25 de mayo de 2019

Ingeniería Materialista

Ingeniería Materialista


En los años 70 del siglo pasado, un adinerado y excéntrico americano causó la mayor conmoción en la sociedad mundial, al crear un banco de semen de científicos contemplados con el Premio Nobel, con miras a validar una teoría esencialmente materialista de que "la viruta no vuela lejos del palo ", es decir: los genios sólo pueden generar genios. ¡Buen engaño! ...
En ese paso la "viruta" no tiene nada que ver con "palo", ya que, intelectual y espiritualmente hablando, hay necesariamente implicación del Espíritu inmortal, agente causante de las propias conquistas y / o limitaciones.

Pero, materialistas por excelencia, los protagonistas de ese absurdo "científico" ni de lejos pensaron en los desdoblamientos espirituales implicados en la magna cuestión de la vida.
Bastaría una mirada alrededor y no sería tan difícil ni raro comprobar que existen padres obtusos que generaron hijos geniales y, por otro lado, existen padres brillantes, renombrados genios, cuyos hijos no presentan ningún brillo intelectual ...

Lo más impresionante fue ser parte de los premiados del Nobel en ese extravagante proyecto. Es evidente que la vanidad tomó parte activa en el gesto de la "donación" del material. Pero el fracaso no tardó. No hay que decir que el tal banco decretó una quiebra total, treinta años después, cuando se llegó a la conclusión de que de los 240 niños generados por el "rico y sofisticado material del banco" no salió ningún genio para salvar la teoría.

Una vez más el periodismo al servicio de la humanidad mostró su cara. Allí se fue, por lo tanto, el sueño americano de producir "superhéroes geniales" alimentado por conceptos de eugenesia que sólo encuentran simetría bilateral en las utópicas ambiciones raciales de Hitler con su arianismo materialista.

Sin considerar la variable reencarnacionista, el hombre continuará guerreando contra los "molinos de viento" de la ignorancia y de la utopía.

El célebre matemático francés Henri Poncaré, que murió en 1912, sin ser espírita, creía que los genios matemáticos traen un "talento congénito", o sea, ya vienen hechos, lo que de manera sutil consagra la multiplicidad de las vidas.

En su notable obra "La reencarnación", editada en 1937 por la Federación Espírita Brasileña, el científico francés Gabriel Delanne afirma: "el alma no es fabricada por los padres, así la reencarnación es la única explicación lógica de las anomalías aparentes".

En este caso, en nuestro Brasil, sin ser laureado por el Nobel, un sergipano pobre es padre de un joven llamado Carlos Matheus, que siempre estudió en escuela pública y logró, con apenas 19 años, obtuvo los títulos de Maestro y Doctor en matemáticas, y ya planea ir a París, a través de una beca, para realizar un curso de postdoctorado.

Con apenas 14 años de edad, Matheus dejó el ambiente pobre y despretensioso de ese pequeño estado nordestino, mudándose a Río de Janeiro a fin de iniciar sus cursos de postgrado.

Extractado del Blog Mundo Espírita.