7 de julio de 2019

Cuanto más una Persona Odie a Otra, más se Une a ella Psíquicamente

Odio y Perdón

Cuanto más una Persona Odie a Otra, más se Une a ella Psíquicamente

por Sebastián de Arauco

Diversos son los grados de manifestación del odio, esa pasión dañina en alto grado, que sólo anida en las almas pobres y ruines, al dar cabida en sí a esa pasión destructiva, por ignorancia de las consecuencias dañinas que habrá de ocasionarle. Porque el odio comienza por perturbar la tranquilidad de quien lo siente, por su acción perturbadora sobre las facultades del alma, cuyas vibraciones desequilibrantes afectan la mente y perjudican la salud, por la incidencia de esa vibración enconosa en los sistemas nerviosos y glandulares. Y, a más de dañar la salud de quien da cabida en sí al odio, le convierte en una persona amargada que, en sus relaciones de trabajo, negocios, etc., desbarata oportunidades de progreso por la actitud negativa del afectado y los errores que induce a cometer.

Conocéis ya la ley de las vibraciones. Por consiguiente, sois conscientes ya de que los pensamientos y sentimientos son vibraciones que contienen en sí una fuerza benéfica o maléfica, constructiva o destructiva, según su naturaleza. Y siendo el odio un sentimiento cargado de deseos de mal, es destructivo por su propia naturaleza enconosa. Por ello, cada sentimiento de odio es una vibración-fuerza, dañina en alto grado hacia quien se dirija, pero que actúa también contra el mismo que la emite. Y cuanto más odie una persona, más y más se envuelve en esas vibraciones intensamente negativas, desequilibrantes, que le atormentarán. Si pudiéseis apreciar el aura de una persona vibrando en odio,os asombraría al verla envuelta en un halo negro, en forma de torbellino.

Y quien odia, no tiene paz en su mente ni en su alma, ya que ese sentimiento ponzoñoso produce una desarmonía psíquica mortificante, convirtiendo la vida del afectado en un tormento. Todas esas extrañas misantropías y neurastenias que a veces apreciamos en nuestras relaciones humanas, tienen por causa alguno o varios de esos estados pasionales de odios, rencores, malquerencias, etc., cuyo origen puede ser el egoísmo, envidia, celos, etc. que son sentimientos frecuentes en las almas mezquinas y ruines.

Y cuanto más una persona odie a otra, más se une a ella psíquicamente. Y, ¡paradoja! cuanto más lejos la desee, cuanto más en ella piense, más la acerca (vibratoriamente); porque, la persona que odia atrae mentalmente hacia sí a la persona odiada, con la fuerza de su pensamiento, y su imagen no le deja vivir en paz, le sigue y le persigue como una sombra, por que ella misma la mantiene en su mente. Y aquí está el tormento.

¿Hasta cuándo? Hasta que deje de odiarla.

Extractos de "Revista Amor, Paz y Caridad".




Escribiendo acerca del cuerpo espiritual, que Allan Kardec denominó periespíritu

Prólogo de Emmanuel (Espíritu)

Escribiendo acerca del cuerpo espiritual, que Allan Kardec denominó periespíritu


Escribiendo acerca del cuerpo espiritual, que Allan Kardec denominó periespíritu, André Luiz no se propone ni realizar un estudio profundo respecto a la discriminación de los principios que lo estructuran ni cuestionar debatidos problemas de la filosofía y de la religión.
Desde tiempos remotos, la humanidad reconoció su existencia como organismo sutil o mediador plasmático entre el espíritu y el cuerpo carnal.

En Egipto era el ka para los sacerdotes; en Grecia era denominado eidolón en las evocaciones de las sibilas.

Paracelso, lo designaba como siendo el cuerpo sidéreo y, no hace mucho tiempo, fue denominado somod por Baraduc, al realizar éste sus investigaciones.
André Luiz, sin embargo, trata de despertar en nosotros la noción de la inmortalidad dirigiéndola principalmente a los compañeros encarnados, como una forma viva de la misma persona humana y presidiendo, con la orientación de la mente, el dinamismo del capullo celular en que el Espíritu –viajero de la Eternidad– se detiene durante algún tiempo sobre la faz de la Tierra, en trabajo evolutivo, cuando no sea en la dura labor de su propia regeneración. Y procedió así, sobre todo, para resaltar que, alcanzando la madurez moral por medio del raciocinio, nos cabe a nosotros mismos perfeccionar sus manifestaciones y enriquecer sus atributos, dado que todos nuestros sentimientos y pensamientos, palabras y obras en él se reflejan, generando consecuencias felices o desdichadas por las cuales entramos en intimidad con la luz o con las tinieblas, con la alegría o el sufrimiento.
Reconociendo su evolución, nuestro amigo simplemente esclarece que el hombre no está sentenciado al polvo de la tierra, y que de la inmovilidad del sepulcro se elevará hacia el mundo dinámico y triunfante, llevando consigo el cielo o el infierno que plasmó en sí mismo.

En suma, espera tan sólo poner en claro que el Espíritu responsable, renaciendo en el armazón de las células físicas, se sumerge en la carne, cual la imagen en la cámara oscura fotografiará recogiendo, a través de sus actos, en esa posición negativa, todas las características que reflejarán su figura exacta mediante el baño de las reacciones químicas efectuado a través de la muerte, del que extrae la suma de experiencias para su presentación positiva en la realidad mayor.
El Apóstol Pablo, en el versículo 44 del capitulo XV, de su Primera Epístola a los Corintios, aseveró con convicción: – Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.

En esa preciosa síntesis encontramos, en el verbo sembrar, la idea de la evolución filogenética del Ser y, dentro de ella, el cuerpo físico y el cuerpo espiritual como vehículos de la mente en su peregrinación ascensional hacia Dios.
Es en tan grande verdad que André Luiz nos invita a reflexionar, a fin de que, por nuestra conducta recta de hoy, podamos encontrar la felicidad pura y sublime en el sol del mañana.

EMMANUEL Pedro Leopoldo, 21 de julio de 1958.

Extractos del Libro "Evolución en dos mundos", por André Luiz-Chico Xavier

El Alma Bajo los Martillos Pesados del Dolor se Transforma y se Fortifica

Justicia y Progreso

El Alma Bajo los Martillos Pesados del Dolor se Transforma y se Fortifica

por León Denis.

La ley superior del Universo, es el progreso incesante, la ascensión de los seres hacia Dios, hogar de las perfecciones. Profundidades del abismo de vida, por un camino infinito y una evolución constante, nos le acercamos. En el fondo de cada alma es depositado el germen de todas las facultades, de todas las fuerzas; le corresponde a ella hacerlos nacer por sus esfuerzos y sus trabajos. Contemplado bajo este aspecto, nuestro adelanto, nuestra felicidad futura es nuestra obra. La gracia no tiene más razón de ser. La justicia irradia sobre el mundo; porque, si todos nosotros luchamos y sufrimos, todos nosotros seremos salvados.

También se revela aquí en toda su grandeza el papel del dolor, su utilidad para el adelanto de los seres. Cada globo que rueda en el espacio es un vasto taller donde la sustancia espiritual es trabajada sin cesar. Así como un mineral grosero, bajo el efecto del fuego y las aguas, se convierte poco a poco en un metal puro, así el alma humana, bajo los martillos pesados del dolor se transforma y se fortifica. Es en medio de las pruebas que se forjan los grandes caracteres. El dolor es la purificación suprema, el horno donde funden todos los elementos impuros que nos manchan: el orgullo, el egoísmo, la indiferencia. Es la sola escuela donde se afinan las sensaciones, donde se aprenden la piedad y la resignación estoica.

Los goces sensuales, atándonos a la materia, retrasan nuestra elevación, mientras que el sacrificio y la abnegación, nos sueltan con anticipación de esta pesada carga, nos preparan para nuevas etapas, a una ascensión más alta. El alma, purificada, santificada por las pruebas, ve terminar las encarnaciones dolorosas. Abandona para siempre los globos materiales y se eleva en la escala magnífica de mundos felices. Recorre el campo ilimitado de los espacios y de las edades. A cada paso adelante, ve ensanchar su horizonte y aumentar su radio de acción; percibe cada vez más, de forma distinta, la gran armonía de las leyes y de las cosas, participa en ellas de forma más estrecha, más efectiva. Entonces el tiempo se borra para ella; los siglos fluyen como las horas. Unida a sus hermanas, compañeras de eterno viaje, persigue su ascensión intelectual y moral en el seno de una luz siempre creciente.

Extractos del Libro "El Porqué de la Vida", por León Denis.

Origen de los Animales

¿Que Sabemos de los Animales?

Origen de los Animales

por Isabel Porras González

En otro artículo hablé de la formación de la Tierra y en esa formación se incluía el nacimiento de los seres vivos de la Creación. Esos seres surgen de los minerales, cuando estaban aún cristalizados, como los virus y de ahí se forman los primeros seres unicelulares, que se multiplican rápidamente en las aguas templadas de los océanos primitivos.
En los minerales, aunque no observemos vida propiamente dicha, ella duerme, y se ensaya para un despertar futuro. En el planeta Tierra, las condiciones ambientales en el surgimiento de la vida eran extremadamente propicias para la transformación de los minerales en substancias orgánicas. Nace más tarde la ameba y seres vivos de parecidas características
La chispa divina, está ya en éstos seres: está incluso antes de éstos seres, cuando residía en el mineral.
Y a partir de ahí, comienza el peregrinaje del PRINCIPIO ESPIRITUAL O MÓNADA ESPIRITUAL.
Es en este PRINCIPIO, que está grabada la ley de Dios, como en la simiente están contenidas las leyes que regulan la estructura del árbol y los frutos futuros.
El psiquismo de que Dios dota a la creación va encaminándose hacia la evolución a que todos estamos llamados. Es ese principio que va reencarnando una y otra vez, desde los seres más primitivos, el que va recogiendo experiencias en todos los aspectos, y es por eso que podemos decir que, ese PRINCIPIO duerme en el mineral, sueña en el vegetal, despierta en el animal y siente en el hombre, caminando hacia la angelitud, que es nuestro destino.

¿Y cómo recogen esas experiencias? Pues sencillamente grabando en su psiquismo rudimentario, todos los acontecimientos de sus vivencias. Ya hemos aprendido que todo cuanto vivimos, pensamos o hacemos, queda archivado en nuestro psiquismo. En los animales, dotados de ese atributo; aunque primitivo, ocurre lo mismo. De esa forma, cuando van a reencarnar, en los momentos de la fecundación, su PRINCIPIO psíquico imprime al óvulo, toda la información que él va a necesitar en su futura experiencia. Y donde son ayudados en todo momento por Espíritus Superiores; no sólo ellos, sino todas las especies, por inferiores que sean.

El PRINCIPIO ESPIRITUAL de los animales de formas más primitivas, va pasando a animales más evolucionado, debido a esa escala que van recorriendo de aprendizaje, mediante las experiencias vividas, y es el PRINCIPIO que lo habita, el que va conquistando suficientes experiencias, para conquistar otras formas dentro de la raza animal. Así el Psiquismo RUDIMENTARIO que habitó el cuerpo de un molusco, miles de años después, podría habitar el cuerpo de un animal superior y así, paso a paso, experiencias tras experiencias, van caminando para razas superiores y el paso a la GRAN TRANSICIÓN, va siendo más corto cada vez. Para eso han de transcurrir muchos miles de años. Se entiende de esa manera, que las razas de animales, a través de miles de años, apenas han tenido cambios substanciales, y el perro de hoy es igual al de hace miles de años.

Tomado del Blog "Amanecer Espírita"