18 de febrero de 2019

“El Principio Energético”


“El Principio Energético”

por Dª Suely Caldas Schubert

Si queremos trascender el sentido último de la materia como un principio en constante cambio, transformación y modificación hacia formas de energía organizadas en sistemas, descubrimos implícitamente en ella “el principio energético”. Este principio energético es, sin duda, comparable a esa chispa, esa psique, esa energía que aparece en toda la materia que existe (subyace en átomos y moléculas).

Este principio, desarrollado mediante el proceso de la evolución, es perfectamente asimilable al alma humana cuando, llegado su tiempo de máximo desarrollo psíquico y adquiriendo las facultades superiores del espíritu, se transforma en el principio inteligente. En sus primeras etapas actúa únicamente sin desarrollo de conciencia, pero sí bajo su propia individualidad y experiencia (animales, plantas, virus, etc.), animando la materia orgánica hasta llegar a convertirse por “evolución simultánea” en un ser consciente, inteligente, con vida propia, libre albedrío, individualidad y capaz de superar los límites del tiempo y el espacio hasta conquistar mayores etapas de desarrollo, conocimiento y evolución.

Si nos acercamos a "la nueva Biología” (Dr. Rupert Sheldrake), es necesario el paralelismo del campo mórfico de los sistemas biológicos con el “periespíritu” (ese cuerpo energético que mantiene la vida y la cohesión celular). También llamado M.O.B. (modelo organizador biológico) derivado de los sistemas organizadores biológicos que intervienen en la biogénesis y evolución de los seres vivos. Este es el eslabón que le falta al dualismo y que el espiritismo coloca como cuerpo intermediario que permite la concesión entre una mente inmaterial (la del espíritu) con un cuerpo material (a través del cerebro).

El tiempo que se abre ante nosotros es fascinante, pues lejos de negar por negar, la ciencia está acercándose cada vez más a las verdades universales que a lo largo de la historia han formado parte del sustrato íntimo, personal e intransferible del ser humano. El innato sentido del hombre respecto a su origen divino, que le acompaña desde que apareció en la Tierra como Homo sapiens, la íntima percepción de la eternidad del alma humana trascendiendo la muerte.

Y sobre todo, el sentido de un universo armónico, perfecto y con propósito, que todavía no vislumbramos pero intuimos como el significado de una obra al servicio de la especie humana, elegida por la Causa primera como el culmen de su expresión creadora en el trayecto hacia una perfección y felicidad para la que está destinada.

Qué lejos quedan estos planteamientos de la triste visión naturalista de un universo sin propósito, donde el hombre apenas es una colección de átomos en movimiento, sin significado alguno.


Extractado de Blog Amor, Paz y Caridad.


Un cambio de era

Un cambio de era


Bastantes espiritistas, tal vez llevados por una excesiva confianza en algunas fuentes espirituales, señalaban que, caso que no se produjera la catástrofe mundial anunciada supuestamente por los mayas y tantos otros, sí que habría un cambio de era pasando a una época donde imperarían el amor y la comprensión. Eso, de esta manera, no será nunca así, ya que los “cambios de época” nunca son súbitos.

A este respecto, consideremos, por ejemplo, cuánto se tardaría en reemplazar la población mundial de nuestro mundo por Espíritus más adecuados a esa nueva época. Teniendo en cuenta que, según algunas fuentes consultadas, encarnaron en el mundo unos 140 millones de personas en el año 2011, se tardarían, a ese ritmo, unos 50 años en reemplazar a todos los habitantes de este planeta (evidentemente, esta suposición es muy rudimentaria ya que habría que contar, también, el número de personas que desencarnan -unos 57 millones en 2011-; sólo mencionamos estos cálculos a título ilustrativo).


Por lo tanto, lo mejor es no preocuparse en exceso por esas circunstancias sobre las que no tenemos ningún poder personal de cambio. Es mejor preocuparse prioritariamente por mejorarnos personalmente y, en la medida de lo posible, en contribuir a cambiar nuestro entorno social inmediato y, así, por un efecto similar al de la extensión de una mancha de aceite, coadyuvar al cambio general de las condiciones de vida de esta nuestra casa actual. Además, no podemos perder en ningún momento la confianza en el Equipo Directivo de esta Escuela Primaria que es la Tierra; seguro que saben lo que hacen y velan para que las circunstancias personales de cada quién sean las adecuadas para su evolución y, también, para que, cuando sea el momento oportuno, pueda darse ese cambio a nivel más global.

Extractado del CBCE - Centre Barcelonés de Cultura Espírita.




MI COMENTARIO
Todos esos comentarios, videos, notas y predicciones sobre cambios apocalípticos son ridículos. Por supuesto que habrá cambios y algunos serán de mucha intensidad causando tal vez muchos muertos en un planeta bastante poblado como la tierra. Pero esto no se debe a ningún cambio en particular, sino al simple avance y evolución del planeta donde quienes los habitamos y que también evolucionamos, le daremos una nueva relación entre ambos. Ni buena, ni mala, simplemente distinta a la que conoces hoy.


ALLAN KARDEC - Ayer, hoy y siempre 1/2


ALLAN KARDEC - Ayer, hoy y siempre 1/2

Por Tilde Pérez Pieroni De Capalbo

El día 3 de octubre de 1804, nace en la Rua Salar 76, en Lyón, Hipolyto León Denizard Rivail, más conocido con el seudónimo de Allan Kardec.

En el mundo se atollaba la incredulidad, danzando sobre la idea de Dios. Entre tanto, Kardec, en las consideraciones de El Libro de Los Médiums, mostró la dimensión espiritual de la vida y explicó el fenómeno mediúmnico. El mundo se sumergía en la desesperación olvidando el amor y la caridad. No obstante, Kardec, en las disertaciones de El Evangelio según El Espiritismo, reafirmo la enseñanza moral de Jesús y trajo de vuelta la Buena Nueva en su pureza primitiva.  El mundo se esclavizaba en la intolerancia religiosa, temiendo al destino después de la muerte.

Empero, Kardec, en la discusión lúcida de El Cielo y el Infierno, impugnó las penas eternas, expuso la justicia divina y exaltó la misericordia del padre. El mundo se perdía en el laberinto de las interpretaciones teológicas, enredándose en la trama de los dogmas rígidos. Pero en los capítulos de La Génesis, Kardec discurrió con sencillez y claridad sobre el origen de la tierra y del hombre, del bien y del mal, interpretó a la luz de la razón los milagros y las predicciones de Jesús.

Al codificar el Espiritismo, Allan Kardec, revolucionó el conocimiento humano convocando a la ciencia y a la  filosofía a experimentar y pensar en el más allá. También en la codificación del Espiritismo, Allan Kardec, estableció las bases de la doctrina sin ambigüedades. Pero aún hoy, existen seguidores que le distorsionan las enseñanzas. Kardec acuñó el término Espírita para designar al adepto de las nuevas ideas. Entre tanto, existen aquellos que se valen de expresiones para huir a la afirmación doctrinaria. Kardec estudió detenidamente el fenómeno mediúmnico para aceptarlo como verdadero, sin embargo, existen aquellos que ven la mediumnidad en cualquier manifestación psíquica. Kardec desarrolló la Ciencia Espírita, sin perder de vista las consecuencias morales.

No obstante, existen aquellos que defienden la investigación como única finalidad de la Doctrina de los Espíritus. Kardec hizo de la comprensión un paso importante en la conquista de la fe. Empero, existen aquellos que creen ciegamente, despreciando el socorro de la razón y el buen sentido. Kardec preconizó la simplicidad de las reuniones Espíritas. Más, existen aquellos que inventan sofisticaciones y ceremonias innecesarias. Kardec explicó la reencarnación como una oportunidad de aprendizaje y la reparación de antiguas equivocaciones. Entre tanto, existen aquellos que usan la realidad de las vidas sucesivas par justificar actitudes innobles. Kardec construyó el edificio doctrinario de la nueva revelación.

Con todo, existen aquellos que lo ven como simple expositor de la dimensión espiritual. Kardec trajo conocimientos fundamentales para la humanidad, en cualquier época. No obstante, existen aquellos que lo consideran superado. Kardec restableció e interpretó las verdades evangélicas anunciando el consolador prometido por Jesús. Sin embargo, existen aquellos que niegan el vértice moral de la Doctrina Espírita. Por todo esto y por muchas cosas más la actualidad de la Codificación Kardeciana es admirable.


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El impacto ambiental del consumo de carne

El impacto ambiental del consumo de carne

por Claudia Gelernter

Los pioneros y el consumo de carne están siendo cada vez más debatidos por biólogos, ambientalistas, vegetarianos, además de diversos movimientos sociales, como los grandes villanos del calentamiento global, la ganadería y el consumo de carne.

En entrevista concedida al Instituto Humanitas, biólogo Sergio Greiff explica que " La carne es responsable de gran impacto ambiental. Las áreas naturales (bosques, cerros, campiñas, etc.) necesitan ser devastadas para la siembra de pastos. Muchas personas asocian la devastación en los bosques tropicales al corte de madera. En realidad, la contribución de las madereras a esa devastación no se compara con la devastación causada por la ganadería, pues las madereras seleccionan sólo los árboles que interesan para el corte. Pero el agricultor tiene que deshacerse de los árboles indiscriminadamente " .
Ante estas evidencias, la respuesta ofrecida por los Espíritus en la pregunta 724 de El Libro de los Espíritus nos coloca en eje, ya que deja claro que la privación de la carne a favor del colectivo es relevante, meritoria.

Teniendo en cuenta que en los tiempos de Kardec los conocimientos sobre nutrición eran totalmente restringidos, privarse de carne consistía, por lo tanto, en acción grandiosa, altamente altruista. Pero en los días de hoy, con todos los recursos de que disponemos, entendemos que tal acción sale del ámbito de la amplia generosidad, para convertirse en un deber.

Además, la realización de poco ejercicio filosófico, debemos alinear nuestros conocimientos con la cuestión de amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos .

¿Cómo amar a Dios si confinamos, privamos y matamos a sus criaturas por el placer efímero de nuestro paladar, ocasionando tantos trastornos a nuestro alrededor?