Libro "Acción y Reacción" Chico Xavier\André Luiz « parte 84 »
En la noche siguiente, después de haber atendido servicios de rutina, Silas nos buscó para que continuásemos la tarea comenzada.De regreso al hogar de Luis, establecimos una conversación común, sin alusión alguna a los temas tratados en la víspera, y, como si se hallaran sintonizados con nuestra onda mental de respeto mutuo, Clarindo y Leonel nos recibieron con discreción y cariño.
Nos parecían, ambos, muy trabajados por las ideas que el asistente les había ofrecido indirectamente a sus espíritus.
En la casa de Luis, el cuadro no se había alterado.
Luis y sus amigos charlaban cordialmente, comentando las plagas que azotaban el campo y las enfermedades de los animales, la carestía de la vida y los negocios infortunados... Mientras tanto, los dos hermanos se mostraban, ahora, claramente desligados de semejante panel de sombra.
Nos saludaron con la gentileza irradiante de quienes se encontraban dispuestos a acogernos favorablemente, y miraron a Silas con inusitado interés.
Se adivinaba que la confesión del asistente les había servido para realizar valiosas reflexiones.
Observando su metamorfosis con inequívocas señales de alegría, el jefe de nuestra expedición eludió referirse en lo más mínimo al problema de Luis, y les invitó a que nos acompañasen.
Mostrando la renovación de que se hallaban poseídos, se incorporaron a nuestra caravana, y atendiendo a la recomendación de Silas, los dos, con sus manos unidas a las nuestras, consiguieron emprender el vuelo con cierta seguridad y facilidad.(65)
Pasados algunos minutos, llegamos a un gran hospital de una populosa ciudad terrestre.
En la portería, uno de los vigilantes espirituales se dirigió cariñosamente a Silas, saludándole fraternalmente, y nuestro dirigente nos lo presentó, atentamente:
–Este es nuestro hermano Ludovico, que actualmente se encuentra encargado de la vigilancia, en beneficio de algunos enfermos de cuya reencarnación cuida nuestra casa.
Nos abrazamos todos fraternalmente.
MIS OBSERVACIONES
(65) No es facil volar o volitar (verbo que se usa para indicar el traslado del espíritu), cuando se es un espíritu no elevado. Es necesaria la ayuda de otros como en este caso Silas, Hilario y André tomandolos de la mano a Leandro y Clarindo. Cuando se es elevado, el solo pensar donde se desea estar, es suficiente para hacerlo de manera instantanea. El vuelo no ocupa tiempo a pesar de grandes distancias porque ambas cosas, tiempo y espacio no existen ante la rapidez del pensamiento.
Libro Psicografiado, "Acción y Reacción", por Chico Xavier\André Luiz