El Misterio de la Muerte
La Muerte está al Servicio de la Vida
Por: Oscar M. García RodríguezHay muchas culturas y pueblos del mundo en los que el asunto es observado desde un punto de vista diametralmente opuesto al occidental. Entre los integrantes de esas culturas se da una convivencia permanente con la muerte desde la más temprana edad, acontecimiento al que no se orla con tintes dramáticos, espeluznantes u ominosos, sino que se le considera como una parte más del juego de la Naturaleza, un aspecto de la existencia encajado sin contradicciones en una cosmovisión holística, en la que la muerte representa sólo la contraparte necesaria de la Vida.
El culto a los antepasados, arraigado entre los hombres desde las comunidades humanas más primitivas – se han encontrado evidencias de estas prácticas ya entre los neandertales -, la relación mágica con el mundo de los muertos mediante la función intermediaria de figuras especiales como los chamanes y, a veces, el acceso individual o comunitario a las experiencias trascendentes mediante la realización de determinadas prácticas y ritos guiados, parte de los cuales incluyen habitualmente la ingestión de plantas alucinógenas con un sentido sagrado, preparan a los seres que forman parte de dichas comunidades para mirar a la muerte cara a cara.
Desde un punto de vista filosófico y hasta biológico, es posible aportar numerosas evidencias que apoyan la idea de que la muerte está al servicio de la Vida. Y esto es así porque la muerte permite la renovación de las formas, da oportunidad a que el “fenómeno Vida” se exprese evolutivamente, propiciando la desaparición de las estructuras gastadas, al tiempo que abre espacio para que las mutaciones íntimas se vayan exteriorizando en formas renovadas o más evolucionadas; es decir, mejor adaptadas para manifestar externamente los progresos alcanzados interiormente.
Por todo lo que iremos a ver a continuación, parece ser que una previa y adecuada mentalización tiene una importancia capital a la hora de afrontar de manera consciente y positiva el misterio de la muerte. Muchos son los testimonios que vienen en apoyo de esta aseveración. Los hechos indican que hay una gran diferencia entre acercarse a la muerte de forma consciente, a que ésta se presente por sorpresa a quien no sólo no se ha preocupado jamás de estas cuestiones sino que ha centrado sus intereses y objetivos vitales exclusivamente en lo inmediato tangible. Y, ¿en qué términos se traduce esta diferencia? Pues en situaciones sufrientes o ausencia de sufrimiento o, si queremos decirlo de otra manera, en oscuridad o luz.
Tomado del Blog "Grupo Espírita de La Palma"