12 de octubre de 2019

Podríamos Decir que Dios no Trabaja con Cosas, sino Con Leyes

Los Vivos y los Muertos

Podríamos Decir que Dios no Trabaja con Cosas, sino Con Leyes

por Herculano Pires.

Solo los hombres matan para vengarse o cobrar deudas afectivas. Dios no mata, crea. Al sembrar las monadas en los planetas habitables, no lo hace para matarnos, sino para que podamos germinar y crecer como la hierba de los campos. La monada sería la centella del pensamiento divino que encierra en sí, como la semilla del vegetal, todo el esquema de la vida y de la forma humana que de ella nacerá en el seno de los elementos vitales de la carne. Los materialistas creen que el esperma y el óvulo ocultan en sí mismos todas las energías creadoras del hombre. Mas los progresos actuales de la genética animal y de la genética humana los despertarán para que comprendan la existencia de un mecanismo oculto en el semen, del cual depende la propia fecundidad de este.

Podríamos decir que Dios no trabaja con cosas, sino con leyes. Las pesquisas parapsicológicas revelaron que el pensamiento es la energía más poderosa de que podemos disponer. Esta energía no se desgasta en el tiempo ni en el espacio, no está sujeta a las leyes físicas, ni respeta las barreras físicas. Es la única energía conocida que puede operar en las distancias ilimitadas del Cosmos. Si pudiéramos verificar esto en las experiencias telepáticas, de transmisión de pensamientos entre las distancias espaciales y temporales que todas las demás energías no consiguen vencer, deberemos pensar en el poder infinito del pensamiento creador de Dios. Mas el orgullo humano se alimenta de su propia ignorancia y prefiere colocarse sobre la propia Divinidad.

Extractos del Libro "Educación para la Muerte", por Herculano Pires.

Libro "Acción y Reacción" Chico Xavier\André Luiz « parte 12 »

Libro "Acción y Reacción" Chico Xavier\André Luiz « parte 12 »


Mientras la mujer se retiraba con una sonrisa de paciencia, el instructor comentó con nosotros:
–Nuestra hermana posee excelentes cualidades morales, pero no supo orientar el sentimiento materno con su hijo, que ahora yace en las sombras. Le transmitió ideas de superioridad malsana, que cristalizaron en su mente, favoreciendo sus accesos de rebeldía y brutalidad. Transformándose en un tiranuelo social, el infeliz fue lanzado, sin percibirlo, en un pantano tenebroso tan pronto como dejó su cuerpo físico y la desventurada madre, se sintió responsable por haber sembrado en él engaños que arruinaron su vida, esforzándose hoy por elevarlo.(21)
–Y, ¿podrá realizar su propósito? –preguntó Hilario con interés.
–No lo dudemos –replicó nuestro amigo con convicción.
–Pero... ¿cómo?
–Nuestra amiga, que traicionó la fibra de responsabilidad moral por el exceso de comodidad, regresará a la reencarnación en un entorno económicamente pobre, recibiendo en él, cuando nuevamente sea una mujer joven, sin protección alguna, al hijo que ella misma complicó en las antiguas fantasías de mujer fútil y rica. Carente de recursos económicos, será la inspiradora de heroísmo y valor en su nuevo hijo, regenerando en él la apreciación de la vida y purificando sus energías en la forja de las dificultades y del sufrimiento.
–Y, ¿vencerán en ese difícil intento? –preguntó mi compañero, de nuevo, evidentemente intrigado.
–La victoria es la felicidad que todos les deseamos.
–¿Y si perdieran en esa batalla proyectada?
–Ciertamente –manifestó el orientador con expresiva inflexión de voz –regresarán en peores condiciones a los abismos que nos rodean.(22)

MIS OBSERVACIONES
(21) El caso de esta mujer es muy común hoy en dia. Personas que creer dar amor cuando en realidad están dando instrucciones a sus hijos contrarias al amor. Luego, el arrepentimiento es muy doloroso al advertir que no supieron cumplir su papel de educadores y por esto quieren volver a encarnar para reparar sus errores. Claro está también que el hijo no supo discernir sobre la educación de su madre y también tiene su parte de culpa.
(22) No se sabe el futuro y por lo tanto no se tiene certeza que mejoren la situación de madre e hijo. Solo les queda la posibilidad de intentarlo y de volver a hacerlo nuevamente, cuantas veces sean necesarias.

Libro Psicografiado, "Acción y Reacción", por Chico Xavier\André Luiz



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De los que Desencarnan y Entran al Mundo Espiritual

Ayuda a los Espíritus Sufrientes

De los que Desencarnan y Entran al Mundo Espiritual

por José M. Meseguer

De los que desencarnan y entran al mundo espiritual, tenemos, por un lado a aquellas almas que despiertan a la vida espiritual en plenitud y llenos de felicidad, que son aquellos que han persistido en el bien y han controlado sus malas inclinaciones; para quienes el transito es como un ligero sueño, desembarazándose de un cuerpo pesado y molesto que ya no necesitan.  Y por otro, están aquellos que viven distintos procesos en donde pueden necesitar en algún momento de su transición, el esclarecimiento que les permita adquirir lucidez y de ese modo salir del bloqueo espiritual que les impedía avanzar. Esto significa que hay espíritus que encuentran la luz, la claridad a su situación con, simplemente, escuchar alguna conferencia de índole espiritual, a otros les es suficiente con acudir a una reunión mediúmnica y observar lo que allí acontece y se habla.

Muchos espíritus, con más dificultades que los anteriores, necesitan pasar por una materia, un cuerpo físico, para recibir un fogonazo de luz que les permita reconocerse, y sin necesidad de hablarles, comprender que durante un instante han estado en un cuerpo que no es el suyo, para, a partir de ahí, completar su esclarecimiento en el mundo espiritual por sus seres queridos ya desencarnados, o  por especialistas en estas funciones abnegadas.

Hay también un grupo muy numeroso de espíritus en condiciones lamentables, que necesitan un diálogo directo con el adoctrinador; aquella persona del equipo mediúmnico que desempeña esta labor, aprovechando la fuerza espiritual, las vibraciones y los pensamientos de sus compañeros de equipo, en sintonía con los trabajadores del otro lado.

Pueden ser espíritus que son recogidos en el instante de su muerte; desconcertados, aturdidos.

Algunos no comprenden que, de repente, nadie les haga caso, nadie de su familia les hable; vagando de un lugar a otro, o quedándose en sus lugares favoritos como si todavía estuvieran encarnados.

Muchos son recogidos del umbral, de las zonas purgatoriales donde permanecen durante mucho tiempo por afinidad vibratoria. Son aquellos que han vivido por y para la vida material; han podido hacer daño a sus semejantes o simplemente han vivido para sí mismos, sin aportar nada a los demás.

Tomado del Blog "Asociación Espírita Gran Canaria"

EMMANUEL SWEDENBORG

EMMANUEL SWEDENBORG


Nacido en Estocolmo en 1688, pertenecía a una buena familia sueca, por lo que tuvo la oportunidad de ser educado entre la nobleza, doctorado en la Universidad de Upsala y perfeccionado en Holanda, Francia e Inglaterra. Dotado de una gran inteligencia logró conquistar una enorme suma de conocimientos, convertirse en un reconocido ingeniero de minas, una autoridad en metalurgia y en ingeniería militar, reconocida en su habilidad para cambiar la suerte de las campañas militares de Carlos XII en Suecia. Se apreciaba altamente su autoridad en astronomía y física; pero también se destacó como zoólogo, anatomista, financista, economista y político; finalmente, llamó la atención su erudición bíblica, iniciada con las enseñanzas elementales de su madre para continuar en la austera formación de un pastor luterano.

Su desarrollo psíquico paranormal, manifestado abiertamente a sus 25 años, no afectó su actividad mental cotidiana y su labor científica continuó sin interrupciones. No es extraño que sus extensos conocimientos lo colocaran en un amplio concepto de la realidad universal y que no fuera difícil para él, entender la existencia de una dimensión suprasensorial y la posibilidad de una interrelación entre ésta y el plano físico. Pero no deja de sorprender que él mismo fuera un médium con una facultad tan desarrollada.

Su posición teológica frente a su capacidad mediúmnica, constituyó una pretensión intolerable para los demás, pues afirmaba que la Biblia era la obra de Dios, pero que estaba erróneamente interpretada; y que sólo él podría dar el significado absoluto, orientado por los ángeles con quienes se comunicaba. Su pretendida infalibilidad, sumada a la complejidad simbólica de su explicación bíblica, lo envolvió en un ambiente inaceptable. Pero, exceptuando sus opiniones en cuanto a la interpretación bíblica, sus ideas doctrinarias generales no contradicen la idea moderna librepensadora, ni los mensajes que más tarde difundió la doctrina espirita.

Afirmaba que el mundo es un laboratorio de almas, un campo de experimentación en el que la naturaleza refina y libera al espíritu; admitía fines divinos en toda religión, rechazaba la expiación y el pecado original y veía en el egoísmo la razón de todo mal, aunque consideraba esencial un cierto grado de egoísmo sano, y consideraba a la Iglesia absolutamente imprescindible para arreglar los asuntos de cada individuo con el Creador. Estas ideas, expresadas en latín con un estilo oscuro, crearon una nueva religión confusa. Swedenborg era un hombre frugal, práctico y muy trabajador; enérgico en su juventud, y sumamente amable en la vejez.

La vida lo convirtió en una criatura bondadosa y venerable. Era plácido, sereno, bien dispuesto para toda clase de conversaciones que no versaran sobre temas psíquicos, a no ser que así lo desearan sus contertulios. Los temas de sus conversaciones siempre eran interesantes, a pesar de su tartamudez que le dificultaba la pronunciación. Era alto, delgado, de rostro espiritual y con ojos azules; usaba peluca hasta los hombros como era la costumbre en su tiempo, trajes oscuros con pantalón corto, hebilla en los zapatos y bastón.

La importancia de Swedenborg radica fundamentalmente, en su capacidad extrasensorial y en sus revelaciones. Desde niño tuvo momentos visionarios y sus facultades psíquicas se manifestaron en diversos momentos de su vida, demostrando en varias ocasiones que poseía la capacidad para la “clarividencia a distancia”, cuando el alma parece salir del cuerpo, adquirir información de cosas apartadas y regresar con la conciencia de lo percibido en aquellos lugares. Era sorprendente su capacidad para experimentar este fenómeno, mientras se encontraba en un estado completamente consciente.

En una ocasión, encontrándose en Gotenburgo, invitado a un banquete y rodeado de otros diez comensales que atestiguaron la veracidad del hecho, observó en forma detallada un incendio que se estaba produciendo en Estocolmo a 300 millas de distancia. Este fenómeno adquirió tal difusión que mereció la atención y los comentarios del filósofo Emmanuelle Kant. Sus fuerzas latentes surgieron de lleno y súbitamente en abril de 1744, en Londres, y desde ese día hasta su muerte, 27 años después, estuvo en contacto con el mundo espiritual. Según sus propias palabras: “Una noche, el mundo de los espíritus, cielo e infierno, se abrió para mí y en él hallé a varias personas conocidas de diferente condición. Desde entonces, el Señor abría diariamente los ojos de mi espíritu para ver, en estado de perfecta vigilia, lo que ocurría en el otro mundo y conversar, con plena conciencia, con los ángeles y los espíritus”. Londres fue la ciudad donde publicaría todos sus libros, terminaría su vida y sería enterrado su cadáver.

En su primera visión Swedenborg hablaba de una especie de vapor que se exhalaba de los poros de su cuerpo. Decía que “era un vapor muy visible que descendía hasta el suelo sobre la alfombra”; descripción del llamado ectoplasma que se encuentra en la producción de los fenómenos físicos de materialización, llamado también idioplasma, porque toma en un instante la forma impresionada por el espíritu. Semejante relato fue acogido por el público en general como la manifestación de un demente, pero la respuesta lógica es que nunca tuvo señales de desequilibrio mental; otros lo entendieron como un fraude, pero Swedenborg era un hombre que gozaba de fama por su honestidad; entonces algunos sugerían que tal vez se obsesionaba a sí mismo y se equivocaba honradamente. Más tarde, todas sus descripciones fueron confirmadas por innumerables observadores psíquicos.

Swedenborg consideraba que sus facultades estaban íntimamente relacionadas con un sistema más avanzado de respiración; como si el médium tuviera la posibilidad de absorber más éter y menos aire, con el objeto de llegar a un estado etéreo. Según sus propias palabras: “tomaba únicamente la cantidad de aire necesaria para sus pensamientos”; y aunque se trata de una idea rudimentaria de interpretar el fenómeno, fue compartida por muchas escuelas de educación psíquica. Aparte de esta peculiaridad de la respiración, durante sus visiones permanecía en estado normal, aunque aislado. Afirmó haber percibido el mundo espiritual en un número de esferas diferentes que representaban varios grados de luminosidad y felicidad; alcanzadas cada una de ellas, según las condiciones espirituales de cada individuo; y donde se recibe un juicio automático por una ley espiritual que determina el resultado final, como la suma total de la vida que termina. Encontró en esas esferas, condiciones similares y escenas semejantes a las terrenales.

El recién llegado era recibido por seres celestiales y pasaban por un período de reposo completo, recobrándose después de un tiempo variable y estableciendo la conciencia de su nuevo estado. Había ángeles y demonios, pero todos habían sido seres humanos que vivieron en la Tierra; con almas desarrolladas los primeros, y con almas imperfectas los segundos. Observó que la muerte no cambia al espíritu en ningún sentido; por el contrario, conserva sus facultades, su modo de pensar, sus creencias y sus prejuicios. No hay castigo eterno y todos pueden mejorar si desarrollan el impulso necesario, incluso aquel que logre alcanzar el cielo; no permanece estacionario sino que trabaja para llegar a un lugar superior. Finalmente relataba todos los detalles, aún los insignificantes, de un mundo espiritual muy similar al terrestre pero más perfecto. La opinión pública no le dio importancia a todas estas descripciones y se interpretaron como fruto de la imaginación. Sin embargo, estos relatos se repitieron innumerables veces, por boca de sensitivos sin información previa de ellos.

En cuanto a la facultad mediúmnica, su punto de vista era que Dios, con sabios fines, había separado el mundo de los espíritus del humano terrenal, no consintiendo la comunicación más que por poderosas razones, entre las que no debía contarse la curiosidad. Sostenía que una nube pesada rodeaba la Tierra debido a la grosería psíquica de la humanidad, y que sólo de vez en cuando aparecía un claro, de la misma forma que el relámpago ilumina la atmósfera terrenal. Sus enseñanzas se pueden encontrar en sus obras “Cielo e infierno”, “La nueva Jerusalén” y “Arcana celeste”.

Según relata Arthur Conan Doyle, cuando surgió el movimiento espiritista de 1848, y hombres como Andrew Jackson Davis, presentaron poderes psíquicos semejantes a los de Swedenborg y escribieron trabajos filosóficos similares, las experiencias de éste último no se consideraron como un antecedente de lo que estaba sucediendo, y no se lo incluyó como el primero y más destacado de los mediums modernos. Por su parte, los seguidores de Swedenborg miraron con recelo las nuevas manifestaciones, tal vez movidos por los celos despertados por el egoísmo, que Swedenborg veía como el mal del mundo.

Decía Conan Doyle: “A pesar de su simbolismo teológico, su nombre seguirá recordándose como el primero de todos los hombres modernos que han hecho una descripción del proceso de la muerte y del otro mundo, no cimentado en las vagas visiones estáticas e imposibles de las viejas iglesias, sino correspondientes a las descripciones que nosotros mismos obtenemos de aquellos que desde el más allá procuran darnos una idea clara de su nueva existencia.”

Extractado del Anuario Espirita 2004.

Tomado del Blog "Luz Espiritual"

Ruth Sager, Dos Veces Pionera de la Genética


Ruth Sager, Dos Veces Pionera de la Genética


“Ruth Sager debe ser recordada sobre todo como una científica talentosa, original e imaginativa, que amó su vida de exploración de la naturaleza y que en sus últimos años llevó sus dones y su pasión a la investigación de la lacra del cáncer de mama”. Esta es una de las frases que la Universidad de Harvard dedica a esta científica nacida en Chicago el 7 de febrero de 1918, y que destacó como pionera de la genética por partida doble: durante las primeras décadas de su carrera investigó los genes que residen fuera del núcleo celular, mientras que en una segunda etapa y hasta su muerte el 29 de marzo de 1997 se adentró en los mecanismos genéticos del cáncer de mama.

Sager emprendió su educación superior en la Universidad de Chicago con la intención de estudiar música o literatura, pero el amplio currículo de la universidad la llevó a descubrir los cursos de biología. Se apasionó entonces con la ciencia y se especializó en Biología, obteniendo un grado en Fisiología en 1938. Empezó a investigar en la Universidad de Rutgers y en 1948 obtuvo un doctorado en Genética en la Universidad de Columbia.

Sus primeros descubrimientos los realizó en su campo de origen, la fisiología vegetal. Durante su etapa en el Instituto Rockefeller se dedicó al estudio de los cloroplastos, los orgánulos celulares donde se produce la fotosíntesis. Mientras investigaba la reproducción del alga Chlamydomonas reinhardtii, combinó cepas resistentes y sensibles a la estreptomicina, un compuesto inhibidor del cloroplasto, y observó que la resistencia o la sensibilidad a este antibiótico se heredaba solo de uno de los progenitores, y no de los dos siguiendo las reglas habituales de la reproducción sexual.

El hallazgo sugería que este rasgo no se heredaba por vía cromosómica, lo que iba en contra del conocimiento de su época. Sager descubrió que estos genes estaban en los cloroplastos, fuera del núcleo celular.

Sitio Web "Open Mind"  Leer artículo completo >>>