La oración
Los efectos beneficiosos que tiene la oración para la salud quedaron demostrados en una investigación de 10 meses en el Hospital General de San Francisco. En dicha investigación se observó una mejoría significativa en un grupo de pacientes que recibía oración exterior además del tratamiento convencional en relación con un grupo control que sólo recibía tratamiento convencional. El grupo de personas que no sabía que estaban orando por ellos, presentó menos paros cardíacos y una mortalidad significativamente menor que el grupo de control. Este estudio nos lleva entonces a pensar que hay otros factores, además de la fe, que intervienen en la sanación del paciente. Recientemente, otro experimento examinó la influencia de la oración en el éxito de la fertilización in vitro. El grupo que tuvo oraciones por parte de terceros, mostró mayor cantidad de embarazos en comparación con las que no recibieron oraciones.
Koenig, en la universidad de Duke, hizo una revisión de 1.200 estudios hechos acerca del poder de la oración sobre la salud. De esa revisión concluyó las personas religiosas tienden a hacer una vida más saludable: fuman menos y tienen un menor consumo de alcohol, lo que favorece que se enfermen menos. Pero aún sacó otras conclusiones no menos interesantes, como por ejemplo que las personas hospitalizadas que nunca han asistido a los servicios religiosos permanecen tres veces más tiempo que aquellos que asisten regularmente, o que los pacientes cardiovasculares morían 14 veces más frecuentemente después de la cirugía, si no participaban en alguna religión, que las personas mayores que nunca han asistido a la iglesia tienen un promedio de arritmias, el doble que las personas que atienden a un servicio religioso y, por último, que en Israel las personas religiosas tenían un promedio del 40 % menos de mortalidad por enfermedades cardiovasculares y cáncer.
Extractado de la Revista Espirita FEE.