Fetichismo Religioso
Fetichismo es la devoción hacia los objetos materiales, a los que se ha denominado fetiches y es una forma de creencia o práctica religiosa en la cual se considera que ciertos objetos poseen poderes mágicos o sobrenaturales y que protegen al portador o a las personas de las fuerzas naturales. Los amuletos también son considerados fetiches. Este fetichismo religioso es de carácter espiritual y algunas creencias religiosas le imputan atributos sobrenaturales y se les da culto a objetos inanimados o animados conocidos como “fetiches”.
El hombre puede protegerse de las fuerzas naturales a través de los fetiches, medio del que supuestamente dispone para actuar sobre los elementos que no es capaz de controlar. Era considerado para los evolucionistas del siglo XIX como Auguste Comte o Edward Burnett Tylor como uno de los más primitivos estadios religiosos del hombre. En el Antiguo Egipto, el fetichismo religioso de objetos inanimados está considerado como la forma más antigua frente a las veneraciones posteriores de las formas animales (zoolatría) o humanas.
La figura del fetiche puede consistir en un objeto esculpido o moldeado en arcilla, piedra, madera, vidrio u otro material que puede imitar en unos casos, a un animal divinizado y en otros, puede ser la propia pluma, piel, pelo, hueso o diente de la “divinidad tutelar” e incluso que sea el propio animal, árbol, río, piedra o lugar concreto que los devotos asocian a estar poseídos por una fuerza, espíritu o ser sobrenatural.
El fetichismo, concepción mágica del mundo, concede al fetiche una importancia muy superior al espíritu que representa. Animismo y fetichismo van unidos, pero éste, a veces, se considera como una variante del primero y ha perdurado más tiempo. En un principio se creía que era un ejercicio religioso exclusivo de los pueblos de África occidental; hoy, sin embargo, se considera que su práctica está extendida en todo el mundo.
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