ALLAN KARDEC - Ayer, hoy y siempre 2/2
Por Tilde Pérez Pieroni De CapalboSin ninguna duda, Allan Kardec está tan actual hoy, como en la ocasión en que iluminó los caminos de la humanidad, encendiendo la luz de la Codificación Espírita.
Una gran responsabilidad recae sobre nosotros porque seguramente estuvimos presentes en aquella noche memorable de comienzo de siglo y nos comprometimos a construir la Nueva Era. Que no importen los obstáculos, ni los espinos; aquellos que tienen la meta no se detienen en las dificultades del camino.
Si no toleramos, si no nos ayudamos nosotros que tenemos el mismo ideal ¿cómo podremos servir y amar a aquellos que nos combaten?
Fue exactamente lo que dijo Allan Kardec: "Escribo esta nota diez años después de publicar El Libro de Los Espíritus, y lo que sufrí, los testimonios, las ingratitudes, las persecuciones gratuitas, fueron superiores a lo que yo podía imaginar. Amigos queridos de la Sociedad de Estudios Espiritas de París me persiguieron, me besaban y me agredían, hablaban que yo vivía de las obras del Espiritismo, sin recordarse que yo las financiaba con mi dinero. Calumnias terribles fueron lanzadas contra mí, pero nunca me desanimé. Todo me lo advirtió el Espíritu de Verdad; pero lo que me predijo fue las alegrías, la felicidad de ver crecer la obra.
Y en aquellos días difíciles, cuando los dolores eran muy fuertes e insoportables, yo me elevaba por encima de la humanidad a través de la oración y desde allá veía la doctrina expandirse. Por eso bendigo todos los dolores, todas las dificultades, porque el bien suplanta el mal en todas las aflicciones. Espíritas, esta es nuestra hora de proclamar un mundo nuevo. Estamos señalados por el pensamiento de Jesús para llevar a todos los rincones de la tierra la doctrina hecha luz, capaz de erradicar de la tierra las bases del mal.
El consolador, que no solo enjuga las lágrimas, sino que extrae las raíces de los males que producen las lágrimas. No nos engañemos, esta es nuestra oportunidad superior, porque nosotros somos pequeños Dioses, tenemos la tarea de sembrar un mundo nuevo y ninguna disculpa valdrá para justificar nuestro fracaso".