8 de noviembre de 2019

Libro "Acción y Reacción" Chico Xavier\André Luiz « parte 37 »


Libro "Acción y Reacción" Chico Xavier\André Luiz « parte 37 »

Silas percibió nuestra extrañeza y dirigió una mirada interrogativa a Orzil, quien informó rápidamente:
–Tenemos aquí al hermano Corsino, cuyo pensamiento continúa totalmente adherido a su cuerpo sepultado. Envuelto en el recuerdo de los abusos a que se entregó mientras estaba en la carne, todavía no consiguió deshacerse del recuerdo de aquello que él mismo fue, trayendo la imagen de su propio cadáver, a todos sus recuerdos. (42)
Silas no hizo ningún comentario nuevo, porque alcanzábamos, de inmediato, el primer refugio, cuya puerta entreabierta nos dejaba contemplar un hombre envejecido, con la cabeza entre sus manos, clamando:
–¡Llamen a mis hijos! ¡Llamen a mis hijos!...
–Es nuestro hermano Veiga, –dijo Orzil, atentamente– mantiene fija la idea en la herencia que perdió al desencarnar: una gran cantidad de oro y bienes que pasaron a ser propiedad de sus hijos, tres muchachos que lucharon por obtener el mayor beneficio, valiéndose para ello de jueces y abogados corruptos.
Recostados en la puerta, Silas nos recomendó que observásemos con mucha atención, el ambiente que formaba la psicoesfera del enfermo.
Efectivamente, por mi parte percibí escenas que surgían y desaparecían, fugaces, semejantes a las figuras efímeras que se desprenden, silenciosas, de los fuegos artificiales.
De esos paneles que se avivaban y se apagaban al mismo tiempo, surgían las figuras de tres jóvenes cuyas imágenes pasajeras vagaban entre documentos esparcidos, cédulas y cofres llenos de valores, como si estuvieran dibujados en el aire con tinta finísima que se desvanecía y recomponía, sucesivamente.
Comprendí que estábamos registrando las formas-pensamientos creadas por los recuerdos de aquel hombre, quien, en la situación en que se encontraba, no podía de momento, sino vivir su drama íntimo, dada la insistencia de la fijación mental en que se encerraba.(43)

MIS OBSERVACIONES
(42) A pesar de que ya no existe la materia para el espíritu desencarnado. Su mente conectada con el cuerpo en descomposición produce olores. Claro está que no son los olores del mundo físico, ni tampoco André Luiz y los que están en ese sitio lo huelen con la nariz. Es una emisión mental del espíritu apegado a su cuerpo putrefacto que es percibido como pensamiento y traducido en un olor.
(43) Acá vemos que en el mundo espiritual los espíritus no pueden ocultar sus pensamientos, menos aún cuando son atrasados. Los capacitados pueden ver como en una pantalla de tv todo lo que contiene el archivo de un espíritu.

Libro Psicografiado, "Acción y Reacción", por Chico Xavier\André Luiz


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