Libro "Acción y Reacción" Chico Xavier\André Luiz « parte 24 »
Habíamos llegado a un largo recinto construido en forma de patio interior, de amplias proporciones.
Tuve la impresión de penetrar en un enorme atrio, algo semejante a ciertas estaciones ferroviarias terrestres, porque en sus márgenes, caprichosamente dispuestas, se encontraban decenas de entidades en franca expectativa.
No pude distinguir señales de alegría completa en ningún rostro. Los distintos grupos, algunos de ellos conversando discretamente, se dividían entre la preocupación y la tristeza.
Al pasar, podíamos oírles.
En algunos grupos reducidos, oímos frases como las siguientes: –¿crees que ahora pueda aceptar ella el cambio justo?
–Difícilmente. Se centró por mucho tiempo en el descontrol de su propia vida.
Más allá, escuchamos, de los labios de una señora que se dirigía a un muchacho con un semblante agónico:
–Hijo mío, ten serenidad. Según las informaciones que me dio el asistente Claudio, tu padre no vendrá en condiciones que le permitan reconocernos. Necesitará mucho tiempo para encontrarse a sí mismo.
Al caminar oía algunas conversaciones por el estilo.
En determinado momento, y con la plaza plena de movimiento, Druso, generoso, nos confió a los cuidados de Silas, mencionando obligaciones urgentes que reclamaban su atención.
Nos encontraríamos al día siguiente, informó.
Aquella amable promesa, me hizo considerar el aspecto del tiempo.
Por la sombra reinante, no nos era posible saber si era de día o de noche.
El gran reloj que había allí, con una gran esfera, marcando las veinticuatro horas, funcionó, a mis ojos, como una brújula, haciéndome saber que estábamos en plena noche (32)
Unos sonidos de campanas invisibles cortaban ahora el aire y, observando nuestra curiosidad, Silas aclaró que la caravana-convoy entraría en el recinto dentro de algunos minutos. .
Aproveché los momentos para hacer algunas preguntas que estimaba necesarias.
MIS OBSERVACIONES
(32) Nos referimos a regiones situadas en los dominios del .propio globo terrestre, sometidas a las mismas leyes que regulan el tiempo en la Tierra (nota del autor espiritual).
Libro Psicografiado, "Acción y Reacción", por Chico Xavier\André Luiz
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