Decía Carl Gustav Jung:
por Dr. David R. Hawkins“Lo que niegas, te somete; lo que aceptas, te transforma”. Porque cuando nuestra conciencia llega al nivel de la aceptación, significa que se ha abandonado el territorio del miedo y, por consiguiente, el efecto del sufrimiento innecesario, y la realidad percibida cambia de forma radical.
Aceptar también supone sentir y admitir implícitamente que somos capaces, empezamos a empoderarnos y a ver con más amabilidad a los demás, porque nos vamos perdonando a nosotros mismos.
La aceptación es antesala de la paz y desde allí comienza a atisbarse el horizonte del amor.
Si nos sentimos capaces de agradecer sinceramente por todo lo que pasa en nuestra vida, sin otorgar calificativos a las situaciones vividas, dejando a un lado cualquier juicio de valor, es que estamos llegando al nivel de la aceptación. No nos olvidemos de agradecer también por ello.
El mundo sólo puede cambiar desde nuestro propio interior. Y es que desde el nivel de la aceptación es cuando empieza a amanecer el futuro.
Extractado del Blog Asociación Espírita Gran Canaria.