿Quien son nuestros padres ?

por Merchita

Cuando abrimos los ojos, en este mundo, vemos asombrados sobre nuestra cuna, dos personas especiales: nuestro padre y nuestra madre.
En los primeros años nos sentimos dependientes de ellos. Y, solo el simple hecho de que ellos nos estén mirando, constituye una seguridad para nosotros.
Así, aprendemos a andar, amparados por sus brazos. Nuestras magulladuras recibieron curativas y besos.
Aprendimos a andar en bicicleta, nos enfrentamos a las olas del mar, a las aguas de las piscinas.
Sus manos nos condujeron a la escuela y cuando fuimos dejados allí por primera vez, nos pareció que algo se quebró dentro de nosotros.
¿Estaríamos siendo abandonados?
Con todo, al final del día, retornamos al hogar y aprendimos que la escuela era solamente un lugar para estar algunas horas.
Era un lugar para aprender, para hacer amistades, para crecer.
Más siempre había un lugar para volver: nuestro hogar. El acogimiento de la familia, la seguridad paterna, el cariño materno.
A la medida que los años fueron sumando, dejamos de ser dependientes. Andamos con nuestros pies, actuamos con nuestra voluntad, alzamos vuelos más altos, o rasos.
Y, algunos de nosotros, pasamos a mirar a los padres de forma diferente. ¿Quiénes son ellos para querer dirigir nuestras vidas?
¿Quién son?
Nuestros padres son Espíritus que, casi siempre, guardan relaciones con nosotros de largo tiempo. Amigos que aceptan recibirnos como hijos, deseando acortar distancias entre nosotros y el progreso.
Espíritus que se disponen a ofrecernos un cuerpo, a protegernos, a amarnos.
Existen excepciones, es verdad. Espíritus no tan amigos que se reencuentran en el crisol doméstico para ajustes del pretérito un tanto nebuloso.
Aun mismo así, ellos nos moldearan un cuerpo, permitiéndonos la reentrada en el mundo carnal, y debemos ser agradecidos.
Más, si desean saber a donde vamos, con quien vamos, en estos tiempos de tanta violencia, es porque nuestra seguridad les preocupa.
Si nos establecen horarios para retornar al hogar, si nos buscan cuando nos retardamos, es porque nuestra seguridad les preocupa.
Si insisten con que estudiemos más, nos esforcemos más, es porque, más expertos por la madurez que aun no tenemos, no desean ver subir por encima de los acontecimientos.
Si nos imponen disciplina, ni nos exigen actitudes comedidas, es porque desean colaborar con nuestro progreso.
Para eso, Dios nos confió a su cuidado.
Y porque ese compromiso está registrado en su memoria espiritual, tanto como por los lazos de afecto que nos unen, ellos se preocupan por nosotros.
Pensemos en eso y antes de protestar tanto, miremos a nuestros padres con gratitud.
Vivamos con ellos lo mejor posible. Al final, no estarán siempre con nosotros.
Es posible que luego ellos se transfieran para la espiritualidad, cumplida su misión.
Vivamos usufructuando lo mejor de su compañía, de su sabiduría, de sus mimos.
Mañana cuando no estén más con nosotros, tendremos dulces recuerdos para alimentar nuestra salud

Tomado del Blog "La Weblog Espírita de Mari"


Muchas Existencias para Mejorar el Nivel Moral e Intelectual

El Cielo

Muchas Existencias para Mejorar el Nivel Moral e Intelectual

por Allan Kardec.

La encarnación es necesaria para alcanzar tanto el progreso moral como el intelectual del espíritu. El progreso intelectual, a través de la actividad que tiene que desplegar en su trabajo. El progreso moral, mediante la necesidad que los hombres tienen los unos de los otros. La vida social es la piedra de toque de las buenas y de las malas cualidades. La bondad, la maldad, la dulzura, la violencia, la benevolencia, la caridad, el egoísmo, la avaricia, el orgullo, la humildad, la sinceridad, la franqueza, la lealtad, la mala fe, la hipocresía, en una palabra, todo lo que constituye el hombre de bien o el perverso, tiene por móvil, por objeto y por estimulante, las relaciones del hombre con sus semejantes. Para el hombre que viviera solo, no habría ni vicios ni virtudes: si por el aislamiento se preserva del mal, anula del mismo modo el bien.

Una sola existencia corporal es prácticamente insuficiente para que el espíritu pueda adquirir todo lo que le falta en bien y se deshaga de todo lo que es malo en él. El salvaje, por ejemplo, ¿podría quizá, en una sola encarnación, llegar al nivel moral e intelectual del hombre civilizado más adelantado? Esto es materialmente imposible. ¿Debe, pues, quedar eternamente en la ignorancia y la barbarie, y privado de los goces que sólo puede procurar el desarrollo de las facultades? El simple buen sentido rechaza tamaña suposición, que representaría, a la vez, la negación de la justicia y de la bondad de Dios y la de la ley progresiva de la Naturaleza. Por eso Dios, que es soberanamente justo y bueno, concede al espíritu todas las existencias necesarias para llegar al fin, que es la perfección.

En cada nueva existencia, el espíritu trae lo que ha adquirido en las precedentes, en aptitudes, conocimientos intuitivos, inteligencia y moralidad. Cada existencia es así un paso adelante en la vía del progreso. La encarnación es inherente a la inferioridad de los espíritus: no es necesaria para aquellos que traspasaron el límite y que progresan en el estado espiritual o en las existencias corporales de los mundos superiores, que nada tienen de la materialidad terrestre. La encarnación de estos seres superiores en mundos materializados es voluntaria, con el objeto de ejercer con los encarnados una acción más directa para el cumplimiento de la misión de la cual están encargados y por la cual deben estar cerca de ellos. Aceptan las vicisitudes y los padecimientos por abnegación.

Extractos del Libro "El Cielo y el Infierno", por Allan Kardec.

DANIEL DOUGLAS HOME


DANIEL DOUGLAS HOME


(1833 – 1866) – médium inglés del Siglo XIX


Daniel Dunglas Home, famoso médium británico. Nació el 15 de marzo de 1833 en Escocia y desencarnó el 21 de junio de 1886 en Francia. Se casó en Rusia en el año 1856 con Alexandrina Kroll, hermana de la condesa Kouchelew-Bezborodko.

A los trece años comenzó a dar señales de facultades psíquicas. Nunca explotó sus facultades para hacer dinero. Jamás en el curso de los 30 años de su misión extraordinaria se hizo pagar por las manifestaciones de sus dones. La Unión Club de París, en 1857, le ofreció dos mil libras esterlinas por una sola sesión, él, pobre e inválido, las rehusó rotundamente. Se contentaba con decir: «He sido enviado para realizar una misión». Tuvo una vida irreprochable.

Tenía visiones, levitación espontánea, manipulación del fuego, movimiento de objetos pesados sin ningún contacto, materialización de Espíritus, curaciones extraordinarias y además, transmitía mensajes de los Espíritus.

El fenómeno de levitación fue una de las pruebas de las notables facultades mediúmnicas de Home. Se asegura que varias veces se elevó en el aire en presencia de testigos de la mayor reputación. En 1857, estando en un castillo de las inmediaciones de Burdeos, se elevó hasta el techo de una habitación bastante alta. Home para dejar la evidencia, hizo una cruz con lápiz en el techo.

En 1860, un artículo de Roberto Bell «Más extraño que una novela», publicado en el Cornhill, decía: «Se elevó desde la silla en que estaba sentado hasta unos cuatro o cinco pies del suelo... Vimos su cabeza pasar de un lado de la ventana a otro, con los pies hacia atrás, tendido horizontalmente en el aire».

En 1868, al estar el médium en uno de los cuartos del tercer piso del hotel Ashley House, delante de varias personas, levitó saliendo por una ventana y entrando por otra.

Tantos fueron los casos de levitación de Home, que podría escribirse un largo capítulo dedicado exclusivamente a esta fase de su mediumnidad. Además fueron atestiguadas por tantos y tan famosos observadores y en condiciones tan claras que ningún hombre razonable podía ponerlas en duda, y hubiera bastado para ello las realizadas por el profesor Crookes, que fue testigo repetidas veces del fenómeno, hablando de él en 50 distintas ocasiones. Los secretarios de la Real Sociedad Británica se negaron a admitir las demostraciones de los fenómenos físicos que Crookes les ofreció, prefiriendo pronunciarse rotundamente contra ellas.

Hay también otras pruebas evidentes que son los numerosos testimonios de personas que en Inglaterra hicieron investigaciones valiéndose de Home y consignaron los resultados en cartas o declaraciones públicas, demostrando que no sólo estaban convencidas de la realidad de los fenómenos, sino que también del origen espiritual de éstos. Entre ellas merecen particular mención la duquesa de Sutherland, doctor Roberto Chambers, el Dr. Gully (de Malvern), Sir Carlos Nicholson, entre otros.

Allan Kardec conoció personalmente a Daniel Home en París, en Octubre de 1855; elogiando el carácter del médium, su modestia, sus nobles sentimientos y su elevación de alma. El Codificador del Espiritismo siempre lo defendió de los detractores y malevolentes por medio de la Revista Espírita, en distintas ediciones a lo largo de los años.

Cuenta Kardec que no sólo Home sino también la mesa se elevaban en el espacio sin ningún contacto y que el fenómeno no obedecía a un acto de la voluntad del médium. Kardec escribe que el propio Home le dijo que no se daba cuenta de lo que sucedía y que creía siempre estar en el suelo, a menos que mirase hacia abajo.

En la Revista Espírita (Abril-1858), Allan Kardec considera que las producciones de apariciones de Home, eran las más extraordinarias. Relata varios casos de formación de manos fluídicas, en todo semejantes a manos vivas, sólidas y resistentes; aparecían y repentinamente se evaporaban cuando se las intentaba agarrar. También menciona pianos y acordeones que tocaban solos.

Por lo que afirma el Codificador, se carteaba con Home. En 1858, cuando el médium estaba en Italia, las calumnias lanzadas contra él para difamarlo, afirmaban que estaba en la prisión de Mazas. Kardec sostenía que tenía correspondencia probatoria que se encontraba tranquilamente en Nápoles por motivos de salud.

En la Revista Espírita (Sep-1863) el Codificador decía sobre Home: “…Ningún médium ha producido un conjunto de fenómenos más admirables, ni en condiciones más honestas, y no obstante esto un buen número de los que lo han visto obrar lo tratan como a un hábil prestidigitador.”

Conan Doyle, dijo de Home: “Y cuando aquella vida tan útil y tan desinteresada pasó a otro mundo, apenas hubo periódico, hay que decirlo, para eterna injuria de nuestra prensa que no tratara a Home de impostor y de charlatán. Pero se acerca el tiempo en que habrá de reconocerse que aquel hombre fue uno de los paladines en el progreso lento y arduo de la Humanidad a través de la ignorancia”.
Fuentes consultadas:
CONAN DOYLE, Arthur. “Historia del Espiritismo” y “La Nueva Revelación: El Espiritismo”
Zêus Wantuil – Francisco Thiesen, “Allan Kardec – el educador y el codificador”

Tomado del Sitio "Confederación Espírita Argentina".