Planificación Reencarnatoria
En el intervalo comprendido entre las reencarnaciones (reencarnación = entrar de nuevo en la carne, es decir, en nuevo cuerpo físico), en general, el Espíritu inmortal, en el ejercicio de su libre albedrío, escoge el género de pruebas por qué ha de pasar en su próxima experiencia y, con ello, asume desde luego la responsabilidad por sus decisiones y lógicamente por las consecuencias de ellas derivadas.
Es importante destacar que esta elección se refiere al género de las pruebas propiamente dicho, y no a sus particularidades, razón por la cual los Mentores Espirituales, como siempre, recomiendan cautela.
Toda reencarnación es precedida de planificación. El Espíritu trabaja, investiga, estudia y observa para hacer su elección. Tal afirmación a veces provoca sorpresa, por existir quien cree que, en la Tierra, integra determinada familia por error. Sin embargo, y como fácilmente se puede observar, un mínimo de planificación es necesario incluso para el cumplimiento de tareas primarias de nuestro día a día.
Por otra parte, informado de la planificación, hay quien no comprenda, por ejemplo, la razón de que alguien escoja la prueba de la miseria cuando podría optar por la prueba de la riqueza, que proporciona facilidades, confort, bienestar. Sin embargo, completada la información, pasa a entender que ambas pruebas son difíciles y que la prueba de la riqueza probablemente sea más difícil porque puede hacerle avaro y egoísta; puede lanzarlo a los vicios.
En cierto modo, actuamos así, cuando físicamente adoptados, por ejemplo, tomamos el remedio más desagradable para curarnos de pronto.
Es más que comprobado que necesitamos aprender, crecer, progresar intelectual y moralmente y que no nos encontramos en vacaciones, y mucho menos en vacaciones permanentes.
Lo ideal es que enfrentamos con fe, resignación y amor, manteniéndonos activos, trabajando y estudiando siempre, buscando eliminar cuanto antes las quejas de nuestra vida.
Como se puede observar con mucha facilidad, la queja no soluciona ningún problema. Luego, si no resuelve ni siquiera añade en los demás un solo gramo de simpatía por nosotros, cabe preguntarse:
¿qué postura debo adoptar? ¿Cuál es la más adecuada? ¿Cuál es la que más nos beneficia?
La reencarnación, repetimos para enfatizar, es siempre precedida de planificación, de modo que nadie está solo, y mucho menos por casualidad en la Tierra, habiendo fortísimas razones para haber renacido en este o en aquel país, en esta o en aquella ciudad, en esta o en aquella familia, con incontables facilidades o dificultades, etc., aunque ahora no sepan identificarlas y apuntarlas.
La reencarnación, como bendición de oportunidad, refleja la justicia de Dios. Oportunidad de corregir nuestros errores, males y equívocos, aunque parcialmente, de ajustar y reajustar cuentas. Oportunidad de crecimiento, de evolución, de progreso intelectual y moral. Oportunidad sin igual de dar nueva dirección a nuestra vida, con el ingreso definitivo en la carretera del bien, practicándolo donde quiera que nos encontremos.
Extractado del Blog Mundo Espírita.