EURÍPIDES BARSANULFO
Nació el 1 de mayo de 1880, en la ciudad de Sacramento, estado de Minas Gerais, y desencarnó el 1 de noviembre de 1918, a la edad de 38 años. El Dr. Eurípedes fue la personificación de la caridad y de la bondad. Espíritu evolucionado, amaba a todos, y su corazón era una fuente de compasión, de ahí el haber recibido el nombre de «El Apóstol del Triangulo Minero».
Barsanulfo colaboró en la fundación del Liceo de sacramento, donde trabajo durante mucho tiempo, pues estaba dotado de una gran vocación para la docencia. En esa época era católico, religión en la que fuera educado. En la Cámara Municipal de su ciudad natal, prestó inestimables servicios como Veedor Especial, presentando varios proyectos de ley, que buscaban mejorar los servicios de agua, luz, tranvía eléctrico y otros.
Fue periodista, concejal, profesor y secretario de la Hermandad de San Vicente de Paúl, manteniendo ese ritmo hasta los 25 años de edad (1.905), ocasión en que la espiritualidad le permite su encuentro con el Espiritismo, al cual se convirtió luego de leer las obras básicas de Kardec, estudio que hizo con la intención de aceptar o no las enseñanzas en ellas contenidas. La primera obra Espírita con la cual tuvo contacto fue «Después de la Muerte», de León Denis, que provocó en él drásticas alteraciones íntimas. Aceptó los principios Espíritas sin oponer barreras. Algunos días después, en Santa Maria, residencia de su tío, Sr. Honorato Ferreira da Cunha, sus convicciones se consolidaron al recibir un mensaje del Dr. Bezerra de Menezes, a través del médium Mariano da Cunha, seguida de otra dictada por el Espíritu de San Vicente de Paul, quien le confesaba ser su mentor.
Se tornó médium audiente, recetista, curador, vidente, parlante y psicógrafo, además de poseer la capacidad del desdoblamiento. Posteriormente se comunica con el Padre Maia, informándole que debía dejar la fe católica, hecho este que le valió el apodo del «endemoniado».
En 1907, fundó el Colegio «Allan Kardec», en una región donde los recursos eran escasos, y la mayoría de los estudiantes sin recursos, recibían educación gratuita. El Dr. Eurípedes dictaba varias materias, entre ellas: portugués, francés, Astronomía, Física, Historia Natural y de la Doctrina Espírita. Además, fundó la Farmacia, donde preparaba remedios, la mayoría psicografiados por el Dr. Bezerra de Menezes, y distribuidos en todo el Brasil, para la cura y alivio de muchos enfermos.
El Dr. Eurípedes era autodidacta, y no había realizado ningún curso superior. En el sector de la asistencia social, Barsanulfo atendía a todos los que lo buscaban. Su farmacia estaba siempre abierta para todos, fuese quien fuese. De todos los lugares llegaban enfermos y obsesados en busca de tratamiento. Como médium, realizó las primeras operaciones quirúrgicas si anestesia de la Historia del Espiritismo en el Brasil. Además, fue procesado por el ejercicio ilegal de la Medicina, pero su proceso prescribió, por no encontrar un juez que quisiese condenarlo.
En el Grupo Espírita Esperanza y Caridad, con su mediúmnidad curadora, no escatimaba esfuerzos en asistir a los enfermos, y por eso, la ciudad humilde de Sacramento, se convirtió en famosa. En ella desembarcaban diariamente, centenas de enfermos, la mayoría traída en viejas carrozas tiradas por bueyes o a lomo de animales de carga.
Sus alumnos, venidos de todas las partes de la región, se convirtieron en grandes propagadores del Espiritismo, habiendo uno de ellos, el Sr. Cándido Gomide, fundado la ciudad de Palmelo, en el interior de Goiás. En 1.918, luchó bravamente contra la gripe española, que alcanzó a todo el Brasil, inclusive a Sacramento. Atendió en forma gratuita a centenares de personas, y terminó por desencarnar el 1 de Noviembre de 1.918, con sus fuerzas agotadas y con solo 38 años de edad. Muchos fueron los homenajes «post-mortem», inclusive un busto erguido en el patio del Colegio Allan Kardec, con el agradecimiento de toda la familia Espírita de Sacramento. Murió pobre, no dejó bienes, ni herederos. Su vida fue dedicada a la pobreza, con quien se «comprometió».
Como divulgador de la Doctrina de los Espíritus, Barsanulfo se destacó, en su época, pues, además de poseer sólidos conocimientos sobre Espiritismo, estaba dotado de facilidad de expresión. Como casi todos los médiums, Barsanulfo también sufrió la persecución por parte del Clero que, aliado a un médico católico de Uberaba, realizó una execrable persecución, que culminó con un proceso penal por ejercicio ilegal de la Medicina. Aún así, el Juez de la Comarca no quiso pronunciarse, juzgando el caso, finalmente prescrito. Barsanulfo, al desligarse de los lazos materiales, exclamó: «Gracias, Padre, estoy salvo». Realmente estaba salvo de los lazos que lo prendían a la carne, y redimido por el trabajo realizado en el cumplimiento de la misión que le fuera confiada por el plano espiritual.
Extracto del "Anuario Espirita 2004"
Tomado del Blog "Luz Espiritual"