7 de mayo de 2019

Decía Carl Gustav Jung:

Decía Carl Gustav Jung:

por Dr. David R. Hawkins

“Lo que niegas, te somete; lo que aceptas, te transforma”. Porque cuando nuestra conciencia llega al nivel de la aceptación, significa que se ha abandonado el territorio del miedo y, por consiguiente, el efecto del sufrimiento innecesario, y la realidad percibida cambia de forma radical.

Aceptar también supone sentir y admitir implícitamente que somos capaces, empezamos a empoderarnos y a ver con más amabilidad a los demás, porque nos vamos perdonando a nosotros mismos.

La aceptación es antesala de la paz y desde allí comienza a atisbarse el horizonte del amor.

Si nos sentimos capaces de agradecer sinceramente por todo lo que pasa en nuestra vida, sin otorgar calificativos a las situaciones vividas, dejando a un lado cualquier juicio de valor, es que estamos llegando al nivel de la aceptación. No nos olvidemos de agradecer también por ello.

El mundo sólo puede cambiar desde nuestro propio interior. Y es que desde el nivel de la aceptación es cuando empieza a amanecer el futuro.

Extractado del Blog Asociación Espírita Gran Canaria.

Casos de Fantasmas. Casos 1º y 2º

Casos de Fantasmas. Casos 1º y 2º

por Gabriel Delanne.

Para ser conciso, no citaré más que un ejemplo de cada clase de desdoblamientos, aunque podrían reunirse un gran número, según lo ha demostrado M. Aksakof en su libro Animisme et Spiritisme.
Número 348 de Los Fantasmas.
Casos 1º y 2º Simultaneidad de percepción del fantasma por muchas personas, con desplazamiento aparente.

La Sra. Elgée y la Srta. Denys, en un viaje que hacían a la India, se detuvieron en el Cairo, y a causa de la afluencia de viajeros, se alojaron en un hotel poco concurrido. Una vez instaladas en su habitación, cerraron herméticamente la puerta; colocando para mayor precaución, junto a ella un baúl y un saco de noche. La Sra. Elgée se despertó de repente, teniendo el sentimiento vivo de que alguien la había llamado, y vio en la habitación, a la clara luz de la aurora; un antiguo amigo, el coronel L…, al cual dirigió las siguientes frases: «¡Dios mío! ¿cómo es que os encontráis vos aquí?»

La aparición se aproximó, señalando con el dedo a la Srta. Denys, sentada sobre su cama y mirando de esta forma con intensa expresión de terror. El fantasma sacudió la cabeza y se retiró lentamente, pareciendo hundirse en la puerta.

Por la mañana la Sra. Elgée nada dijo a su amiga, pero ésta espontáneamente le habló de la aparición, describiéndola exactamente tal como la había visto la Sra. Elgée.

La aparición era tan clara, que la Sra. Elgée pudo observar tres botones en onix que constantemente llevaba el coronel. Más tarde supo la señora Elgée, que, el día de la aparición, su antiguo amigo había pensado mucho en ella, deseando vivamente consultarla respecto a la aceptación de un puesto que se le ofrecía.

La hipótesis de una alucinación telepática debe descartarse aquí, toda vez que entre el coronel y la Srta. Denys no existía relación alguna. Dicha señorita, que se hallaba despierta a causa de los mosquitos, fue la primera en ver al fantasma. Las declaraciones, de ambos testigos concuerdan, tanto por lo que respecta a la descripción, como por los movimientos del fantasma; fue, por consiguiente, una aparición objetiva.

Señalamos la completa similitud entre el doble y el cuerpo físico, advirtiendo que la distancia en nada influye respecto a la producción del fenómeno. Por lo que acabamos de manifestar, se deduce que puesto que el doble es visible, es prueba que tiene una sustancialidad, una suerte de materia que le permite pasar a través de la materia y en parte librarse de las leyes de la gravitación.


Conceptos Extractados de "Las Vidas Sucesivas", por Gabriel Delanne.

Reencarnación: Las Vías de la Existencia

Reencarnación: Las Vías de la Existencia


Mucho mejor marcharía la humanidad si de entre los que la construimos, floreciese la idea de que todo es temporal y de que, el arduo y a menudo azaroso, viaje de la vida, no se limita al brevísimo e insuficiente “lapsus” de una sola existencia.

La ley de los renacimientos (tan reconocida en las escuelas de Oriente desde hace más de tres mil años) nos impulsa perennemente, ya sea como espíritus liberados de la materia (“muertos”) o embutidos en el ropaje celular transitorio (“vivos”). La experiencia vital es eterna, y todo hombre – con su carga particular de errores y virtudes, inteligencia e ignorancia – es un viajero del infinito en esencia; y , de igual modo, alumno de la eternidad. Vamos así progresando (mediante el amor o el dolor) y tomando múltiples experiencias, enriqueciéndonos con los tesoros del saber y las joyas del sentir, con el timón del libre albedrío impulsados, fluctuando incesantemente por las escuelas del tiempo.

El error (inocente, quizás) de pensar que se vive una sola vez, no sólo desalienta y limita, sino que hace actuar al groso de la Humanidad de una manera ansiosa y desacervada, neurótica, individualista, en su vano esfuerzo de vivir y experimentar la felicidad dorada en algo insuficiente y torpe anhelo de una sola jornada, cuando tantas nos quedan al frente (y tantas quedaron atrás).

En todo ser, sin embargo, hay un espacio profundo no frecuentado, una porción de si mismo que pertenece al Infinito…Basta una breve exploración interior (y desprovista de prejuicios), para darnos cuenta de ellos, para sentirla repleta de “ecos” del pasado; y, seguidamente, comprender que nuestro ser actual, no es más que la suma de muchas y peregrinas experiencias por los territorios de la cultura, los valores y los afectos que sembramos y cosechamos en los jardines, pueblos y ciudades de cada vida.

Extractado del Sitio Federación Espírita Española.

Historia del Sueño

Historia del Sueño


El sueño forma parte de las funciones vitales del organismo como la respiración o la digestión. Por término medio pasamos ocho horas al día durmiendo, lo cual, respecto al conjunto de una vida, representa alrededor de veinticinco años. El sueño es pues un fenómeno fisiológico indispensable al organismo, a la vez para regenerarse y desintoxicarse tanto mental como físicamente. Nadie escapa, ni siquiera los que pretenden prescindir de él.

SU HISTORIA: El hombre moderno tiene un conocimiento muy limitado
del sueño. Su estudio ha estado prohibido por la Iglesia católica desde
el siglo IV, junto con todas las prácticas mágica paganas. Por mil quinientos años, la conciencia occidental sería separada del inconsciente.

Fue preciso esperar a Freud y Jung para que los sueños fueran estudiados nuevamente.
Otras culturas distintas a la nuestra daban, o dan todavía, una gran importancia al sueño. En las sociedades primitivas, el sueño juega un papel importante en las tradiciones, las costumbres y también en la vida diaria. Sobre todo los pueblos africanos creen que el sueño es premonitorio.

Ofrecen sacrificios para que los buenos sueños se realicen o para que los malos no se cumplan. En las tribus amerindias, el adolescente descubre en sueños su identidad y su destino personal, con frecuencia a causa de ritos y pruebas iniciáticas. Igualmente, la vida del grupo es dirigida por los sueños, y a menudo el día comienza por el relato de los de la noche que termina.

Los sueños ayudan así a la tribu para la caza, la medicina y la guerra. Pero, volvamos a la Iglesia católica que prohibió el estudio de los sueños en el siglo IV. Esto parece tanto más sorprendente por cuanto en la Biblia los sueños y los ensueños tienen un lugar muy importante. En el Nuevo Testamento, el nacimiento de Jesús es protegido por José, que recibe en sueños la voluntad divina: así guiado, acepta a María como esposa y salva al niño de la cólera del rey Herodes huyendo a Egipto con su familia.

También los Reyes Magos descubren en sueños las intenciones criminales del soberano. Sin embargo, la Iglesia se declarará en guerra contra el sueño porque su estudio es asimilado a las prácticas de brujería y de magia. Es por eso que en las órdenes monásticas, las oraciones nocturnas y un levantarse muy madrugador privan a los monjes de sus recuerdos oníricos, pues su contenido es considerado como diabólico y su interpretación está prohibida. Los individuos sospechosos de tener tales actividades son buscados, denunciados y tratados como herejes, privados de sus bienes, torturados y a veces quemados.

El sueño y el ensueño, la vida concreta, el amor y la sexualidad, alejan al hombre del bien, de Dios y lo entregan al mal, al demonio. Esta concepción, pretendidamente cristiana de las tradiciones, va a dominar la vida diaria, intelectual y religiosa occidental desde la Edad Media hasta el siglo XX.

Extractado de la Revista Constancia.

¿Cúal es la Causa del Envejecimiento Prematuro?

¿Cúal es la Causa del Envejecimiento Prematuro?


- Los dolores físicos o los problemas de un cuerpo, es lo que el espíritu que encarne en ese cuerpo debe cumplir en esa existencia. Lo que tú nombras es una enfermedad más que existe en la Tierra para que el hombre comprenda que pese a su gran inteligencia, a la ciencia material, a la que muchos dan más valor que a los sentimientos cuando un ser debe pasar en un caso como el que nombras como en otros también tristes en su enfermedad tiene una razón que el hombre de la Tierra todavía no ha descubierto. Quiere decir que ese tipo de enfermedad a sufrir es porque el ser que lo pasa, pero más el que lo rodea, debe cumplir esa etapa de dolor, porque en el espacio ha prometido pasarlo. Sus padres deben tener la suficiente altura para no decir que Dios les castiga al tener un hijo en esa forma, deben ayudarle a pasar su dolor con fe y con tranquilidad. Las diversas enfermedades por más tremendas que parezcan, tienen una razón de ser. Es triste tener un hijo en esa situación pero es deber de los padres, que materialmente y espiritualmente lo ayuden a vivir y a realizar esa encarnación hasta el momento de desencarnar con la mayor tranquilidad posible; ese es el origen de las enfermedades.

Extractado del Boletín Luz y Vida.
MI COMENTARIO
No hay dudas que toda enfermedad física o discapacidad proviene de algo generado espiritualmente. No existe el azar, el castigo, ni el error. Todos venimos a este planeta a cumplir una corrección de algo que conscientes o no, hemos realizado mal o en contra de la Ley.
Por eso no hay que culpar a Dios de nuestros padecimientos sino mas bien a nuestra ignorancia de la Ley que nos rige.