Libro "Acción y Reacción" Chico Xavier\André Luiz « parte 40 »
En ese instante, llegamos al tercer refugio, en el que un hombre herido expurgaba sus propias llagas utilizando sus uñas.La atmósfera, francamente pestilente, exigía una enorme disciplina para poder dominar las náuseas.
Dándose cuenta de nuestra presencia, avanzó hacia nosotros clamando amargamente:
–¡Compadeceos de mí! ¿Sois médicos? ¡Atendedme, por amor de Dios! ¡Mirad los detritos en que me apoyo!...
Me volví de inmediato hacia el suelo, siguiendo sus gestos y, efectivamente, noté que el pobre miserable se movía en un montón de suciedad, cubierto por hilos de sangre podrida.
Solamente después de una más amplia observación, averigüé que el cuadro repugnante estaba constituido por las emanaciones mentales del desgraciado compañero que se hallaba bajo nuestras miradas.
–¡Doctores! –continuó, en tono de súplica– Hay quien dice que robé a los otros para satisfacer mis vicios en el burdel que frecuentaba... ¡Pero es mentira! ¡Es mentira!... Os juro que viví allí por sentimiento de caridad... Aquellas desgraciadas mujeres requerían defensa… Las ayudé cuanto pude... Aún así, adquirí, junto a ellas, la enfermedad que aniquiló mi cuerpo físico y que aún infecta mi respiración, convirtiéndose aquí en mi propio hálito..., ¡Socorredme, por lo que más queráis!...
Los repetidos ruegos, no obstante, eran hechos en tono imperativo, como si las palabras humildes de la petición, fueran un simple disfraz ocultando una orden tiránica.(46)
El asistente nos invitó a retirarnos, explicando:
Es un antiguo e inveterado gozador que gastó en placeres inútiles grandes recursos de que disponía. Durante mucho tiempo, todavía, su mente oscilará entre la irritación y el desencanto, alimentando el ambiente horrible que le convirtió en un ente desequilibrado.
MIS OBSERVACIONES
(46) Los olores nauseabundos, la sangre podrida donde se revuelca el espíritu son las emanaciones de su propio pensamiento y lo vive como una realidad material. La percepción de los espíritus Luiz y Silas son también mentales pero que provocan nauseas porque se enfocan en esa situación. Si cambiaran automáticamente su enfoque a otro espíritu, en instantes dejarían de percibir todo lo que acontecía con el otro espíritu anterior sumido en la suciedad.
Estos espíritus imperativos, rebeldes se los asiste con buenos pensamientos pero ningúna ayuda mayor pueden recibir hasta que no se calmen y busquen la ayuda por sus propio interes de recibirla.
Libro Psicografiado, "Acción y Reacción", por Chico Xavier\André Luiz
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