“El Hombre se Completa en la Muerte”
por Herculano Pires.Educación para la Vida será la primera en serle dada. En esta educación el ser se amolda al mundo, comenzando por la educación familiar, en el hogar, y pasando después por la educación social en la escuela y por la educación profesional o experiencial, en la cual se hace ciudadano del mundo, apto para escoger su oficio o su que hacer y dedicarse a él.
También por esto Simone de Beauvoir observó, con razón, que la Humanidad no es una especie, mas un devenir. Es, podemos decir, el flujo de la consciencia en la búsqueda de su propia realización. El negativismo de Sartre lo llevó a afirmar que el hombre se frustra en la muerte, pues en ella acaba su aventura existencial.
Mas Heideggar encaró el problema con más profundidad y concluyó: “El hombre se completa en la muerte”. Aquello que para Sartre parecía el fin definitivo, para Heideggar es la ruptura de la existencia para lanzarse en la trascendencia.
Esto concuerda con las aspiraciones humanas en todos los tiempos y con la afirmación de Richet: “Mors janua vitae”, o sea, “La muerte es la puerta de la Vida”.
Tendremos así definido aquello que constituye realmente el fin de la
Educación, su objetivo único y preciso. Desde el momento de la fecundación en el vientre materno el ser humano avanza en la trascendencia natural del crecimiento, del cual todas las cosas y seres participan.
Esta es la trascendencia horizontal de Jaspers, que la define especialmente en el plano social.
Conceptos Extractados de "Educación para la Muerte", por Herculano Pires.