El Sr. Home 2/11
Se preguntan quién es el Sr. Home. Para vivir en ese mundo, para hacer costosos viajes, es necesario – dicen – que tenga fortuna. Si no la tiene, es necesario que sea amparado por personas poderosas. Sobre este tema se han levantado mil suposiciones, unas más ridículas que las otras.
¡Qué no se ha dicho también de su hermana, a la que ha ido a buscar hace alrededor de un año; decían que era una médium más potente que él; que ambos deberían realizar prodigios capaces de hacer palidecer los de Moisés. Más de una vez nos han dirigido preguntas sobre este asunto; he aquí nuestra respuesta.
Al llegar a Francia, el Sr. Home no se ha dirigido al público; no le gusta ni busca la publicidad. Si hubiera venido con un objetivo de especulación, hubiese recorrido el país llamando a la propaganda en su ayuda; habría buscado todas las ocasiones de mostrarse, mientras que él las evita; hubiera puesto un precio a sus manifestaciones, mientras que no pide nada a nadie.
A pesar de su reputación, el Sr. Home no es por lo tanto lo que puede llamarse un hombre público; su vida privada no pertenece más que a él. Puesto que nada pide, nadie tiene el derecho de inquirir cómo vive, sin cometer una indiscreción.
¿Es amparado por personas poderosas?
Esto no es de nuestra incumbencia; todo lo que podemos decir es que en esta sociedad de élite él ha conquistado simpatías reales y ha hecho amigos dedicados, mientras que con un embaucador la gente se divierte, le paga y se terminó. Por lo tanto, nosotros no vemos en el Sr. Home sino una cosa: un hombre dotado de una facultad notable. El estudio de esta facultad es todo lo que nos interesa, y todo lo que debe interesar a cualquiera que no esté movido únicamente por un sentimiento de curiosidad. Acerca de él, la Historia todavía no ha abierto el libro de sus secretos; hasta que esto suceda, él pertenece sólo a la ciencia. En cuanto a su hermana, he aquí la verdad: es una niña de once años, que ha traído a París para ser educada y de la que ha sido encargada una ilustre persona. Ella apenas sabe en qué consiste la facultad de su hermano. Como se ve, es muy simple y muy prosaico para los aficionados a lo maravilloso.
Ahora, ¿por qué el Sr. Home ha venido a Francia? No ha sido en absoluto para buscar fortuna, como acabamos de probarlo. ¿Es para conocer el país? No lo recorre, sale poco, y de ninguna manera tiene los hábitos de un turista.
El motivo evidente ha sido el consejo de los médicos que creen que el aire de Europa es necesario para su salud, pero los hechos más naturales son frecuentemente providenciales. Por lo tanto, pensamos que si ha venido es porque debía venir. Francia – todavía en duda en lo que concierne a las manifestaciones espíritas – tenía necesidad de recibir una gran sacudida al respecto; fue el Sr. Home quien recibió esta misión, y cuanto mayor ha sido la sacudida, mayor ha sido su repercusión.
Extracto de "Revista Espírita 1858", por Allan Kardec.