Libro "Acción y Reacción" Chico Xavier\André Luiz « parte 10 »
Definiendo así nuestra posición, somos almas situadas entre la luz de las sublimes aspiraciones y las nebulosas de las deudas escabrosas, para quienes la reencarnación, como un retorno al aprendizaje, es una concesión de la bondad excelsa, que nos cabe aprovechar para nuestro imprescindible rescate.
Realmente, aún sufriremos por mucho tiempo los efectos de las uniones con nuestros cómplices en la intemperancia y el desarreglo, pero, al disponer de nuevas oportunidades de trabajo en el campo físico, es posible rehacer el destino, resolviendo oscuros compromisos y, sobre todo, promoviendo siembras de afecto y dignidad, de esclarecimiento y de ascensión. Ciñéndonos a las leyes que prevalecen en el plano físico, seremos felices al reencontrar viejos enemigos, que al hallarse bajo el velo del olvido temporal, nos facilita una valiosa reaproximación. Dependerá, por tanto, de nosotros mismos, convertirles en amigos y compañeros, ya que, padeciendo su incomprensión y su antipatía con humildad y amor, sublimaremos nuestros sentimientos, plasmando nuevos valores de vida eterna en nuestras almas.(20)
Ante la pausa que el instructor dio a sus consideraciones, me volví hacia la asamblea que le escuchaba absorta en elevada meditación. Algunos de los enfermos tenían lágrimas en sus ojos, mientras otros mostraban el semblante estático de aquellos que se conservan entre el consuelo y la esperanza.
Druso, que también sentía el efecto que sus palabras causaban en sus oyentes reconfortados, continuó:
–Somos espíritus endeudados, con la obligación de darlo todo en favor de nuestra propia renovación. Comencemos a elaborar ideas redentoras y edificantes desde ahora, favoreciendo la reconstrucción de nuestro futuro. Dispongámonos a disculpar a los que nos ofendieron, con el sincero propósito de rogar el perdón a nuestras víctimas.
Cultivando la oración al servicio del prójimo, reconozcamos en la dificultad el genio bueno que nos auxilia, exigiéndonos el mayor esfuerzo. Reuniendo todas las posibilidades a nuestro alcance, extendamos en los campos de las tinieblas y del dolor que nos rodean, el socorro de la oración y la ayuda del brazo fraterno, preparando el regreso al campo de la lucha –el plano físico– en el que el Señor, por la bendición de un nuevo cuerpo, nos ayudará para que olvidemos el mal y plantemos el bien.
Para nosotros, herederos de un largo pasado culpable, el plano físico simboliza la puerta de salida del infierno que hemos creado. Superando nuestras enfermedades morales y extinguiendo antiguos vicios, en el triunfo sobre nosotros mismos, acrisolaremos nuestras cualidades de espíritu, para que, elevándonos, podamos extender nuestras manos amigas a los que yacen en el infortunio.
MIS OBSERVACIONES
(20) El olvido es de suma importancia para reencontrarnos con nuestros enemigos y reparar los errores cometidos.
Libro Psicografiado, "Acción y Reacción", por Chico Xavier\André Luiz
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