7 de noviembre de 2019

Centros Vitales

Cuerpo Espiritual

Centros Vitales


Estudiado en el plano en que nos encontramos, en la situación de Seres desencarnados, el cuerpo espiritual o psicosoma, es el vehículo físico relativamente definido por la ciencia humana con los centros vitales que esa misma ciencia, por ahora, no puede investigar ni reconocer.
En él poseemos todo el arsenal de recursos automáticos que gobiernan a los billones de entidades microscópicas al servicio de la Inteligencia en los círculos de acción en que nos desenvolvemos, los cuales son adquiridos muy lentamente por el Ser a través de milenios y milenios de esfuerzo y recapitulación, en los múltiples campos de la evolución anímica.

Así, rigiendo la actividad funcional de los órganos definidos por la fisiología terrena, en él identificamos el centro coronario, instalado en la región central del cerebro, sede de la mente, centro que asimila los estímulos del plano Superior y orienta la forma, el movimiento, la estabilidad, el metabolismo orgánico y la vida consciente del alma encarnada o desencarnada en el rol de aprendizaje que le corresponde en la escuela planetaria. El centro coronario supervisa, además, los otros centros vitales que obedecen al impulso procedente del Espíritu, así como las piezas secundarias en una industria responden al comando de la pieza-motor de que se sirve en su aprendizaje el hombre para concatenarlas y dirigirlas.

De esos centros secundarios, interconectados en el psicosoma y, consecuentemente, en el cuerpo físico por redes plexiformes, destacamos el centro cerebral contiguo al coronario, con influencia decisiva sobre los demás, gobernando la corteza encefálica en la sustentación de los sentidos, marcando la actividad de las glándulas endocrinas y administrando el sistema nervioso en toda su organización, coordinación, actividad y mecanismo, desde las neuronas sensitivas hasta las células efectoras; el centro laríngeo controlando notadamente la fonación y la respiración; el centro cardíaco dirigiendo la emotividad y la circulación de las fuerzas de base; el centro esplénico determinando todas las actividades en que se expresa el sistema hemático, dentro de las variaciones del medio y volumen sanguíneo; el centro gástrico, responsabilizándose de la digestión y absorción de los alimentos densos o menos densos que, de cualquier modo, representan concentraciones fluídicas que penetran toda la organización, y el centro genésico guiando el modelado de nuevas formas entre los hombres y el establecimiento de estímulos creadores con vistas al trabajo, a la asociación y a la realización entre las almas.

Extractos del Libro "Evolución en dos mundos", por André Luiz-Chico Xavier


Libro "Acción y Reacción" Chico Xavier\André Luiz « parte 36 »


Libro "Acción y Reacción" Chico Xavier\André Luiz « parte 36 »

Llegados a ese punto de la explicación, Orzil volvió a nuestro lado, y el Asistente le preguntó bondadosamente:
–¿Cómo va el servicio?
–Mucho trabajo, jefe –respondió él, humildemente– La tempestad de ayer produjo una extensa devastación. Creo que en los pantanos debe haber habido mucho sufrimiento.
Dándose cuenta que se refería a los precipicios abismales en que se debatían millares de almas infelices y turbadas, Hilario preguntó:
–¿Es posible alcanzar esos lugares para poder aliviar a los que sufren?
Nuestro nuevo amigo esbozó un aspecto de tristeza y de resignación, agregando: – ¡imposible!...
En socorro del compañero, Silas dijo: –los que se agitan en esas penurias, yacen, de modo general, casi siempre extremadamente rebeldes, y, en la locura a la que se entregan, se convierten en verdaderos demonios de insensatez. Es necesario que se dispongan a aceptar la conformidad clara y pacífica, para que, aun semiinconscientes, consigan recibir con provecho, la ayuda que se presta a sus corazones.
Y como si quisiese pasar a demostrar lo que afirmaba, nos invitó a inspeccionar las celdas próximas.
–¿Cuántos enfermos hay internados ahora?
Orzil muy atento, contestó sin titubear: Tenemos tres amigos en franca situación de inconsciencia.
Después de haber dado algunos pasos, escuchamos un griterío atroz. Los lugares reservados a los enfermos, estaban situados al fondo, en forma de confortables caballeriza. Esa es la palabra más apropiada que podemos usar para hacer nuestra descripción, porque la construcción, en sí, mostraba rusticidad y seguridad, naturalmente circunscrita a los objetivos de contención.
A medida que nos acercábamos al refugio, un olor desagradable afectó nuestro olfato.
Contestando a nuestra íntima pregunta, el Asistente nos dijo: –sabéis que todas las criaturas viven envueltas por el halo vital de las energías que vibran en lo íntimo de su ser, y ese halo, está formado por partículas de fuerza que se irradian por todo el organismo, impresionando nuestro olfato, de modo agradable o desagradable, de acuerdo con la naturaleza del individuo que las irradia. Por tanto, tal como ocurre en la Tierra, aquí, cada entidad se caracteriza por su olor particular.
–Sí, sí... –confirmamos Hilario y yo, simultáneamente. Mientras tanto, el olor alarmante de carne en descomposición, era para nosotros un acontecimiento excepcional.

Libro Psicografiado, "Acción y Reacción", por Chico Xavier\André Luiz


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Sobre la Resurrección y Reencarnación en el Espiritismo

Resurrección y Reencarnación

Sobre la Resurrección y Reencarnación en el Espiritismo


En el Libro de Los Espíritus codificado por Allan Kardec, Los Espíritus Superiores confirman y explican la reencarnación ampliamente, aquí extraemos algunas de sus respuestas al respecto:

171 – ¿Sobre qué está basado el dogma de la reencarnación?
– En la justicia de Dios y en la revelación; porque como lo repetimos siempre: Un buen padre deja siempre a sus hijos una puerta abierta al arrepentimiento. ¿No te dice la razón que sería injusto privar para siempre de la dicha eterna, a todos aquellos cuyo progreso no dependió de ellos mismos? ¿No son todos los hombres hijos de Dios? Solo entre los egoístas impera la iniquidad, el odio implacable y los castigos sin perdón.

132 – ¿Cuál es el objetivo de la encarnación de los Espíritus?
– Dios les impone la encarnación con el objetivo de hacerlos llegar a la perfección. Para algunos es una expiación, para otros una misión. Pero para alcanzar esa perfección, deben soportar todas las vicisitudes de la existencia corporal. En esto consiste la expiación.

La encarnación tiene también otro objetivo que es el de poner al Espíritu en condiciones de cumplir con su parte en la obra de la Creación, para cuya realización toma en cada mundo un cuerpo en armonía con la materia esencial de ese mundo, cumpliendo así, bajo este aspecto, las órdenes de Dios, de tal manera que concurriendo para la obra general, él mismo progrese también.

La acción de los seres corporales es necesaria a la marcha del Universo, pero Dios en su sabiduría, quiso que por esta misma acción encontrasen un medio de progresar y de aproximarse a él. Así es que por una ley admirable de su providencia, todo se encadena y todo es solidario en la Naturaleza.

133 – Los Espíritus que desde el principio, han seguido el camino del bien, ¿tienen necesidad de la encarnación?
– Todos fueron creados sencillos e ignorantes y se instruyen en las luchas y tribulaciones de la vida corporal. Dios, que es justo, no podía hacer a unos felices, sin dificultades y sin trabajo, y por consiguiente, sin mérito.
El progreso de los Espíritus es fruto de su propio trabajo, unos adelantan mas rápidamente, otros se estacionan durante muchos siglos en rangos inferiores.

Tomado del Blog "Amanecer Espírita"



Ley de Evolución

Ley de Evolución

por Sebastián de Arauco

En cada ser humano está grabado, de inequívoca manera, su grado de evolución: en la inteligencia que le anima, en la capacidad de amor, de sacrificio, de dominio de sí mismo; en su fuerza mental de irradiación y de atracción, su magnetismo espiritual y animal. En el grado de capacidad analítica y conceptual para penetrar en lo profundo de las cosas, en el grado de sensibilidad y amor fraterno, de rectitud, etcétera, está bien demostrado el grado de evolución del individuo.

En cada existencia física, el ser humano evoluciona desde que nace, marcando las fases de la. infancia, adolescencia, juventud, madurez, vejez y muerte, con lo que la materia orgánica de lo que está compuesto el cuerpo físico, vuelve a su origen.

Y libre el Espíritu, sigue evolucionando en esa otra dimensión, aun cuando corno humanos no nos percatemos de ello, por ser tridimensionales en cuanto a percepción a través de los sentidos físicos.

Y como fue expuesto en el capítulo “Ciclos de Reencarnación”, después de un tiempo en el espacio, que varía en cada caso, el Ego, él ser espiritual, siente ansias de volver a la lucha del plano físico, a fin de desarrollar sus facultades latentes. Es la Ley de Evolución que le empuja hacia la eterna ascensión.

Una vida en el mundo físico, es tan sólo un momento en la vida eterna del Espíritu, del ente espiritual que anima la personalidad humana. Viene para adquirir experiencias, cumplir misiones o purificar (por medio del dolor o la práctica del amor fraterno) su alma impregnada de impurezas, saturada de magnetismo negativo, mórbido, debido a. sus errores y transgresiones a la Ley Universal del Amor, en el pasado.

Siendo LA PERFECCIÓN (en la cual están implícitas: la sabiduría, la fortaleza, el amor y la pureza), la meta hacia la felicidad, ¿como puede pretenderse que puedan adquirirse en una sola vida cuando en la mayoría de los casos ni siquiera se tiene acceso a los medios para adquirirlas?

Querámoslo o no, aceptémoslo o rechacémoslo; esa es la Ley Eterna de la Evolución del Espíritu.

Extractos de "Revista Amor, Paz y Caridad".

Mide las Cosas de la Tierra en su Valor Justo. No las Desprecies,Tampoco te Ates a Ellas

El Fin Supremo

Mide las Cosas de la Tierra en su Valor Justo. No las Desprecies,Tampoco te Ates a Ellas

por León Denis.

¿Ves en los cielos espléndidos estos astros resplandecientes, esos soles innumerables llevando, en sus evoluciones prodigiosas, brillantes comitivas de planetas? ¡Qué de siglos acumulados no hizo falta para formarlos! ¡Qué de siglos no serán necesarios para disolverlos! ¡Pues bien! Un día vendrá donde todos estos fuegos serán apagados, o estos mundos gigantescos se desvanecerán para hacer sitio a globos nuevos, a otras familias de astros que emergerán de las profundidades. Nada de esto que vieras hoy existirá más. El viento de los espacios barrerá para siempre el polvo de estos mundos usados; pero tú, vivirás siempre, persiguiendo tu marcha eterna en el seno de una creación sin cesar renovada. ¿Que serán entonces para tu alma depurada y engrandecida, las sombras y las preocupaciones del presente? Accidentes efímeros de nuestra carrera, no dejarán en el fondo de nuestra memoria más que tristes o dulces recuerdos. Ante el horizonte infinito de la inmortalidad, los dolores del presente, las pruebas sufridas serán como nube fugitiva en medio de un cielo sereno.

Mide pues las cosas de la Tierra en su valor justo. No las desprecies sin duda, porque son necesarias para tu progreso, y tu misión es contribuir a su perfeccionamiento perfeccionándote tú mismo, pero no ates exclusivamente a eso tu alma y busca ante todo las enseñanzas que contienen. Por ellas, comprenderás que el fin de la vida no es el goce, ni la felicidad, sino más bien por medio del trabajo, del estudio y del cumplimiento del deber, el desarrollo de esta alma, de esta personalidad a la que reencontrarás más allá de la tumba, tal, como tú mismo le habrás dado forma en el curso de tu existencia terrestre.

Extractos del Libro "El Porqué de la Vida", por León Denis.